Conciertos en Granada

Luz Casal abre las ventanas de su alma en el Generalife

Fue la otra cara de la moneda, tras la experiencia truncada por la lluvia con Elvis Costello hace una semana. En su tercera edición, 1001 Músicas CaixaBank consagra el reto de traer a figuras de primer nivel nacional e internacional del pop y del rock al auditorio del Generalife, en el entorno monumental de la Alhambra; un espacio tradicionalmente reservado a la danza y a la música clásica. «Luz Casal es la dama de la canción popular española, como una Chavela Vargas con menos grado de tortura. Acaba de recibir la Medalla de la Orden de las Artes y las Letras de Francia, un país que la adora», comentaba Pepe Rodríguez, director del ciclo.

«Me gusta muchísimo el nombre de 1001 Músicas. Estamos en un espacio único, cargado de historia. Ante toda esta situación bellísima, nosotros tenemos la obligación de compensar este paraíso en forma de música y letras», declaró la artista en el arranque del espectáculo.

'Las ventanas de mi alma' es el álbum que Luz Casal ha publicado este año y al que dedica la mitad del repertorio de esta gira que inició en marzo. Un trabajo catárquico, purificador, y variado en el espectro sonoro, basculando del registro acústico al rock y la electrónica. Todo cimentado con textos y músicas de su autoría. Y las ventanas de su alma fueron, literalmente, su tarjeta de presentación en Granada. La canción homónima sirvió para abrir el concierto. Con la imagen de la gallega tras unas enormes y ensoñadoras vidrieras, que se quedaron ahí, delante del telón de fondo de los cipreses, presidiendo el escenario mientras la banda se disponía con recogimiento a ambos lados. En el centro, ella, alzando con nitidez esa voz única, patrimonio inmaterial de la música española. Una voz a veces suave, a veces rota.

Hubo tiempo para repasar cuarenta años de música. El primer clásico que cayó fue 'No me importa nada', que ofreció «a las mujeres». Y la mujer más importante de su vida, apuntó, fue su madre, Matilde Paz Blanco, cuya memoria trajo en 'Sentir'. A nivel rítmico, la velada tomó temperatura en 'Un nuevo día brillará', aquella melodía prestada por Étienne Daho. Luego, uno de los momentos más curiosos: la charla telefónica en directo con una señora de Elche, antes de interpretar 'Hola, qué tal'. En el confinamiento, Luz mantuvo 2.000 conversaciones por teléfono con gente que no conocía. «Sé que soy capaz de ponerme en tu piel», cantó.

Después de una arrolladora 'Que corra el aire', conmovió con otro de los temas recientes, 'Quizás', compuesto junto a Pablo Sycet (artista, por cierto, históricamente vinculado a Granada). De ahí a un tramo final en el que la de Boimorto reivindicó su faceta roquera con 'Plantado en mi cabeza', 'Rufino', 'Loca', 'Un pedazo de cielo'… Provocando al fin manos en alto y algún bailoteo en pie. Un trayecto placentero, ya concluyendo estas líneas, con la previsión de un bis de pelos como escarpias con 'Piensa en mí' y 'Te dejé marchar'. Luz, inmensa Luz en el Generalife.