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Julio Miguel Román Punzón limpia con un isopo la superficie del fragmento de 'lanternarius' hallado este verano en la Villa Romana de Salar. RAMÓN L. PÉREZ

El niño adormecido que 'vivía' en la Villa Romana de Salar

Patrimonio ·

Los arqueólogos analizan ya en el laboratorio las 400 piezas cosechadas en la campaña de este verano, entre las que destaca el fragmento de una estatua infantil

Jorge Pastor

Granada

Domingo, 25 de septiembre 2022, 00:01

Es una de las representaciones clásicas de la escultura romana. Un niño de unos diez años que, con aspecto adormecido, porta una linterna en la mano. Un infante, bautizado como 'lanternarius', que cubre su pelo rizado con una capucha. Pues bien, este es uno de los principales hallazgos en la última campaña de excavaciones acometida el pasado mes de agosto en ese tesoro que se llama Villa Romana de Salar. A diferencia de las ninfas, que aparecieron enteras, en este caso tan solo se ha localizado un segmento de la cabeza que, eso sí, permite discernir con bastante verosimilitud cómo era la estatua completa. Una tarea que se está acometiendo en estos momentos en el Laboratorio de Arqueología Biocultural de la Universidad de Granada que dirige el profesor José María Martín Civantos.

Fotografiando el fragmento de cabeza del 'lanternarius' en el laboratorio. RAMÓN L. PÉREZ

Hasta estas instalaciones, dotadas de toda la tecnología para el análisis arqueológico, acaban de llegar unas cuatrocientas piezas procedentes de la Villa Romana de Salar entre cerámicas, restos cadavéricos de animales y elementos pétreos. Ahí trabajan a piñón en estos momentos profesorado y alumnado del grado y el máster de Arqueología para documentarlo todo y para seguir profundizando en el conocimiento de la suntuosa Villa Romana situada a las afueras de Salar y en la que probablemente vivió L. P. V., miembro de la familia Valeria Vegetti, una de las más acaudaladas y poderosas de la Bética.

Trabajando en el laboratorio. RAMÓN L. PÉREZ
Imagen principal - Trabajando en el laboratorio.
Imagen secundaria 1 - Trabajando en el laboratorio.
Imagen secundaria 2 - Trabajando en el laboratorio.

Pero volvamos al 'lanternarius' que ahora mismo está siendo examinado en el Laboratorio de Arqueología Biocultural. Según el director de la Excavación Villa Romana de Salar, Julio Miguel Román Punzón, debía de medir en torno a un metro y está realizado con mármol importado desde fuera del Imperio. Cabe la posibilidad de que procediera de la zona del Pentélico, la montaña griega de Ática cuya roca se empleó para la construcción de los monumentos atenienses del siglo V antes de Cristo. Los 'lanternarius' se usaban en el ornato de espacios domésticos aunque, en este caso, ha sido hallado en un lugar de vertido de acarreos datado en el siglo VI. Es decir, que se utilizó como material de derribo para acometer otras construcciones dentro de la propia Villa Romana de Salar, cuya cronología va de los siglos I al VI después de Cristo.

Datos

  • Siglo VI El 'lanternarius' se ha hallado en el transcurso de las excavaciones en un edificio monumental, posiblemente una casa señorial datada a finales del siglo VI.

  • 120 La campaña arqueológica en la Villa Romana ha levantado gran expectación. Solo a la jornada de puertas abiertas acudieron 120 personas.

¿Dónde estaba el 'lanternarius'? Pues en el área donde se ha centrado el trabajo en este 2022, un edificio monumental situado a unos cincuenta metros del triclinio y sus espectaculares mosaicos. «Nuestro objetivo –explica Julio Miguel Román– era saber más sobre sus dimensiones y sobre su funcionalidad». Respecto a lo primero, habrá que esperar hasta 2023 para disponer de una información más precisa. En referencia a lo segundo, Román Punzón se decanta por que estemos ante otra casa señorial menos fastuosa, en línea con la tendencia a la austeridad que impuso poco a poco el cristianismo.

Midiendo una de las piezas. RAMÓN L. PÉREZ

Desde el punto de vista formal, también habrá que esperar al próximo curso, cuando se continúe hoyando en dirección suroeste y noreste. Parece que el núcleo de este inmueble es una exedra simétrica. O sea, una habitación en semicírculo que posiblemente se destinara en la etapa final de la Villa Romana de Salar, a finales del siglo VI, a punto de combustión. Incógnita que se despejará a medio plazo.

«La escultura medía un metro y estaba fabricada con mármol importado posiblemente desde Grecia»

JULIO M. ROMÁN

Arqueólogo

Además del 'lanternarius', los arqueólogos también han encontrado un interesante capitel decorado de orden compuesto de mediados del siglo V y que debía de estar en un espacio porticado. ¿Cómo es? Si tiene tiempo y ganas puede ver alguno parecido en el Museo Arqueológico de Granada. En este caso, de la Villa de Daragoleja, excavada en Íllora en el siglo XIX. Respecto a los ejecutares, Julio Miguel Román considera que se trata de un taller situado en la Vega de Granada por la composición de calcarenita de las canteras de Santa Pudia en Escúzar.

Trabajo de documentación. RAMÓN L. PÉREZ

Pero la actividad estival en la Villa Romana de Salar ha dado mucho más de sí. Según el alcalde Armando Moya, durante el mes de faena el flujo de visitantes a la localidad salareña ha sido constante, alimentado por las noticias que se publicaban en prensa. Tanto es así que el día de puertas abiertas se acercaron ciento veinte personas interesadas en conocer de primera mano todos esos tesoros que están aflorando en la Villa Romana de Salar.

«Nuestro principal proyecto es la colección museográfica para exponer en Salar todas las piezas»

ARMANDO MOYA

Alcalde de Salar

Salar y sus 2.600 habitantes se juegan mucho. La Villa Romana ha propiciado, por ejemplo, la creación de cuatro casas rurales –antes no había ninguna–. También permite el mantenimiento de un tejido hostelero formado por dos restaurantes y nueve bares. Se han creado, además, asociaciones y empresas en torno a la Villa. Se celebran seminarios y estudios históricos, jornadas romanas con grupos de recreación, eventos que siempre llevan el apellido de 'Villa Romana de Salar' como la noche en blanco... A todo ello hay que sumar conferencias, talleres y actos para los críos.

Críos como ese 'chiquillo' de diez años que, quince siglos atrás, iluminaba con una lámpara la Villa Romana de Salar.

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