Víctor Pablo Pérez, rodeado de atriles y batuta en mano, en el escenario del Falla. j IDEAL
Víctor Pablo Pérez | Director de orquesta

«La OCG ha mantenido el pulso durante más de tres décadas»

El burgalés estrena en Granada este fin de semana 'Elías', el oratorio de Mendelssohn, con la OCG, su coro y cuatro solistas, en el Falla

Miércoles, 26 de marzo 2025, 00:46

Víctor Pablo Pérez (Burgos, 1954) es una auténtica leyenda de la batuta en nuestro país. Su trayectoria como 'hacedor' de orquestas le avala. Convirtió a ... dos formaciones que partían de la nada –la Sinfónica de Galicia y la de Tenerife– en conjuntos de referencia nacional e internacional, y conoce a la Orquesta Ciudad de Granada prácticamente desde sus comienzos. Este fin de semana (viernes y sábado) llega al Centro Cultural Manuel de Falla para estrenar en la ciudad el oratorio 'Elías' de Mendelssohn, una obra jamás oída en la ciudad (al menos, que se tenga noticia) y que interpretará con la orquesta y el coro vinculado a ella, y la presencia de Alicia Amo (soprano), Anna Alàs (mezzosoprano), Stuart Jackson (tenor) y José Antonio López (barítono) como solistas.

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–'Elías' es monumental.

–Sin duda. Está, para mí, a la alttura de las 'Pasiones' de Bach, la 'Misa en si menor' olos grandes oratorios de Haendel. Mendelssohn 'crea' la evolución natural de esas obras. Hay gente que ha pensado que era un músico menor; para nada. Los propios alemanes –el IIIReich persiguió su música y su figura con saña– son en parte responsables de ese escaso conocimiento que se tiene de su calidad como compositor. De hecho, sus sinfonías se intrepretan hoy bastante, con una frecuencia que supera, dentro de su producción, al de otros autores con mucho mayor catálogo, como Beethoven o Mozart.

–¿Cuál fue su principal habilidad como compositor?

–Aparte de lo que le comento, continuar con la tradición de antecesores como los citados, escribe muy bien para el coro, de forma muy natural.

–'Elías' es una obra larga, más de dos horas.

–Sí, y nosotros lo vamos a interpretar en su inegridad. Alguna vez se le han hecho cortes, pero pienso que estos rompen con la acción que se está desarrollando, muy descriptiva. Este oratorio es muy cinematográfico.

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–El Elías que muestra musicalmente Mendelssohn es un hombre con dudas, con miedo hasta de sí mismo y sus profecías. ¿Cómo se cuenta la historia desde el punto de vista sonoro?

–El personaje no sólo tiene miedo de sí mismo, tiene miedo de que lo maten. De hecho, en un momento se escapa y sufre hasta el final, con ese aria 'Ya es suficiente' que narra su sufrimiento, con la sensación de soledad y derrota total que tan magistralmente escribe el compositor, con pasajes de una lírica muy profunda. Es un aria bellísima.

–Para la orquesta, ¿qué dificultades supone la interpretación de 'Elías'?

–Sobre todo, mantener la tensión interpretativa durante todo el tiempo. Sólo toca en solitario durante la obertura, luego se dedica a acompañar a coro y cantantes. No es especialmente dificultosa, pero sí muy teatral. Hay momentos en que el coro pasa en pocos compases de la reflexión y la oración hacia la acción más desenfrenada, e incluso violenta.

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–Ese dramatismo conecta con el romanticismo al narrar.

–Completamente. Ya no son las narraciones de las 'Pasiones' de Bach, sino una historia mucho más directa, que apela a los sentimientos. Hay momentos en que intervienen los ángeles, y en Granada, la soprano se desplazará fuera del escenario para cantarlos.

–Las dos funciones van camino del lleno.

–No me extraña. Tengo que invitar al público a que venga a verla, porque es una obra bellísima y que se escucha con gusto.

–Mendelssohn tuvo una vida muy corta, pero muy productiva.

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–Cuando muere, efectivamente, es muy joven. Apenas vivió 37 años. En ese tiempo, su actividad fue febril, ya que no paró de dirigir y viajar. Tenía momentos de euforia y otros donde estaba extenuado. Su trabajo en el redescubrimiento de Bach fue encomiable. Creo que su vida fue tan intensa que acabó agotándose a sí mismo, un caso parecido al de Mahler.

–Usted es ya como de la familia. ¿Qué supone volver a Granada?

–Siempre que he venido, tanto al Festival como a trabajar con la OCG, ha sido fantástico. La orquesta no ha perdido ese pulso por hacer bien la música, que es muy importante, a pesar de que el sistema 'autonómico' que comenzara hace algo más de tres décadas haya dado lugar a formaciones que han sufrido altibajos. Granada sigue sonando muy bien, y es un placer dirigir aquí.

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–Usted conoce a fondo el panorama orquestal español, ya que actúa como director invitado con muchas de ellas y ha sido titular en cuatro. ¿Cómo ha evolucionado?

–Creo que ya no es estrictamente necesario importar talento de fuera. Hay músicos excelentes en todas las familias. Las orquestas, por otro lado, se han puesto las pilas para no tocar lo mismo a la vez. Yel nivel de afinación es increíble. Le puedo contar la anécdota de que cuando grabé con la Orquesta de Tenerife zarzuelas como 'Doña Francisquita', 'La tempranica', 'El barberillo de Lavapiés', algunos decían que sonaban demasiado bien. Estaban acostumbrados a la desafinación. Claro que quienes cantaban eran Plácido Domingo o Alfredo Kraus... Hoy podemos decir que las orquestas están a un gran nivel.

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