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on el nombre muy clarito, «Grupo Granadino 091», para evitar equívocos. Ramón L. Pérez
Los músicos de Granada con espacios públicos dedicados a ellos

Los músicos de Granada con espacios públicos dedicados a ellos

Memorabilia ·

La capital y su provincia dedican espacios muchos músicos contemporáneos

Juan Jesús García

Jueves, 8 de diciembre 2022, 00:45

Entre los músicos de la ciudad se han hecho no pocas bromas con que en el callejero madrileño hubiera antes que en Granada nombres tan nuestros como Los Ángeles (¡un barrio entero!), Antonio Arias o Manuel Mateo, entre clásicos tal que AC-DC (la placa más robada) o Burning. Pero no eran más que coincidencias homónimas con personajes históricos capitalinos.

El bautizo de una plaza con el nombre del grupo 091, hace unas semanas, ha sido el último de una notable relación de artistas que han visto su nombre escrito en las cerámicas de La Encarnación. «Los roqueros van al infierno», cantaban con orgullo de clase (baja) Barón Rojo, pero ya más inofensivos, son parte tan reconocida de la cultura generalista como para tener su propio callejero, tanto en Granada como en muchos puntos de la provincia. Trabajo les queda a los responsables de las audioguías turísticas añadiendo mucha música 'made in aquí' para ambientar apropiadamente los paseos de nuestros visitantes.

Miguel Ríos, el primero

Miguel Ríos podría hacer una gira entera por todos los pueblos que le nombran en sus esquinas: Jun, Láchar, Vegas del Genil, Vélez de Benaudalla o Chauchina, que fue la primera villa en invitarle a descorrer su placa, y allí fue a principios de los años 80. Sería el primer músico no clásico en tener a su nombre una travesía urbana… ¡Y en vida! Ignorándose esa habitual tradición perversa de hacerlo siempre de cuerpo ausente, acaso por si no le gusta la ubicación al afectado, que si Lorca viera el callejón que tienen en Jun igual dimitía de la calle. Granada capital, a petición de vecinos y colectivos del barrio, le ha dedicado también un parque entero este mismo año 2022, en el Zaidín, casualmente o no al lado del recinto donde se realizan los festivales de Rock cada septiembre.

El espacio dedicado a Strummer, tan anárquico como él. J. J. G.

Cronológicamente el segundo músico contemporáneo con su propia dirección aquí no fue de Rock ni granadino, aunque Tete Montoliu nos frecuentó numerosas veces desde aquella primera en 1959, y en ocasiones gratis, como cuando tocó para la reinauguración del auditorio Manuel de Falla en 1986 tras su incendio y posterior reconstrucción. Tete tiene una amplia avenida a su nombre en Granada, 'de primer orden', como se leía en el expediente que promovió el Club de Jazz de Granada tras su fallecimiento en 1997. Y aunque el Jazz es una música tan inescrutable para algunos como fascinante para otros, no ha sido la única propuesta de este estilo. El Ayuntamiento sexitano, donde se celebra el clásico festival veraniego Jazz en la Costa, barajó la posibilidad de nombrar hace años una barriada de sus ampliaciones urbanísticas con músicos de Jazz, pero luego se optó por denominar uno de los pasillos del parque El Majuelo como 'Bulevar del Jazz'; allí cada año estampan sus firmas en baldosas algunos de los músicos que por su certamen van pasando, como Kenny Garrett, Eliane Ellias, Chano Domínguez, Kenny Barron, Jorge Pardo, Chucho Valdés... y muchos más.

Por razones obvias de alcance popular es Carlos Cano el que más viales tiene, tanto entre nosotros como en toda nuestra Comunidad, esa Andalucía blanquiverde que él siempre agitó, en ocasiones contra casi todos como concepto vital. La Malahá, Belicena, Castell, Benalúa, Láchar y Almuñécar honran su memoria, y en Granada su plaza, en su Realejo natal, es muy concurrida. Todas ellas inauguradas ya tras su prematura ausencia.

