Noa, en uno de los momentos del concierto que ofreció anoche en Granada. Pepe Marín
1001 músicas

Noa defiende el idioma de la paz en Granada

La artista israelí embruja el Teatro del Generalife con una actuación cargada de belleza y multiculturalidad como argumento ante la barbarie

Eduardo Tébar

Sábado, 14 de septiembre 2024, 00:00

Tener a Noa cantando en español 'Beautiful that way' en Teatro del Generalife, la archiconocida melodía de Nicola Piovani a la que la diva israelí puso voz y letra a partir de la película 'La vida es bella', seguramente representó una sublimación de la lindura ... para muchos de los presentes este viernes en su concierto en el ciclo 1001 Músicas. Un regalo caído del cielo. Con la voz más internacional de aquel lugar de Oriente Próximo iluminada por una luna creciente, en el centro del escenario con el telón natural de cipreses. Y así fue. Así ocurrió en la despedida.

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Pero bien es cierto que la belleza del final contrastó con la cruda realidad del comienzo. Antes de iniciar la actuación, Achinoam Nini leyó una carta sobrecogedora con una dicción nítida en nuestro idioma. Un texto que debería retumbar en los despachos donde se diseñan todas la estrategias geopolíticas. Noa resumió el dolor producido por la barbarie que estos días acapara informativos. Habló de almas y sueños destrozados, de «líderes terribles y sádicos». «Me niego a defender a mi país sin defender también a mis amigos en Palestina», dijo. «Rezo por el fin de esta pesadilla. No hay nada más sublime que la búsqueda de la paz y el amor», declaró.

La artista nacida en Tel Aviv defendió el idioma de la paz. «La música es la medicina del alma; el regalo de los ángeles a la humanidad», sentenció, poniendo en valor la carga de simbolismo histórico del hecho de ser una judía que canta en este lugar, la lado de la Alhambra, y en la tierra «en la que Isabel y Fernando firmaron el decreto de expulsión hace más de quinientos años».

«Me niego a defender a mi país sin defender también a mis amigos en Palestina», dijo la cantante de Tel Aviv

Lo que vino a continuación fue un recital hermoso, íntimo, que transitó desde lo jazzístico hasta la artesanía ancestral. Noa cerraba filas con los suyos a lomos de piezas que parecen arrastrar el peso de una larga historia y que cantó con vigor, tocando al final a la vez un set' de percusión, como enfatizando cada sílaba a golpe de conga. Antes empezó con 'There must be another way', que compuso para Eurovision 2009 con la palestina-israelí Mira Awad. El público granadino se encontró con el privilegio, además, de escuchar por primera vez en España cuatro canciones de un nuevo proyecto, aún inédito. Así, 'Water' o 'To all the brokenhearted' maravillaron de primeras. Mención especial para la emotiva 'Fear and the river', reflexión sobre el tránsito de la vida a la muerte inspirada en la poesía de Khalil Gibran.

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Noa, como siempre, estuvo muy bien arropada por su fiel guitarrista Gil Dor, algo más que su mano derecha musical. Una formación en la que destacó la cuota de protagonismo del pianista ucraniano Ruslan Sirota. Políglota, interpretó 'Again and again' es castellano. Y se acordó de su complicidad con Sabina y Serrat en el vals 'You-tú' y en 'Es caprichoso el azar', sin dejarse en el olvido su delicada relectura del 'Eye in the sky' de Alan Parsons. Plegarias necesarias. 

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