La segunda noche del Festival Internacional de Tango de 2024 fue prolija en descubrimientos y homenajes. El primer tributo fue el que abrió la velada, con Osvaldo Jiménez, el incombustible cantante gardeliano –según los expertos, el mejor de Europa– quien interpretó 'Silencio', precisamente de Carlos ... Gardel, mucho más que una canción costumbrista, un himno a favor de la paz. En su presentación, se destacó su incansable compromiso social, y su continua presencia allá donde se le requiere. Sentido el aplauso del público a este argentino que un día eligió Granada para vivir.
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La segunda emoción de la noche la provocó la presencia en el escenario de una serie de instrumentos inusuales en un festival de estas características: las flautas y otros parientes de la familia del viento–metal. Sin duda, una oportunidad para redescubrir lo que este género universal puede dar de sí. El Granada Flute Ensemble y el Power Tango Trío dieron toda una lección de delicadeza al tratar temas como 'El esquinazo', con el que cerraron su intervención, uno de los clásicos del género, que primero fue música escrita Ángel Villoldo alrededor del año 1900, y cuya letra se añadió después. El público pudo disfrutar, pues, de la versión más pura de este tema. Con 'Gricel' del inolvidable Aníbal Troilo, apareció la pareja de baile formada por Victoria Martín y Matías Caporale, y a estos dos siguieron 'Nocturna', también de Troilo; 'Flor de lino', con música de Héctor Stamponi, la muy fresca y primaveral 'Romance de barrio', de Homero Manzi, y una excelente versión del 'Oblivion' del gran Astor Piazzolla, de nuevo con baile, en este caso de Niche Ramírez y Ximena Carnevale, en una coreografía muy contemporánea, pero fiel a la esencia del género.
Sendos temas bailados por las parejas Victoria Martín y Matías Caporale y de nuevo Ramírez y Carnevale fueron el preludio a la segunda parte, dedicada a las cancionistas de la Edad de Oro del Tango. La voz de Daniela Horovitz y la guitarra de César Angeleri mecieron al público por temas tan conocidos como 'Traviesa', 'Pipistrela', 'Madreselva', la simpática '¿Qué querés con ese loro?' que en su día popularizara Sofía Bozán, 'Andate' de Roberto Fontaina y Rodolfo Sciammarella o la imprescindible 'Volver'. 'Me enamoré una vez' fue el 'bis' que cerró una noche en la que asombro y delicadeza se dieron la mano en el Isabel la Católica.
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