Spanish Bombs corner

Tampoco estaba por aquí ya John Mellor, más conocido como Joe Strummer cuando, a partir de una iniciativa popular en Facebook, se decidió poner a su nombre una pequeña plaza en la unión de la Cuesta de Escoriaza con avenida Las Palmas y la calle Vistillas de los Ángeles, en el Realejo, que en 2014 fue inaugurada con un concierto de sus amigos a la que asistió su familia. Placeta donde no hay forma de fijar una cerámica que no desaparezca, robada por su fans, hasta que definitivamente se pintó en la pared, al lado del mural que El Niño De Las Pinturas hizo recordándole. Por cierto que el mismo artista urbano decoró la fachada en la Chana donde nació Jesús Arias, el colega de confianza y traductor de Strummer en Granada, y que mercería sin duda que su nombre perdurara en alguna vía pública. También se movió la idea de sentar una estatua de bronce del guitarrista de The Clash en el poyete del Mirador de san Nicolás donde se fotografió en una instantánea que ha dado la vuelta al mundo, pero de momento no ha prosperado. A veces las 'Spanish Bombs in Granada' están en casa.

El rey del rock hispano, uno de los primeros en tener calle. J. J. G.

Más curioso es el caso del singular roquero semanasantero Silvio Melgarejo, que ya actuó en Granada en la caravana por el Estatuto de Autonomía en 1980, donde (y ya entonces se veía venir la cosa) todos los artistas menos Carlos Cano fueron sevillanos; luego fue escasísimo de ver por aquí. El reverenciado Bukowski sevillano, más viejo por fuera que por dentro y peculiar roquero dipsómano, tiene un paseo aún sin rotular en la Chana casi por decisión personal del concejal y presidente de la Diputación, antes de caer en desgracia, Sebastián Pérez, fans convicto y confeso; acaso por la parte cofrade del heterodoxo personaje, que le cantaba a las vírgenes con fervor mariano, pero paradójicamente llamó a sus grupos Sacramento y ¡Luzbel!

Y un tanto más raro aún es encontrarse con la calle Baden Powell a la vera del río Monachil. Acaso por una errata en la baldosa que lo preside, y en vez de dedicarse al militar británico fundador de lo Boy Scouts, la ausencia de guión en su formulación remite al mucho más pacífico guitarrista brasileño, mítico compositor de piezas imperecederas como 'Samba triste', 'Canto de Ossanha' o 'Berimbau'. Como decían desternillados Les Luthiers en uno de sus gags: «¡Lo que cambian las cosas por un 'rabito'!».

Recuerdos pendientes

En el apartado de pendientes queda Enrique Morente, también a título póstumo, que ya tiene recuerdo en Vegas del Genil, Churriana y Vélez de Benaudalla, pero todavía no en Granada ciudad, si bien se ha sugerido que su nombre e iría muy bien al Auditorio del Chumbera y hasta se propuso su nombre para la estación del AVE, pero por ahora sigue ausente de nuestras paredes.

Los homenajes en vida, muy agradecidos por los músicos. J. J. G.

Sin olvidarnos de Los Ángeles (¡con su barrio madrileño ya!), merecedores por derecho de un recuerdo más allá de las 'Vistillas' o la 'Huerta', que tienen más que ver con otro tipo de querubes menos musicales. Así como el muy periódicamente comentado reconocimiento en Atarfe a su grupo Realidad, vecinos también muy populares durante su corta existencia, algo muy hablado entre sucesivos alcaldes de la localidad y aún por concretar.

El barrio de la música

Y ya que citamos a Vélez, esa localidad ha sido el primer municipio que se ha propuesto tener un barrio entero con nombres musicales, y además de los ya mencionados tiene el Barrio de la Música citas a 091, Los Planetas, Estrella Morente, Los Ángeles y Los Albas, sí, el grupo local de hermanos Rodríguez Coínes que hizo fortuna y fama desde Barcelona en los años setenta. Su alcalde, Francisco Gutiérrez, considera que ha sido «un apoyo a la cultura y un reconocimiento a tantos artistas como tenemos en Granada. La vida sin música no sería vida como la conocemos, no hay que olvidar cómo nos emociona y cómo la música nos hace mejor la vida».

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