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Myles Sanko, elegante y fresco, extrae sonrisas con su voz. J. J. G.
Myles Sanko: Bailar sentados no es bailar
Festival de Jazz de Granada

Myles Sanko: Bailar sentados no es bailar

El cantante despidió la cuadragésima primera edición del Festival de Jazz con una vibrante sesión de soul muy físico

Juan Jesús García

Granada

Domingo, 14 de noviembre 2021, 00:56

El Festival de Jazz cerró anoche sus puertas. Y lo hizo con ganas de más. Y de bailar, aunque el Teatro Isabel no sea el mejor salón para hacerlo. La programación se reservaba para el final a uno de los artistas más solicitados del cartel, el inglés nacido en Ghana y residente en Francia, Myles Sanko. Todo un personaje del neo soul, elegantísimo en fondo y forma que hace bueno el nombre de 'alma' a la música que interpreta. Sea por su tono dulcísimo, cálido y espiritual, su vozarrón grave y masculino de anuncio (del tipo 'Vuelve el hombre'), o su amoroso mensaje que le propició en su momento el sobre nombre de 'The lovechild of soul music', fue una sesión...¡de seducción!.

El concierto de clausura convirtió el teatro en una suerte de Apollo de Harlem, con pista de lento y de rápido. Como un nuevo Marvin Gaye, resume toda la tradición de las factorías Atlantic y Stax; recuerda a los clásicos y con los años podría (en graves) emular a Barry White incluso. Ama aquel sonido de bola de espejo, templado y lúbrico, que hizo de la música negra un éxito planetario en los clubes, hasta que la electrónica específica acabara con todo. Con seguridad él, Porter, Eli PaperBoy o Michael Kiwanuka sean los nombres de relevo más autorizado a los míticos Otis Redding, Marvin, Bill Withers, Wilson Pickett, Sam & Dave… que tanto arrullaron a la generación de los sesenta y setenta.

Se presentó acompañado por un sexteto impecable (esta vez sin coristas), con generosos espacios propios como corresponde a un festival de Jazz y lujuriosa frondosidad sonora en los acompañamientos; banda formada en España por caras conocidas: parte de los que fueran los 'punk funk' Phat Fred, y el grupo que suena en la serie 'Hache'. Sanko, por delante, suma a sus facultades generosas habilidades como maestro de ceremonias; es un 'showman' que se dirige animadamente al público de tú a tú, con una simpatía contagiosa, exigiendo verbalmente y provocando la desinhibición que forma parte necesaria de su espectáculo, invitando a sudar llegado el momento más funk. Su talento y clase vienen de serie, y el saber estar se lo trabajado él.

Para cuando terminó 'My Inspiration', con el que abrió, ya tenía todo el pescado vendido. Pero quedaba mucho: por ejemplo 'Whatever You Are', destinada a su hijo y que se inspiró en Martin Luther King. Y qué decir del baladón 'Never my friend', digno de un 'reservado' amedia luz los dos, o el crescendo de 'Blackbird sing' tocando techo decibélico. El estribillo de 'Freedom is you' ya fue coreado a modo de predicación pentecostal con un recuerdo para Richie Havens obviamente. Y como si copiaran, nuevamente a Cecil McLorin, se marcó otro 'Ain't no sunshine', al gusto personal mucho más genuino que el de su antecesora. Una isla en un repertorio mayormente suyo, pero que suena a clásico instantáneo. Y sí, bailar sentados no es bailar, por lo que resultó imperativo levantarse. Media hora después seguía firmando discos y haciéndose fotos ¡en la calle!.

Según la organización el festival ha rozado el lleno completo. Los abonos se agotaron a las dos semanas y cinco de los seis conciertos del programa alcanzaron el 100 % de la ocupación del teatro. En su balance se comenta que «se confirma que tiene un público entendido que ha valorado una programación diseñada buscando la excelencia y resumido la propia esencia e historia del jazz con todos los subgéneros». La directora, Mariche Huertas valora que «es un festival que cuenta con un público agradecido que acude a veces más por el festival que por el propio artista». Calificando de «micromecenazgo» la relación con los espectadores.

juan jesús garcía

Jazz para niños y grandes

Mientras el mimo Karcocha ordenaba el tráfico en Puerta Real, a unos pocos metros, dentro de un teatro Isabel lleno, tanto pequeños como mayores disfrutaban del concierto didáctico del dúo Vibra-to, formado por Joaquín Sánchez y Miguel Guinea con instrumentos insólitos, no convencionales y fabricados con materiales de desecho. La actividad se enmarcaba dentro del programa del Festival de Jazz y estaba patrocinada por la Fundación Caixa y Caixabank.

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