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José Manuel, Javier y Tere en la terraza del Huerto de Ataecina, su casa del Albaicín. JORGE PASTOR
Los MIR del flamenquito granadino
Música en Granada

Los MIR del flamenquito granadino

Javier y José Manuel, médicos residentes, conforman el dúo El Huerto de Ataecina; acaban de grabar un videoclip en el Albaicín junto a Teresa, también compañera en el hospital Virgen de las Nieves

Jorge Pastor

Granada

Domingo, 17 de marzo 2024, 23:57

Son las nueve y media de la mañana en una casa encalada situada a las espaldas de la iglesia de San Nicolás. Tere mueve la cuchara del café describiendo círculos perfectos. «Me los tomo dobles de cafeína y duermo sin ningún problema», dice esbozando una leve sonrisa. Su cara es la cara del cansancio. «Apenas hemos podido cerrar los ojos un par de horas; ha sido una guardia dura, el busca no ha parado de sonar». Tere, Teresa Valenciano (Albacete, 1996), es médico residente de tercer año en el Virgen de las Nieves y, cuando se quita la bata blanca, se convierte en una bailaora del Albaicín. «Estoy prácticamente aprendiendo», aclara con timidez.

La casa encalada a las espaldas de San Nicolás tiene nombre y apellidos, Huerto de Ataecina, y unas vistas alucinantes a la Alhambra desde su terraza. Ahí viven Tere, José Manuel –MIR de quinto–, los gatos Sin Nombre, Nilo, Soleá «y otros doscientos mininos de los vecinos que se pasan por aquí para darse una vueltecilla». Hay un tercer compañero MIR que no reside en el Huerto de Ataecina, pero como si lo hiciera, Javier Casar. Los tres son médicos, los tres son artistas y los tres acaban de lanzar el videoclip de 'Soliloquio' que está funcionando más que bien en redes sociales. José Manuel (San Fernando, 1994) y Javier (Tarifa, 1995) conforman el dúo El Huerto de Ataecina, especializado en flamenquito en todas sus versiones:lo mismo se van por el pop que se gustan por soleás o bulerías.

Los integrantes de El Huerto de Ataecina junto a Teresa con sus atuendos de médicos. JORGE PASTOR

El Huerto de Ataecina es un remanso de paz. «Después de todo el estrés del hospital, esto es un hogar», asegura José Manuel. Un lugar ideal para la convivencia y la creación. Solo se escuchan los pajaritos piar, el almuacín llamando a la oración y los flamencos de San Nicolás. En el Huerto se juntan José Manuel y Javier para componer. «Vamos por la calle paseando y si se nos ocurre alguna idea o alguna melodía, rápidamente nos escribimos un guasap». «A partir de ahí –explica–, mostrando la máxima asertividad el uno con el otro, hacemos crecer el tema hasta hacerlo redondo». «Ahora tenemos quince pendientes de trabajar en el grupo 'Canciones pendientes'», sonríe José Manuel.

La casa del arte. JORGE PASTOR
Imagen principal - La casa del arte.
Imagen secundaria 1 - La casa del arte.
Imagen secundaria 2 - La casa del arte.

Los dos, Javier y José Manuel, sienten la misma pasión por la medicina que por la música. Basta con estar unos minutos con ellos para comprobarlo. «Empezamos con nuestra banda, El Huerto de Ataecina, como un divertimento, pero queremos ir más allá con el proyecto».Por lo pronto, ya tienen nueve 'hits' en Spotify y vídeos con miles de reproducciones en Youtube.

El último, 'Soliloquio', habla de girasoles que se mueven contra el viento, noches que se reflejan en los cristales y refranes escritos en las paredes del Albaicín. El clip, realizado por For Quality Media y dirigido por Manuel Salmerón, está protagonizado por Tere y rodado íntegramente en el Albaicín.

Javier y José Manuel comparten su amor por Cádiz. La tierra va en las letras y en el sentimiento. Tocan la guitarra, el piano y los botes de pimienta negra del Mercadona a modo maracas. «Buscamos la innovación y últimamente estamos introduciendo percusiones con botellines, saleros, peines y todo lo que tenemos a mano», afirma Javier. «Y además suenan súper bien». Una innovación que es santo y seña de la casa y que han heredado de dos de sus grandes referentes:Camarón de la Isla y Paco de Lucía. Tanto es así que José Manuel tiene un póster bien hermoso de ambos colgado en la pared de su habitación.

Tere bailando. Javier y José Manuel tocando. JORGE PASTOR

Un cuarto, el más pequeñito del Huerto Ataecina, que es también el estudio donde se encierran para convertir en partituras todos esos pensamientos, inquietudes y armonías que rondan por sus cabezas. Ahí, entre tratados de anatomía, rasgan las cuerdas de sus guitarras y pulsan las teclas del teclado para producir tonadas como 'Soliloquio', 'Azulejos', 'Chica blanquita', 'El canto de la rana', 'Mi Norte' o 'Noniná''.

«Buscamos innovar como lo hicieron los maestros Camarón de la Isla y Paco de Lucía», aseguran

Una expresión, esta última, muy de Granada –o más bien de Graná–. La ciudad que los acogió como MIR y sin la que resulta difícil de entender El Huerto de Ataecina. «Granada –relata José Manuel con emoción– me ha permitido salir a la superficie. «Me alejé del mar y de mis amigos para encontrarme rodeado de montañas, belleza y arte».Para Teresa, albaceteña de pro, Granada ha sido la explosión. Aquí se está haciendo como doctora –especialidad de Medicina Interna– y aquí ha hecho realidad su sueño de ser bailaora. Ha aprendido de Irene 'la Serranilla', por la que siente verdadera admiración. Javier también halló su refugio en Granada. Un refugio donde se encontró con José Manuel, del que habla con el cariño de un hermano.

José Manuel componiendo en el piano. JORGE PASTOR

José Manuel y Javier emprenderán en breve camino de vuelta hacia su Cádiz natal con el buen sabor de boca de esa Granada del Albaicín donde aprendieron a ser mejores médicos, mejores artistas y también, quizá, mejores personas.

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