José Antonio Lacárcel
Sábado, 14 de diciembre 2024, 00:23
Como una hermosa tradición que ya ha arraigado suficientemente en la memoria granadina, cuando se aproximan las fechas navideñas, fiel a la cita de todos los años, llega hasta todos los aficionados a la música, el regalo de la interpretación del gran oratorio de Händel, ... El Mesías. Toda la historia de Cristo, toda la biografía que recoge fielmente la narración evangélica se concentra, hecha música, en este oratorio que es uno de los momentos culminantes de la Música, casi desde que se produjo su estreno siendo, desde entonces, una de las obras preferidas del gran público y una de las obras que más satisfacen y llenan al buen aficionado.
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Esta cita anual con una de las grandes obras de la música, tiene ya el regusto navideño y se consigue, año tras año, que no solamente sea una interpretación a cargo de orquesta coro y solistas del ámbito profesional, sino que se consigue una participación amplia y llena de interés de numerosos coros granadinos que se unen, todos ellos, para enviar esta postal sonora, esta gran felicitación navideña. Por eso, todos, incluso el público, se siente muy partícipe, muy colaborador de este verdadero acontecimiento que, año tras año, convoca a cantores de diferentes procedencias, a los músicos de la Orquesta Ciudad de Granada, a interesantes solistas, y a un público, ávido de saborear esta emoción que supone el participar en algo tan hermoso como es hacer música y también recibir y asimilar el mensaje sonoro, el mensaje artístico que ofrecen todos los intérpretes y que es como un homenaje al espíritu navideño a esta formidable creación que se ha convertido en Granada, en símbolo de la Navidad. El interés que despierta este acontecimiento se advierte en la generosa respuesta del público que llena por completo el auditorio Manuel de Falla sumándose a ese espíritu participativo.
Y en esta ocasión tenemos que celebrar también el que Mireia Barrera haya vuelto a Granada, se haya reencontrado con un público que conoce sobradamente su trayectoria y que no olvida que fundó el Coro de la OCG y que dio un gran impulso al mismo. Esta Mireia entrañable para los granadinos que ha hecho una versión formidable del Mesías, conjuntando a los coros, consiguiendo ese empaste y ese hermoso sonido de un instrumento, la voz, tan hermoso y expresivo. Al frente de la orquesta ha estado espléndida y al frente de los coros en su verdadera dimensión. Qué bien ha marcado las entradas, cómo ha sabido cuidar los matices. Y los coros han respondido y muy bien. He tenido la suerte de estar casi entre ellos, al lado de unos coralistas y he sentido esa emoción que se tiene cuando se hace música y más de esta manera. Lástima que por problemas de edición no haya podido terminar de escuchar el Mesías y he tenido que ausentarme tras el espléndido, el hermoso, el incomparable Aleluya. Junto a la orquesta y coros, muy bien la soprano María Espada, espléndido el contratenor Gabriel Díaz, Joan Martín-Royo ha sido un bajo muy bueno y el tenor Nicholas Scott en muy buena línea.
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