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LORENA ROJAS
GRANADA
Domingo, 21 de octubre 2018, 09:25
Por segunda vez este año Pablo López vuelve a la ciudad de la Alhambra con su 'Tour Santa Libertad' y conquistó otra vez a sus seguidores. Se reencontró con ellos en el escenario para presentar, de nuevo, su último trabajo discográfico 'Camino, fuego y libertad'. Es una de las voces más activas del panorama musical español, su último trabajo marca un antes y un después de su carrera al ser el disco más íntimo y emotivo que tiene. El artista llenó por completo el Palacio de los Deportes de Granada, y como ocurrió el pasado mes de febrero, colgó el cartel de 'No hay entradas'.
Horas antes del concierto, y a pesar de la lluvia, los fieles seguidores del cantante empezaron a hacer cola a las puertas del recinto. El frió les calaba por la ropa, aunque eso no era un impedimento para esperar la apertura de puertas del pabellón. Entre todos ellos se hacían compañía compartiendo sus experiencias, el tiempo pasaba más rápido de esta forma.
Desde hace cuatro años Laura Ortega y su hermana pequeña siguen al cantante. Se quedaron sin entradas el pasado mes de febrero y cuando se enteraron de que pasaría de nuevo el cantautor por la ciudad, no dudaron ni un segundo en adquirir rápidamente sus entradas: «Nos quedamos sin entradas por esperar demasiado, esta vez las compramos nada más enterarnos de que venía de nuevo a la ciudad».
De principio a fin Pablo López estuvo extraordinario. Demostró su talento con una veintena de temas que duraron alrededor de 160 minutos. Una vez dentro del pabellón un impaciente público empezó a vocear su nombre a la par que silbaban, el malagueño se hizo esperar unos minutos.
Cuando el cantante apareció en el escenario el público clamó de emoción al verle. Arrancó con 'El Camino', una de las nuevas canciones incluidas en su último disco y canción que compuso para la película 'Thi Mai. Rumbo a Vietnam'. El sonido del piano fue recorriendo cada recoveco del lugar haciendo que los asistentes se fueran encandilando uno a uno, nota tras nota. Se rindieron a él, a sus palabras, a su música, a su poesía.
'El niño' vino después. El público estuvo entregado en todo momento, el compositor consiguió que todos cantasen a su compás cada una de las letras que salían por su boca y cada una de las notas que emitió su piano. Aunque había miles de personas en el recinto, algunos momentos del concierto fueron íntimos e inigualables. Al cerrar los ojos se podía imaginar que solo había un grupo pequeño de personas alrededor de su piano disfrutando de su música. El punto álgido del concierto fue con 'Hijos del verbo amar', uno de los temas más conocidos del cantautor. Los presentes lo dieron todo sumándose a la sintonía del cantante. El artista se entregó por completo al público, el cariño que demostró por la ciudad se vio en todo momento. «Esto es sentimiento y todo lo demás son tonterías», exclamaban algunos de los fans en la pista del pabellón durante el concierto.
Tocó 'El Patio', Pablo trasladó a cada uno de los asistentes a su 'patio interior', donde cada uno es feliz haciendo lo que más le gusta. Fue uno de los grandes momentos de la noche. Durante toda la canción una perfecta iluminación azul y naranja caía sobre el artista. Dejó que el público terminase la canción, un regalo para todos ellos, pero sobre todo para él. Caminó por todo el escenario y disfrutó viendo como cada persona que se encontraba en el Palacio de los Deportes cantaba su canción. Al terminar, emocionado, se sentó en su taburete y abrazó a su piano.
«No tengo nada que decir, estoy sin palabras», le confiesa el malagueño a su madre que se encontraba entre el público. «Mamá ¿tengo cara de loco? Pues mira a tu alrededor, esto no es normal. Es mucho amor concentrado y difícil de asimilar». Le recordó a su madre que hubo un tiempo donde venía todas las semanas a Granada y le reconoció que mereció la pena por estar ahora donde se encuentra, delante de miles de personas esperando escuchar su música.
Hay muchas maneras de tocar el piano, pero la forma en la que las yemas de sus dedos se deslizaban por las 88 teclas del instrumento no dejó indiferente a nadie. Se notó su manera de sentir la música en cada interpretación, la fuerza, la pasión y el amor que tiene por la música.
También sonaron las canciones 'Vi', 'El teléfono', 'La dobleuve' o 'El incendio', entre otras. Temas que el público coreó junto a él en una noche inolvidable. En todo momento interactuaba con los asistentes, a la par que bromeaba con ellos: «Estamos en un pabellón de deportes, no hago deporte desde el 99», se rió el cantante.
Sin duda Pablo López está en el punto más alto de su carrera. Tras su participación en la sexta edición de Operación Triunfo no ha dejado de trabajar para sacar adelante su sueño, la música. Y ese trabajo se nota, actualmente se encuentra nominado en la categoría de 'Mejor Álbum Vocal Pop Contemporáneo' por su disco 'Camina, fuego y libertad' en los Grammy Latinos, estos son los premios más importantes de la música latina internacional.
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