Edición

Borrar
Julio Alcaraz revisa la manga del Cristo, ya con su esplendor original. Ramón L. Pérez
El Nazareno desaparecido de Pablo de Rojas vuelve a la vida

El Nazareno desaparecido de Pablo de Rojas vuelve a la vida

Más de dos años de trabajo en el taller de Julio Alcaraz han transformado la pieza, confundida con una del XVIII

Sábado, 7 de diciembre 2024, 00:01

En el catálogo de Bienes Culturales de la Junta se le describía como «Nazareno de vestir del siglo XVIII», pero resultó que no. Que era un nazareno del XVI, uno de los cuatro más importantes realizados por el gran maestro renacentista Pablo de Rojas, custodiado por la Orden Trinitaria y desaparecido desde dos siglos atrás. Una talla salvajemente maltratada –casi tanto como el propio Cristo al que representa– por el empeño en convertirla en un muñeco vestido –casi travestido, podríamos decir– con su peluca y todo. Estaba en la iglesia parroquial de la Encarnación de Atarfe, y cuando el restaurador Julio Alcaraz lo vio por primera vez, comprendió rápidamente que no era una obra de tercera, como el catálogo de la Junta daba a entender. «Nos dimos cuenta por la factura que en él estaba la mano de Pablo de Rojas, y que la época de su factura ronda la década de los 80 del siglo XVI», afirma. Rojas tenía un taller en la calle Elvira, donde esculpió esta obra, quizá estofada por Pedro de Raxis, su primo, o algún otro profesional próximo a su círculo.

Los elementos que identifican su autoría son los volúmenes que aún quedaban intactos cuando s acometió el trabajo de restauración. Con todo, ha sido intervenido por diversas manos. «La cabeza fue repolicromada y 'rapada' dejándole solo los mechones de la nuca, lo que hizo que le quedara una especie de joroba, al sacar el falso cuello», señala. Una de las manos de la talla, la derecha, no es original –se la puede datar entre finales del siglo XIX y el XX–, algo fácilmente identificable por su factura, más tosca. La izquierda, sin embargo, sí que es trabajo de Rojas. La barba se retalló quizá a mediados del siglo XVII para adaptarla a las preferencias de la época, lejos de las tupidas que ejecutaba el autor. «Por cómo se hizo, este trabajo puede pertenecer al taller de los Mena», destaca Alcaraz, «que preferían barbas más perfiladas y formas del rostro no tan rotundas como las de Rojas». También delata la intervención la presencia de ojos de cristal, que comenzaron a utilizarse tiempo después de que se tallara la pieza, en el XVII. «Son de los más bonitos que he visto, azules, con una ejecución perfecta».

La intervención del XVII se ciñó a la cabeza, sin entrar en otras partes del cuerpo de la talla.Pero lo que sucedió después fue mucho peor. En el XVIII se le acortaron los brazos y las mangas y, serrucho en mano, destrozaron todos los volúmenes de atrás para ponerle una túnica que quedara bonita a la vista, y se le repintaron pies y manos. Fueron casi 300 años de transformación de Nazareno en 'Ecce homo' borjiano, casi.

Tras un estudio detallado de sus hermanos los nazarenos de Rojas, se han podido reproducir los volúmenes con los que trabajaba el autor original, y las huellas de los límites tallados en la peana han permitido averiguar hasta dónde llegaba la imagen original. También la melena se ha podido delimitar por el mismo método. Y, una novedad, se ha creado un modelo en tres dimensiones para reconstruir el Cristo original, y saber, más o menos, cómo debía quedar tras la restauración.

Preservación

El trabajo sobre modelos ha evitado actuar en primera instancia sobre la policromía original, realizada con oro de 24 quilates. A partir de los modelos tridimensionales, la estructura original de madera de pino se ha completado con cedro, más resistente al tiempo y los xilófagos, insertada con mucho mimo «como si fuera un puzle», y reestucada. Hasta tres policromías se habían superpuesto sobre la madera, y solo la de los pies, la peana y el cuerpo mantenían su aspecto original. Entre la tarea emprendida, un punto clave ha sido la igualación del aspecto de las dos manos, pertenecientes, como se ha dicho, a centurias diversas.

Es difícil saber cómo llegó el Cristo a Atarfe, pero el hecho de que la Orden Trinitaria fuera desamortizada en el XIXhace pensar que fue comprada en ese periodo para completar un retablo construido por entonces, sin que haya noticia documental al respecto, sin embargo. Sus tres 'hermanos' están en Huétor Vega, en la Basílica de las Angustias –este podría ser un gemelo del ahora restaurado– y en Priego de Córdoba, muy famoso este último. Más de dos años y miles de horas después, gracias al trabajo de un equipo dirigido por Alcaraz e integrado por restauradores, escultores, ebanistas y químicos, desde ahora, este Cristo que apenas llega al 1,60 de altura va a volver a su lugar completamente renovado y con su renovado esplendor.

La policromía original, realizada al temple con huevo, en tonalidades azules y moradas, ha dejado paso a los pigmentos al barniz, reversibles, según los criterios de restauración actual. A corta distancia, se pueden observar las características líneas que marcan las zonas donde se ha actuado. Toda la obra rezuma majestad, mucho más cuando se conoce que, al contrario de lo que ocurría en el XVII, cuando ya se utilizaba el método del embón para tallar a partir de un armazón, esta obra está hecha a partir de únicamente dos piezas de madera, con la unión perceptible a la altura de la pierna izquierda. Estamos, en definitiva, ante una obra maestra, lista para ser admirada en todo su esplendor en Atarfe.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

ideal El Nazareno desaparecido de Pablo de Rojas vuelve a la vida