![Ángel Rodríguez explica a los representantes de Avra, Ignacio Vélez y Juan Cobo, los restos del molino de Mondragones, que quedarán integrados en el parque arqueológico.](https://s1.ppllstatics.com/ideal/www/multimedia/2023/03/14/mondragones%20(45).jpg)
![Ángel Rodríguez explica a los representantes de Avra, Ignacio Vélez y Juan Cobo, los restos del molino de Mondragones, que quedarán integrados en el parque arqueológico.](https://s1.ppllstatics.com/ideal/www/multimedia/2023/03/14/mondragones%20(45).jpg)
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Los Mondragones, el yacimiento que explica la historia de GranadaLa alarma saltó a principios de 2013, después de las navidades.Las excavadoras evacuaban toneladas de arena en una parcela situada junto al antiguo acuartelamiento de Mondragones cuando una de las palas 'mordió hueso'. Apareció un muro de sillares y, automáticamente, se pararon las máquinas. Había que acometer una actuación arqueológica de urgencia para realizar una primera valoración también de urgencia. Una valoración que tenía mucha trascendencia. Donde estaba prevista la construcción de un aparcamiento y una zona comercial y deportiva, la Historia de Granada había enseñado la patita. Había 'brotado' la fábrica de aceite de oliva más importante de la Bética. Un impresionante molino, fechado en el siglo I, que estuvo en funcionamiento hasta bien entrado el siglo V y que producía entre 630 y 840 litros diarios en plena cosecha.
Salía a la luz de esta forma uno de los yacimientos romanos más importantes de España. Fue hace diez años. Un periodo de tiempo en el que se han llevado a cabo cinco campañas, todas financiadas por la Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía, que «sirven para explicar la Historia de Granada desde el siglo V antes de Cristo hasta la Edad Media», explica Ángel Rodríguez, el profesional que ha dirigido las excavaciones desde el primer momento. La quinta y última acaba de finalizar y ha servido para apuntalar muchas de las hipótesis en torno a Los Mondragones.
¿Lo mejor de todo? Que todo quedará integrado en un espacio público que no solo permitirá la observación, sino que contará incluso con un centro de interpretación. El dinero, 1,7 millones de euros, será aportado por el Plan Alhambra y el proyecto tiene que sacarlo a licitación el Ayuntamiento, la institución competente –por aquello de las compensaciones urbanísticas–. Se trata de un enorme solar, que coincide con los terrenos que ocupaban las antiguas instalaciones del Ejército, donde se levantarán 519 viviendas. En ninguna de las parcelas donde se erigirán estas casas, unas libres y otras de protección oficial, se ha encontrado ningún hallazgo susceptible de ser conservado.
Pero remontémonos nuevamente a 2013. Además de esa almazara, con capacidad de procesar 6.300 kilogramos de aceituna diarios –al disponer de tres prensas–, salieron varios edificios que fueron reocupados por los árabes en la Edad Media y también un 'domus' o vivienda señorial que se bautizó como Villa Romana de los Mondragones. Ahí afloraron cinco mosaicos espectaculares que acabaron en el Museo Arqueológico de Granada –uno de ellos se puede ver en el patio de la Casa de Castril–.
La Villa Romana de los Mondragones, que fue monumentalizada por sus dueños en el siglo IV –cuando se produjo la crisis de la ciudad y los nobles abandonaron sus residencias para instalarse en el campo–, quedó finalmente sepultada. Una operación que suscitó una enorme polémica en Granada y acabó incluso en los tribunales, tras una denuncia de la Fiscalía que quedó archivada. Un escándalo asimilable, por centrarnos en Andalucía, a la destrucción en 1992 de un palacio imperial en Córdoba, el Yacimiento de las Cerradillas, para levantar la estación del AVE.
Sí que se protegió el molino y, junto a él, los cimientos de la que está considerada la primera iglesia cristiana de Granada, del siglo IV, la centuria en la que se celebró el Concilio de Ilíberis, en el año 304. Ambos elementos patrimoniales se conservan en el mismo lugar donde estaba previsto hacer el parking. No serán accesibles hasta que se acometa esa inversión de 1,7 millones destinada al Parque Arqueológico de los Mondragones. Todo está pendiente de que el Ayuntamiento inicie el procedimiento.
Entre 2015 y 2016 se realizaron dieciséis sondeos para determinar algo tan importante como las dimensiones y características del Yacimiento de Mondragones. Fue en ese momento cuando se comprobó que el área de interés arqueológico se correspondía, precisamente, con los 2.500 metros cuadrados que se insertarán en la plaza de 35.000 metros cuadrados de ese plan parcial.Es decir, en ningún momento habría choque con intereses particulares.
Y así fue cómo entre 2018 y 2019 se localizan unas termas públicas o semipúblicas –con sus piscinas de agua caliente, templada y fría– y una trama urbana ortogonal donde se han identificado perfectamente tres calles, y otras edificaciones destinadas a funciones protocolarias o de representación. Estamos hablando de una especie de barrio en el suburbio de Granada –la palabra suburbio no tenía en aquel entonces el sentido peyorativo actual–.
Pero seguía habiendo muchas dudas que despejar y lagunas de conocimiento. Y entre 2020 y 2021, el equipo que encabeza Ángel Rodríguez retornó a los Mondragones, que aún deparaba muchas sorpresas. ¿Cuáles? Por lo pronto una tumba ibérica, datada en el siglo V antes de Cristo. Un enterramiento que desvelaba, por lo pronto, que los Mondragones son anteriores a Roma. Los arqueólogos encontraron un brasero de bronce y unos jarritos traídos expresamente desde Etruria, en el norte de Italia. También los restos de la incineración de este aristócrata.
Pero el subsuelo de Mondragones aún guardaba más vestigios del pasado esplendoroso de Granada. Un epígrafe de piedra y otro labrado en bronce. Este segundo, un decreto de los decuriones donde declaraban la donación de varias fincas. Hay muy pocas inscripciones de este tipo en España.
Fueron los últimos grandes hallazgos de un yacimiento, el de los Mondragones, que ha permitido conocer un poco mejor cómo fue aquella Ilíberis de los principios de la cristiandad, pero también de la Granada del siglo XXI, esa que se debate entre la dualidad de enterrar su pasado o ponerlo en valor.
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Inés Gallastegui | Granada
David S. Olabarri y Lidia Carvajal
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