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El clavecinista Juan Pablo Gamarra, el sábado en la iglesia de Nigüelas. ALFREDO AGUILAR
Nigüelas vuelve a llenarse de música

Nigüelas vuelve a llenarse de música

A pesar de la pandemia, el festival FIAPMSE, organizado por la Fundación Hispania Música, ha llegado a su 16 edición con llenos en todos sus conciertos.

José Antonio Muñoz

Granada

Lunes, 17 de agosto 2020, 00:16

Atardece en Nigüelas el 15 de agosto más extraño de nuestra historia reciente. El pueblo está lleno; el Ayuntamiento ha tenido que habilitar nuevas zonas de parking para los coches porque todas las casas rurales alquilables han colgado el cartel de 'completo'. Huyendo de la aglomeración de las playas, muchos veraneantes han vuelto su mirada al interior. Y una de las sorpresas del verano en el pueblo de los 'lentos', la patria chica del movimiento 'slow' es el Festival Forum de Alto Perfeccionamiento Musical del Sur de Europa, más conocido por sus siglas FIAPMSE.

La verdad es que hoy un Festival como este, en un marco distinto de las grandes capitales o los grandes focos de la cultura, es algo de lo más habitual. Otros ciclos como Rialp o Morella también se organizan en localidades pequeñas con encanto, como es el caso de Nigüelas. Pero hace 16 años, que una orquesta de nivel como Concerto Málaga (nominada al Grammy por su disco 'Serebrier conducts Granados') se fijara en un pueblo del valle de Lecrín de poco más de 1.000 habitantes que apenas alcanza a verse en lontananza desde la autovía, fue todo un acontecimiento. La cosa tiene mérito, aunque también un poco de truco: algunos componentes de la orquesta son granadinos y alguno incluso se ha casado con una nigüeleña, por lo que conocían el paño. En cualquier caso, el FIAPMSE forma ya parte del paisaje de Nigüelas, y sus vecinos y visitantes lo saben.

El año pasado fueron una docena los conciertos que integraron el ciclo. Este año, la Covid-19 los ha dejado en cuatro. Pero el mero mantenimiento de la iniciativa, como ha ocurrido con sus 'hermanos mayores' los festivales de Música y Danza y de la Guitarra, da una idea de las ganas que Granada tiene de disfrutar con la música clásica. En la noche del sábado, el ambiente ya era de expectación a media hora de que se abrieran las puertas de la iglesia parroquial que se enseñorea en la parte más alta del pueblo.

Miembros de la Fundación Hispania Música, organizadora del Festival, preparaban los últimos detalles: el correcto 'marcado' de los bancos, el gel hidroalcohólico a la entrada... José Manuel Gil de Gálvez, director del Festival y concertino de Concerto Málaga, afirma que «a pesar de las limitaciones de aforo y del miedo, legítimo, que existe a asistir a espectáculos, todos los conciertos del ciclo han registrado un lleno».

Haciendo afición

Posar los ojos en este evento es hacerlo en una iniciativa de las que hacen afición, haciendo llegar la música allí donde más necesaria es, creando nuevos públicos y haciéndoles partícipes del legado de compositores como Bach o Scarlatti, protagonistas el concierto de clave que supuso la clausura de este ciclo. Además, la vertiente formativa del FIAPMSE la palparon quienes asistieron en la iglesia al concierto del sábado. El ejecutante, el clavecinista Juan Pablo Gamarro, presentó las obras de Bach de una forma amena, mezclando tanto cuestiones de índole técnica como biográficas. Así, la música, aparte de sentirse, se entiende.

El programa que se ofreció fue más que interesante, no solo por el intérprete, sino por el instrumento en el que tocó: un clave que reproduce un modelo del siglo XVII, con una bella caja cuya tapa muestra un cuadro de Vermeer, y leyendas alusivas sobre el teclado y en la parte de la caja más cercana a este. Cuando suena, lo hace de forma cantarina, con el tempo justo, y la explicación previa, de nuevo, sobre la vida de Scarlatti, introduce una de las grandes verdades de la música: casi siempre, esta nace del pueblo, y al pueblo vuelve. Por eso, muchas de las piezas de este gran español nacido en Nápoles rezuman la feliz cercanía del terreno conocido, de esas veladas al fresco cuando el calor, como en estos días, aprieta.

Mientras Gamarro enreda nota tras nota, el público, colocado como manda el Ministerio y convenientemente embozado como aquellos majos de capa larga que iban de juerga en las calles de la villa y Corte, disfruta del espectáculo embelesado. Entre ellos hay veraneantes, naturales del pueblo que vuelven a sus orígenes en vacaciones, extranjeros que al fijar su residencia en la población ya no lo son tanto, y turistas, por supuesto. La música de Antonio Soler fue el perfecto colofón de un concierto que mostró cuánto puede dar de sí un evento como este. Sencillo, pero a la vez ambicioso.

Como Gil de Gálvez recuerda, el FIAPMSE comenzó siendo una iniciativa modesta, pero tras 16 años ha crecido hasta convertirse en un pequeño gigante escondido entre las lomas del Valle de Lecrín. Así, al propio Festival se une el proyecto Akademie, que ha permitido en estos años a muchos jóvenes instrumentistas acudir a clases y seminarios, y el proyecto Promenade, que ha llevado la música a espacios nuevos del Valle de Lecrín y de las capitales malagueña y granadina.

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