Ver fotos

Las mejores imágenes de las actuaciones de los artistas y de los 'bullovers'. RAMÓN L. PÉREZ/CLARA CEREZO/ JUANJE GARCÍA

Los Niños Mutantes más sinceros enamoran a los 'bullovers'

El Cortijo del Conde acoge el evento que ya se ha hecho un nombre propio en el ámbito cultural patrio

JUAN JESÚS GARCÍA

Viernes, 31 de mayo 2019

Tras una segunda edición pasada por agua, la tercera entrega del Bull ha buscado en el calendario y encontrado el anticiclón con el sol definitivamente veraniego. A la hora anunciada de comienzo de conciertos todo estaba preparado para recibir a las 30.000 personas que ... se esperaban en el fin de semana. Los tres escenarios probados, la línea de avituallamiento con las parrillas encendidas, los tatuadores afilando sus agujas, las siete pantallas con realización en directo enfocadas, complementos surtidos, merchandising, y cada uno de los quinientos trabajadores del festival en su puesto.

Publicidad

Aftersun festival

Sumando y siguiendo

Los Mejías cortaron la cinta inaugural del Bull-III a las previstas cinco de la tarde. La banda es una suerte de 'supergrupo' de la música granadina que tiene al frente Luis Miguel Rodríguez Megias, sobrino de Miguel Mejías, fundador de Los Ángeles Azules que ha grabado con músicos como Alfonso Alcalá y Javier Avilés, que se hace cargo en directo de la guitarra solista. Tocando para casi nadie más que sus familias, porque en ese momento los autobuses empezaban a descargar oyentes, atacaron un repertorio muy gustoso, con ecos fronterizos de La Guardia o Los Rodríguez, en canciones como 'Rosita' o 'Hijo del viento'; aguitarran los boleros y se mostraron agradecidos con sus mayores, fuesen los Beatles ('Come Together') o Los Ángeles, versionando 'Cada día' con el apoyo moral y real de Agustín Rodríguez en la tercera guitarra y voces. Mika Recio también ayudó a unos Decadentes que en próximos festivales, a buen seguro ocuparan un mejor sitio en la parrilla..

Koel tienen ya un buen puñado de fans, por lo que no estuvieron tan solos en el escenario. Fans que siguen a los granadinos a través de sus discos desde su salida, fulgurante en su momento y que ahora espera tomar impulso. Tienen todos los requisitos para situarse a la cabeza del pop mainstream, y ya sean medido con los pesos pesados del sector, empatando asaltos. Su pop eléctrico/ónico, es muy bailable, tan contemporáneo como retro (¡parecen uno 'nuevos románticos': véase 'Cachitos' en la 2 ) y con unos ritmos y estribillos que no se quita uno de encima ni con disolvente. La peculiar forma de vocalizar, acentuada en directo, de Gabi Beteta es lo primero que llama la atención, luego la predominancia de los teclados sobre guitarras, en ocasiones con tres en formación a la vez, arreglos que parecen buscar (y encontrar) el efecto épico y la grandilocuencia sinfónica; eso sí sin desprenderse en ningún momento del los patrones cien por cien bailable en pista. 'Efecto multidireccional', 'Montaña Rusa', 'El Aviador y 'Bailes vino y fricción' son imbatibles en la arena festivalera.

Lleno relativo

Don de gentes

Mr.Kilombo es el proyecto personal de Miki Ramírez, guitarrista de Macaco, un tipo muy viajado musicalmente y que titula un grupo que parece la alegría de la huerta, perfecto para agitar los cuerpos del respetable a media tarde, de hecho fue el primer 'lleno' (relativo) del programa. Complicidad, frescura, don de gentes, naturalidad y una lengua desatada coreando con todo tipo montunos, cuando se ponían en modo cubano' y demás ritmo hispanos que invitan a la socialización. Tanto que hasta Rozalén se subió con ellos para hacer 'Sinmigo'.

Entre grupo y grupo, con los cambios de escenario y una puntualidad exacta, se espera que también la tenga el AVE que pasó por el borde del recinto festivalero, por donde circula su vía; lo haría más veces en prueba y a velocidad ya considerable. El año que viene seguro que trae espectadores del festival, como la plataforma Blablacar, que ha descargado cientos de 'bullovers' en Granada.

Publicidad

A la par que Marien Novi arrancaba la maquinaria de la carpa tecno también hacían lo propio Martina Karsh, el tercer grupo granadino del programa. Y aunque su disco se llama 'Adora el sol', este ya estaba de retirada. Son lo que se conoce como un 'supergrupo' (lo mejor de cada casa). Ricardo Escudé, Alfonso Alcalá, Pablo Lastra y Chesco han armado una banda de (batería) de influencia estadounidense, muy depurados y de una ejecución virtuosamente impecable. Material el suyo que requiere de varias escuchas por su gran trabajo de montaje y su estructura laboriosa. Con ellos llegó también el acompañamiento visual de imágenes ácidas y subyugantes y un punto retro super-8 acompañando unas canciones de pop/rock adulto, rítmica gruesa, voces multiplicadas y deslizantes guitarras slide en algunos temas. Un grupo a ver crecer, y mucho que además puso algún punto sobre alguna 'i': «pedimos a quien salga, sea el que sea el próximo alcalde de Granada que recuerde que la música, todas las músicas, el pop, el rock, el folk el jazz…todas son una fuente de riqueza para la ciudad». Cogieron precisamente el momento bueno puesto que los autobuses descargaban cientos de personas, una riada que se topó con ellos nada más acceder al recinto, que empezaba a sentirse estrecho a pesar de sus 20.000 m2.

