IDEAL
Viernes, 11 de diciembre 2020
Un hombre curioso, siempre ávido por conocer otros mundos. Culto, a fuerza de escuchar y preguntar. Socarrón e irónico. De un talento que escapaba de corsés. Avispado e inquieto. Trabajador y puntilloso. Un artista que se subía al escenario para no repetirse, para abrir puertas y ventanas. Un sagaz jugador de ajedrez, un jefe justo y un amigo honesto. Con todos esos rasgos recuerdan sus amigos y compañeros a Enrique Morente, de cuya muerte se cumplen diez años. Al Ronco del Albaicín le quedaban muchas canciones por cantar, muchas barreras por derribar. Así lo desvela su hija Estrella, que sigue encontrando material inédito de su padre y mentor. «¡Cada día canta mejor!», dice la primogénita de una saga que sigue llenando los escenarios. «Nunca se ha ido del todo», recuerda José Sánchez Montes, el compañero y amigo.
Publicidad
Con el respeto y la admiración por quien fue, y sigue siendo, uno de los mayores artistas que ha dado la música española, IDEAL rinde tributo a Enrique Morente en un especial multimedia.
Un suplemento de doce páginas acompañará la edición del domingo y se podrá disfrutar de una cobertura audiovisual en la web del periódico. La Redacción de IDEAL ha intentado que sean los suyos, sus amigos y familiares, quienes recuerden al hombre y al artista.
Francisco Manuel Díaz y Antonio Gallegos recuerdan en el especial multimedia los orígenes de aquel chiquillo que vivió en la cuesta de San Gregorio con su madre y sus hermanos. Un chavalito que cuidaba de que a su madre no le quitaran la saca de pan que vendía en la Trinidad o Pescadería y que se aficionó al flamenco apoyado en los quicios de las tabernas de la zona.
Carmen Linares recuerda sus inicios en Madrid y cómo fue un profundo conocedor del más puro cante flamenco para poder innovar más tarde. Manuel Lorente, que compartió días y noches en Madrid en aquellos primeros años repasa la importancia de los tablaos para abrirse camino y algunas noches memorables con Camarón. Pepe Luis Carmona Habichuela recuerda al maestro, y al incansable trabajador, al artista que quería cumplir con su público y exigía lo mejor a los suyos. Un músico que daba siempre oportunidades a los más jóvenes. Fernando Rodríguez, cantaor, recuerda el enorme corazón de Enrique y Raúl Comba, que fue su mánager, describe al artista reflexivo, que le daba muchas vueltas a cada detalle.
Publicidad
Juan Mesas, que le acompañó en innumerables viajes, recuerda su humor y su ironía. Para Sergio Cuesta y Tato Rébora prevalece el hombre curioso. Curiosidad y transgresión que vivieron en primera persona Antonio Arias, de Lagartija Nick, o José Sánchez Montes, con quienes entró en el mundo del rock y del cine.
El legado de Enrique sigue en sus tres hijos. Estrella, que recuerda a su padre para IDEAL, rememora al hombre familiar y respetuoso, al que todavía hoy descubre en grabaciones y proyectos inéditos. Y Aurora Carbonell, su viuda, plasma en un precioso poema la ausencia del hombre, el compañero que siempre la escuchaba cuando creaba, porque eran un tándem.
Publicidad
Lo conoció en cenas con amigos de la cultura en Granada, disfrutó de su cante, de su sabiduría y de su humor. El reconocido pintor Juan Vida, desde su estudio en Pinos Genil, ha realizado el retrato del cantaor que ilustra la portada del suplemento especial que IDEAL le dedica a Morente con motivo del décimo aniversario de su muerte.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.