Conciertos en Granada

Los Chichos en Granada: Apoteochichosis en la plaza de toros

Los culpables son Los Chichos, insignes, mayúsculos, excelsos. Los reyes de la rumba zumbona, con varias cassettes de platino en sus estanterías, premios de otros época que en este fin de gira tras cincuenta años dándolo todo, termina. 'Hasta aquí hemos llegao', se llama el tour que les lleva por la Península Ibérica por su lado más quinqui, cani, macarra sí. Pero también honrado, directo, corajudo y valiente.

Y este sábado llegaron a la plaza de Toros de Graná, que no para de sonreír de llenazo en llenazo. Hace dos sábados, Los Planetas tocaban su primer disco que salió al mercado hace tres décadas. El pasado sábado, Lori Meyers llenaba la Monumental de Frascuelo con un concierto irredento y divertido. Este sábado, de lo indie granaíno de los niquis Fred Perry a los suburbios madrileños de las chabolas sin pan, el albero acostumbrado a las zapas deportivas de marca, se amoldó a las botas, los botos y los taconazos.

Del albero al calzado, este grupo legendario de rumba flamenca que todos hemos bailado en bodas, bautizos y comuniones, sigue pisando con fuerza los escenarios medio siglo después de sus inicios. La clave son sus canciones. Los artistas han conseguido hacer de ellas himnos auténticos que han acompañado a media España durante toda su vida. Ahí está la fórmula de Los Chichos. Se han convertido en una parte imprescindible de la banda sonora de la vida de un par de generaciones de este país. Y lo han hecho haciéndoles bailar, amar y vivir.

Los Chichos son memoria y también recuerdos. Sus orígenes datan del año 1973, y en aquellos momentos lo integraban el compositor y vocalista Juan Antonio Jiménez Muñoz, conocido bajo el apodo de 'El Jero', y los hermanos Emilio y Julio González Gabarre. A día de hoy, este sábado sobre las tablas del coso granadino, el grupo estaba compuesto por los hermanos González Gabarre y Emilio González García Júnior.

El espectáculo comenzó según el horario previsto, un pelín antes quizá por la fina lluvia que amenazaba.El madrileño Dj Nano, telonero de la banda, fue calentando el ambiente desde el minuto uno. Pinchaba temazos que rinden homenaje a la música española.

Los Chichos salen y el coso revienta. Interpretaron canciones como 'Son ilusiones', 'Amor de compra y venta' o 'Mujer Cruel'. La atmósfera es ya un éxtasis. El público sonríe feliz. Hay aires de fiestuki por todo lo alto y la gente se viene arriba. Quiere más y pide más. La conexión Granada Los Chichos, de hecho, funciona mejor y más rápido que el AVE que viene de Madrid.

En la segunda parte del concierto, los Chichos se dedican a tocar sus mayores y grandes éxitos, como la mítica 'El Vaquilla', perteneciente a la banda sonora de la película, 'La cachimba', 'Vente conmigo gitana', 'Libre' y 'Juan Castillo'. Esto está que arde.

Como quien no quiere la cosa, lentamente, el concierto va llegando a su fin. Este adiós de Granada y pronto el de la gira marca el cierre de una era inolvidable, donde Los Chichos han sido un fenómeno social. El concierto, cuentan las crónicas de esta gira triunfal y omega, se cierra en medio de una apoteochichosis, una apoteosis de Los Chichos. Ni más ni menos. Como está crónica. Y olé.