Lo diremos desde el principio, sin cortapisas ni anestesia: el recital que dio el cantaor Arcángel, este sábado, en la peña flamenca La Platería, fue ... excelente. No solo cantó bien, sino que se entregó como nunca, posiblemente por el lugar que lo acogía y los aficionados allí reunidos. Pero también hubo riesgo, paladar y una generosidad encomiable. Tengo para mí que no es solo uno de los mejores conciertos de la temporada, sino que es el mejor momento que he visto al cantaor onubense. Arcángel vino acompañado de un cuadro de excepción, compacto y coherente; curtido en tantas batallas que se entienden a una simple mirada, sin apenas ensayar. A la guitarra, el granadino Miguel Ángel Cortés terminó de endulzar la faena con su toque limpio y vanguardista, sin dejar de ser sacromontano e impregnar su toque con ese saborcillo a Granada que lo distingue. Los Mellis, paisanos del cantaor, acompañaban con las palmas, el cajón compartido y los coros, aportando verdaderas polifonías con el cantaor y funcionando en paralelo, como si de segundas voces se tratara. Ellos solos se merecen una noche propia, sin arropar a nadie, que es lo habitual.
Publicidad
Antes de empezar, después de las obligadas e innecesarias presentaciones, La Platería le hizo entrega de la Medalla de Oro y de la Llave de la Peña, en señal de agradecimiento y admiración. Un breve discurso del cantaor, en el que mostró su satisfacción por encontrarse en Granada y en La Platería y la necesidad de acordarse de las raíces, dio paso al recital, con una primera parte de cante ligado, como solía hacer Morente, para el que también tuvo palabras elogiosas, y Pepe Pinto antes que él. Comenzó (o comenzaron, porque eran los cuatro los que hacían viajar en primera), con su voz laína y sus agudos imposibles (a la guitarra le faltaban trastes en el mástil para alcanzarlo), por tientos, en los que se acordó de Enrique; para seguir por abandolaos y fandangos lucentinos; y con otro poquito por tientos, pasar a los tangos, donde Miguel Ángel sacó su toque ancestral, para ir derivando en un punteo minimalista y obsesivo, dejando al cantaor todo el espacio del mundo. Pronto pasó a la caña y, de ahí a la soleá, fue en paseo, en el que se asomó a Córdoba y a Mairena, demostrando que es el amo del compás.
En una segunda parte, ya bien templado, se rompió por seguiriyas (lo mejor de la noche), con unos bajos de los que duelen. Continuó con unas cantiñas de taracea; unas cantiñas para escuchar, a media voz y floritura, rematadas con el juego de voces a que me refiero. Después de la despedida y con los plateros en pie, aún quiso despedirse el héroe de la noche con el cante de su tierra: un excelente recorrido por los fandangos de Huelva, que borda como nadie. Especialmente aplaudidos fueron lo de Toronjo y los valientes de Alosno, con los que terminó una velada para el recuerdo.
Músicos
Arcángel (cante); Miguel Ángel Cortés (guitarra); Los Mellis (coros y palmas). Lugar: peña flamenca La Platería. Fecha: sábado, 14 de diciembre de 2024
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.