Heras-Casado, durante una de las funciones de 'El ocaso de los dioses' en el Teatro Real. JAVIER DEL REAL

Pablo Heras-Casado completa con éxito la Tetralogía del Nibelungo en el Teatro Real

El director granadino dirige esta semana en Berlín 'El amor brujo' de Falla con Marina Heredia y luego el 'Don Giovanni' en La Scala de Milán

Martes, 8 de marzo 2022, 00:47

No hay un reto operístico como la Tetralogía del Nibelungo de Wagner. Dirigirla es lo máximo a lo que puede aspirar un director que se precie. Y hacerlo en el Teatro Real, el sueño de todo aquel que levanta una batuta en nuestro país. O ... en el caso del granadino Pablo Heras-Casado, la mano, ya que dirige sin batuta. En cualquier caso, hace unos días, con la última función de 'El ocaso de los dioses', se cerró un ciclo que ha durado cuatro años –pandemia de por medio– y en el que Heras se ha puesto al frente de la orquesta del Real para contar la saga mitológica de Wotan, Sigfrido, Brunilda y el anillo, que también inspirara a Tolkien su trilogía literaria, luego llevada al cine.

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El director granadino aún estaba días después de la última función recuperándose del esfuerzo, aunque sin parar, ya que se encontraba en Milán con los primeros ensayos del 'Don Giovanni' de Mozart, que dirigirá en La Scala a finales de este mes. «Solo he tenido un día de transición, pero el trabajo es así», afirma. Cantantes, orquesta y el equipo del Teatro Real han hecho un gran trabajo, según su punto de vista, para conseguir una culminación de la Tetralogía acorde con el esfuerzo anterior. «Es la situación más extrema a la que se puede enfrentar un director, no solo por la longitud de la obra, sino por la alta exigencia del material musical y dramático, que requiere mucha concentración y energía. Mantenerla a lo largo de cinco horas y media no es fácil», comenta Heras.

El director tuvo covid en su variante Ómicron, lo que le impidió estar al frente de la orquesta en todas las funciones –se perdió dos de las nueve previstas– pero salvo una semana en que su estado fue más delicado, ha estado al pie del cañón todo el tiempo. «Cuando me reincorporé, dirigí cuatro funciones que, para mí, han sido muy especiales», asegura. «Tratándose de títulos como este, aunque en general en todos, cada noche es una página en blanco, porque hay que volver a darle vida al drama y dirigir el pulso dramático». Y con la dificultad añadida de haber tenido que efectuar cambios en la orquesta e incluso en algunos cantantes por mor de la pandemia, haber podido terminarlo sin grandes contratiempos y con una crítica favorable ha supuesto para el granadino todo un éxito.

Cuatro años de trabajo

Heras-Casado afirma que es difícil encontrar un coliseo más apropiado que el Teatro Real para dirigir esta magna obra wagneriana. «Es uno de los grandes centros de la lírica a nivel mundial. Y eso, cuando las dos últimas partes se han tenido que llevar a cabo en las condiciones derivadas de la covid, es una garantía. Hemos tenido que separar a la orquesta del foso, lo que ha hecho aún más complicada la ejecución, pero siempre se han encontrado buenas soluciones a todos los problemas que se han ido planteando», comenta. Su profundo conocimiento del Real también ha ayudado a que la maquinaria funcione:«Todo el equipo humano del teatro ha rayado a gran altura», asegura.

El legado artístico de Wagner sigue asustando a algunos músicos. Al director granadino le produce, más bien, un profundo respeto. «Cuando entras en su música, tienes que saber muy bien el terreno que pisas. El público que ha venido al teatro y ha visto la tetralogía ha comentado que, a pesar de la duración de algunas partes, no le han parecido largas. Y eso ha sido así porque entre todos hemos logrado mantener el pulso dramático. Títulos como estos, o crean aficiones o las entierran. Y creo que hemos conseguido crearlas».

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Entre Berlín, Milán y Ámsterdam, con la guerra como fondo

La agenda del director granadino le llevará esta semana a dirigir a la Orquesta de la Radio de Berlín, donde interpretará 'El amor brujo' de Falla con Marina Heredia como solista, y luego tiene compromisos en Ámsterdam, Colonia, Hamburgo, Viena –donde dirigirá 'Orfeo' de Monteverdi– y Valencia. Muy preocupado por la situaciòn derivada de la guerra ruso–ucraniana, valora con tristeza las consecuencias que para los artistas y la cultura rusa puede tener un conflicto que ya ha ocasionado, por ejemplo, que en Granada se cancele la actuación del Ballet del Mariinsky.

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