Fiesta musical de apoyo a la OCG

José Antonio Muñoz

Granada

Sábado, 5 de octubre 2019, 02:05

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La Orquesta Ciudad de Granada comenzó anoche la que puede ser la temporada más difícil, o la más fácil, de su historia. Y lo hizo con un Centro Cultural Manuel de Falla prácticamente lleno, dispuesto para escuchar el programa 'Capricho ruso'.

El de anoche no era un concierto más. Tuvo carácter casi plebiscitario. Desde incluso antes de comenzar. Primero, apenas comenzaron a salir los músicos desde la zona de camerinos, empezaron a oírse los aplausos. Primero fuertes, luego atronadores. Cuando la plantilla estuvo al completo sobre la tarima del escenario, medio patio de butacas estaba en pie. Los músicos portaban unos gigantescos lazos rojos sobre la ropa de trabajo. Y agradecidos, 'soportaron' dos minutos de ovación. El siguiente compás fue un alzarse todos a una mirando a la localidad que ocupó en la platea quien, hasta el pasado fin de semana, era el director gerente de la formación, el contrabajista alemán Gunter Vogl, quien al final tuvo que levantarse y contravenir su propia tendencia a no recibir palmaditas en la espalda y recibir el aplauso emocionado de los músicos, a la postre sus compañeros, y del público.

Pero hubo más. Cuando el público aplaudía, sonó algún «viva la OCG», y la traca, cuando se apagaban los aplausos, una pregunta al aire: «¿Dónde está el alcalde?», también respondida por aplausos. Las tres administraciones que tienen representación en el Consejo Rector de la Orquesta tienen lugares acotados dentro de la sala, pero ayer estos se encontraban prácticamente vacíos. La presencia en solitario de Raquel Ruz, concejala socialista en el consistorio capitalino, ahora en la oposición, fue la única que se registró en el concierto de anoche, aunque varios representantes institucionales habían reservado entradas.

Anoche volvió a haber azafatas, a pesar de que a la empresa que presta el servicio se le deben los emolumentos de varias temporadas. Volvió a haber programas de mano, con la portada de un verde esperanza que es la esperanza de los 1.500 abonados que ya han renovado su compromiso en las distintas modalidades -a pesar de que los plazos para hacer efectivo dicho abono han sido más cortos que otros años- , y de los casi 3.000 aficionados que anoche y esta noche van a oír este capricho ruso tan oriental, dirigido por el iraní Hossein Pishkar.

El tempranero descanso, ya que las dos primeras obras apenas duraron media hora entre las dos, sirvió para tomar el pulso a la relación de los abonados y aficionados con su Orquesta, aparte de para comprobar que Pishkar ha sido una excelente elección para iniciar la temporada. En los corros del vestíbulo y el exterior -hizo una noche agradable- los epítetos que se oyeron fueron, en su mayoría, nada agradables con los responsables institucionales. El ambiente fue pesimista en general, con dos 'd' como alternativa: dinero o disolución, palabra esta última que nadie quiere contemplar, como es obvio. Incluso, como tercera opción, se habló de Refundación, manteniendo el capital humano pero reordenando todo lo demás.

Los ánimos están caldeados, de ello no hay duda. De boca en boca corrió la noticia de que el Ayuntamiento ha denegado a la Asociación de Amigos de la OCG la utilización del Cuarto Real para el ciclo de conferencias que forma parte de los actos con los que conmemoran el 25 aniversario de su creación. Y que dicha denegación había sido comunicada ayer mismo, a consecuencia, se dijo, del escrito que la Asociación publicó en IDEAL criticando la inacción institucional. Los trípticos del programa de actos llevan una sede donde no podrán celebrarse, pero este grupo de apoyo a la Orquesta los va a trasladar a la Escuela Superior de Arquitectura, a las mismas fechas y horas previstas inicialmente.

Según lo visto y oído anoche, las decisiones urgen, y los aficionados están con su Orquesta. El tiempo dirá qué ocurre con ella.