La Orquesta Ciudad de Granada (OCG) fue pionera en nuestro país en la organización de actividade didácticas, que desde su creación han acercado a la música clásica a más de medio millón de espectadores, entre alumnos de Infantil, Primaria y Secundaria, además de profesores y ... familias. En esta temporada, serán más de 35.000 los asistentes a los 30 conciertos didácticos –con tres programas distintos–, siete grupos de ensayos abiertos con otros tantos programas, cinco conciertos familiares con cuatro programas distintos, las dos propuestas de la Joven Academia de la OCG, y los tres cursos, con ocho sesiones, de los Cursos de Formación del Profesorado.
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Tan abrumadoras cifras pueden hacernos perder de vista una realidad como la comprobada en la mañana de ayer en el Auditorio Falla. Fueron 18 los centros académicos que ayer aportaron público –joven en todos los casos, si exceptuamos al profesorado veterano– y 2.300 los asistentes a los dos pases del primero de los espectáculos educativos de esta temporada, el divertido 'Stand up, music!' basado en una idea original de Edmon Levon y Ana Hernández-Sanchiz, quienes ejercieron de 'comaestros' de ceremonias, el primero batuta y violín en mano, y la segunda como presentadora y animadora de un cotarro muy difícil de controlar, porque los niños, son niños, como recordó Joan Manuel Serrat.
Curiosamente, Levon, violinista de la Orquesta e hijo del también violinista Berdj Papazian, recientemente jubilado de la propia formación, se ponía por primera vez al frente de su OCG en un concierto didáctico. El ayer director está desarrollando una meritoria carrera a nivel nacional e internacional, con presencia en algunos de los más acreditados concursos de directores a escala global. Por ello, el espectáculo codiseñado por él va a la esencia de la interpretación, intentando desentrañar, con propuestas sencillas, todo lo que la orquesta ofrece, enseñando, por ejemplo, para qué sirve un director, amparándose para ello en un pequeño baúl del que lo mismo sale el bastón con el que Lully marcaba el compás –y cuyo uso le costó la vida– que toda una suerte de adminículos imprescindibles para hilar un discurso que, a tenor de lo vivido, caló entre los jóvenes asistentes, divertidos ante los músicos «dormidos tras una fiesta de Halloween que se prolongó más de la cuenta», o «indolentes» intérpretes de 'La primavera' de 'Las cuatro estaciones' hasta que la batuta del director –iluminada para la ocasión– los puso en su sitio. La música, sin duda, con arte entra.
El gerente de la Orquesta, Roberto Ugarte, desentrañó con ese 'ruido de fondo' que sinceramente agradecía Miguel Ríos, algunos de los grandes atractivos en esta nueva temporada de actividades didácticas. Además de 'Stand up, music!', los jóvenes asistentes podrán ver 'Parade, el circo de los valientes', uno de los mejores espectáculos de la compañía granadina La Maquiné, donde se cruzan las estéticas de Picasso con la música de Satie, Stravinsky y Poulenc. Como el propio espectáculo que vimos ayer, 'Parade' busca que el público se aleje de los lugares comunes en torno a la clásica, para acercarse sin prejuicios a una modalidad musical que es una forma de vida, donde se aplaude «pero no se silba», como recordó Hernández-Sanchiz durante el espectáculo a quienes no sabían dónde estaban. La tercera propuesta didáctica de este año es otro clásico: vuelven Funamviolistas, el exitoso trío, con una propuesta tan fresca como siempre.
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