García Amezcua posa ante algunas de sus obras protagonizadas por galgos. JORGE PASTOR

El pintor granadino de los galgos

Pintura ·

José Antonio García Amezcua ha pintado en su estudio de Guadix más de 700 cuadros protagonizados por estos perros «huidizos y de una enorme plasticidad»

Jorge Pastor

Granada

Jueves, 5 de mayo 2022, 01:16

Fue en 2005. Andaba José Antonio con prisas para llevar a los chiquillos al colegio cuando a la altura del Caño de San Antón, en Guadix, se topó con una escena que marcaría un antes y un después en su trayectoria artística. «Había aparcadas dos ... furgonetas blancas del 'camión del tapicero' y junto a ellas, cuatro galgos blancos iluminados por los primeros rayos del amanecer». «Me apresuré para dejar a los niños en la escuela, fui corriendo hasta mi domicilio para coger la cámara y regresé para hacerles unas fotos», explica. «Así empezó todo», recuerda José Antonio García Amezcua (Guadix, 1964), uno de los pinceles más reconocibles del panorama creativo de Granada que ha dedicado buena parte de los últimos diecisiete años a retratar a esta singular raza.

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Pintando 'Diana cazadora', donde la diosa aparece escoltada por dos galgos. JORGE PASTOR

Y es que pocas personas conocen y respetan tanto a estos perros como José Antonio. «Son muy huidizos porque históricamente han sido muy castigados y se desorientan con facilidad porque se mueven por su instinto cazador y después no saben volver a casa», comenta el pintor respecto a su comportamiento. Soledad, intromisión, excitación, tranquilidad... estados del alma perruna que José Antonio ha aprehendido en los más de setecientos cuadros que le ha dedicado a estos canes a lo largo de su vida. Retratos que viajan por los cinco continentes desde Guadix hasta los hogares de coleccionistas, amantes del arte y demás clientes de este accitano, cuyas creaciones se pueden disfrutar en galerías como la de Ceferino Navarro, en Granada, donde ha expuesto en varias ocasiones –la última monográfica en noviembre de 2019–.

García Amezcua, trabajando en su estudio. JORGE PASTOR

Pero García Amezcua no captura tan solo estos cánidos desde una visión emocional, sino sobre todo desde la estética. «Son pura fotogenia», resume el pintor, que en el momento de la realización de este reportaje estaba trabajando en una idealización de 'Diana cazadora', un espectacular acrílico de 1,40 metros de alto por 0,80 metros de ancho. Se ve a la diosa romana vestida de blanco y saliendo con poderío del templo de Emérita Augusta escoltada por dos galgos que avanzan con garbo. Esta obra se podrá ver con motivo de la muestra antológica que prepara Ceferino Navarro con motivo de su veinticinco aniversario.

«Criaturas independientes»

«Son perros que no son perros, criaturas independientes envueltas en un halo de misterio», comenta José Antonio García Amezcua, que para sus obras bebe de toda la documentación disponible en libros y redes sociales –«tengo miles y miles de imágenes», dice– y también de la observación directa. «Su anatomía, su potencia, su agilidad... son auténticos atletas en movimiento, un material extraordinario y de enorme plasticidad». Respecto a la paleta cromática, depende de lo que 'pida' el lienzo, aunque nunca con exceso de color. Crudos, ocres, sienas y naranjas. También emplea diversas técnicas pictóricas y escultóricas.

«Son perros que no son perros, criaturas independientes envueltas en un halo de misterio», dice el pintor

José Antonio García Amezcua, con 58 primaveras recién cumplidas, nació con una caja de lápices debajo del brazo. «Mis recuerdos, desde párvulos, siempre estuvieron vinculados al dibujo». Recreaba en el papel con alarde de detalle todo lo que pasaba por delante de sus ojos. La matanza en casa de sus padres con cinco años o las ilustraciones de los libros de la colección 'Vida salvaje de animales' de La General con nueve. «Disfrutaba copiándolos», comenta José Antonio esbozando una sonrisa.

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García Amezcua lleva más de quince años pintando galgos. JORGE PASTOR

Con esa edad, con nueve años, pisó por primera vez la Escuela de Artes y Oficios de Guadix. «A pesar de no tener la edad, mi padre me metió en clase de dibujo», recuerda. Aquello fue un punto de inflexión para José Antonio, que desde finales de los noventa tiene su taller en una nave del polígono de la Espartera de Guadix, donde siempre está sonando, por cierto, Radio Clásica. Tras aprobar las oposiciones de profesor de Artes Plásticas en 1991 y tras un periplo que le llevó por ciudades como Motril, Cádiz, Almería o Úbeda, logró finalmente su plaza fija en las mismas aulas donde se inició a los nueve añitos, en la Escuela de Artes de Guadix, a la sombra de la Catedral de la Encarnación.

Pintando 'Diana cazadora'. JORGE PASTOR

García Amezcua no es solo pintor y escultor –ahora mismo está rematando un relieve en bronce de la jura de bandera delCascamorras encargado por la Hermandad de la Virgen de la Piedad–. También es un reputado ilustrador que no oculta la influencia de maestros del cómic como Moebius o Liberatore, y de paisanos de Granada como Juanjo Guarnido o Sergio García, también de Guadix.

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García Amezcua lleva más de veinte años instalado en su taller de Guadix. JORGE PASTOR

García Amezcua se confiesa seguidor de la pintura de los siglos XIX y XX, aunque también de clásicos de XVI y XVII como Gian Lorenzo Bernini o Diego de Velázquez, por los que confiesa verdadera admiración.

Influencias identificables de un creador empedernido que ya es reconocido en todo el mundo como 'el pintor de los galgos'.

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