Ale y Nita montaron su dúo en Córdoba buscando encontrar el denominador común entre el flamenco y la electrónica, primero cantando en inglés con ecos de Chemical Brothers y cada vez más cerca de una arrolladora 'copla dance'. Pero es en directo donde el grupo ha progresado una barbaridad, con una Nita completamente recuperada de sus problemas vocales, desinhibida e inagotable, con su tocado floreado en la proa (literal) de una banda trepidante que motorizada por una doble percusión de tracción manual resultó simplemente arrolladora. 'Trece lunas', 'Toda la vida' y 'Salvaje' fue un final apoteósico.

Publicidad

Sesión de noche

Fumando Zigarros

La sesión de noche comenzó con 'Zigarros' levantinos, los últimos del rockandroll patillero, de tacón y pantalón pitillo: ¡los riff brothers!. Son la mezcla perfecta entre Tequila y The Faces, los reyes del doble punteo familiar que en directo suenan mucho mas recios, más rock de los setenta. 'Voy a bailar encima de tí' sería su particular 'Travelin band'. Grandes y con un punto de apostura glam muy Hellacopters. Se leía en una de sus camisetas 'Simpatía por los Stones' y no hizo falta, son sus herederos.

Terminaban casi los valencianos con un vibrante 'Wipe Out', el clásico de los Surfaris, cuando Rozalén se preparaba para subir al escenario. Un decir, porque se había pasado media tarde en un lateral acompañando a su compañeros, en persona a Mr. Kilombo y muy atentamente a Fuel Fandango, mientras, a la vez departía con Lola Indigo; su sociabilidad está dejando huella en numerosas colaboraciones.

Publicidad

En un festival en el que la manchega (felicidades en el día de Castilla La Mancha por cierto) esta centímetros más arriba o abajo que Medina Azahara, La Pegatina, Sex Museum o Los Niños Mutantes (o los DJs del 'bumbbumba') está claro que la apuesta de Bull es sumar gente de toda procedencia. Y delante de la manchega la suma daba un gran total.

Rozalén es un regalo de la vida, lo era actuando en La Tertulia o concursando por el premio Carlos Cano en la Plaza de las pasiegas, y lo es ahora convertida en una rutilante estrella ¿mundial? Pues sí. A veces la magia y el talento van juntos. Es su caso, con una absoluta potencia hechizante en fondo y forma. Se rodea de un sexteto capitaneado por el andaluz Álvaro Gandúl, y siempre con su traductora de signos Beatriz Romero al lado, que más que su intérprete es una coreógrafa con una sincronía absoluta con la cantante. Y entre todos montan un concierto que reparte alegría y reflexión a partes iguales: «ya sé que un festival es para divertirse, pero cuando canto la canción 'Justo' es para hacer justicia a nuestros antepasados», dijo, introduciendo esa canción, que finaliza en una habanera que cantaba su tío abuelo, un miembro de la quinta del biberón en la guerra civil. «Y después de estar en Mordor nos vamos Disney», comentó antes de dedicar 'Las hadas existen' «a todas las mujeres que estamos aquí».

Publicidad

Cada uno de sus conciertos es una celebración, la de estar vivo, con un intercambio de energía positiva bidereccional de alto voltaje y estremecedoras interpretaciones de canciones como 'La llorona' o 'La puerta violeta', que es ya un himno. Y final por la puerta grande invitando al baile.

Mientras las zonas de avituallamiento (y desavituallamiento) estaban completas, en la capa dance no paraba el baile, también en tono violáceo: Marien Novi, Carmen Gea, Lorena Caba, Rebeca Ark, , Chelina Manhutu, Charlotte de Witte y Fatima Hadji. Y como novedad en horario de tarde y noche no faltaron candidatos a lanzarse al vacío desde una grúa sobre una colchoneta inflable gigante. Y cuanto más tarde más valientes.

Noticia Patrocinada

Ya bordeando la medianoche el Bull funcionaba a pleno régimen, momento en el que Niños Mutantes asomaron para hacer una de las únicas cinco actuaciones previstas para este año. Para poder salir su cantante Juan Alberto se quitó la mascarilla antipolen, y fuese por la alergia o porque cada vez vive más lo que canta, dotó a las canciones de un énfasis emocional distinto y que beneficia la sinceridad de lo expuesto. La ausencia de Alonso Díaz la han suplido incorporando a Andrés Gómez para no perder el empaque de quinteto, que en ocasiones como esta se requiere dotar de mayor cuerpo a lo interpretado, sea la parte más eléctrica o una zona semiacústica central. Y a falta de que estrenen las canciones que están grabando se remitieron a su 'grande éxitos propios' como 'Pura vida', 'Hombre libre', 'Náufragos' o 'Errante' y alguno ajeno, obviamente el 'Como yo te amo' raphaeliano.

A la hora de cerrar esta edición La Pegatina comenzaban su trabajo con una descarga artillera de confeti animando al baile desaforado. Tras ellos llegarían Sex Museum, Medina Azahara, Nach, Ayax y Prok…en un Bull sin fin.

Publicidad

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad