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El escritor vasco (segundo por la izquierda) durante su visita a Granada, acompañando a Ortega y Gasset (a su izquierda). HENARES
Pío Baroja aterriza en Granada con María Bueno

Pío Baroja aterriza en Granada con María Bueno

La autora granadina muestra los nada complacientes adjetivos dedicados por el autor a diversas ciudades de Andalucía en una conferencia

Martes, 10 de diciembre 2024, 00:01

En su libro 'Las horas solitarias', Pío Baroja escribe un diálogo con su amigo Bagaría, donde este se dirige a él en estos términos: «El porvenir de usted es el aeroplano. Tendrá usted que andar por el aire preguntándose para bajar a tierra: ¿Dónde habrá un sitio por ahí del que yo no haya hablado mal?». La escritora e investigadora granadina María Bueno, una de las mayores expertas en el ámbito nacional en la obra de Baroja y autora del libro 'Un vasco en la corte nazarí', ofrecerá el próximo jueves 12 a partir de las 20.00 horas en el Ateneo de Granada (calle Martín Bohórguez, 30), una conferencia titulada 'En aeroplano con Pío Baroja', donde repasará algunos adjetivos dedicados por el escritor vasco a diversas ciudades españolas. De las andaluzas, solo se salva Córdoba, según la autora, una ciudad por la que siempre tuvo debilidad el autor de 'Zalacaín el aventurero'. .

«Pío Baroja nunca escribió un libro de viajes como tal, excepción hecha de 'El País Vasco' que tampoco, por otra parte, es un libro de viajes al uso», recuerda Bueno. «Sin embargo, sí que incorporó sus experiencias viajeras a sus novelas. Porque viajar le gustaba muchísimo». Con todo, no fue un viajero fácil, como nunca fue un escritor complaciente. De ahí la cita de 'Las horas solitarias', puesta en boca de Bagaría, dibujante y caricaturista al que le unió una gran amistad.

La visita de Pío Baroja a Granada, de la que este mes de diciembre se cumple un siglo exacto, no fue muy agradable, lo cual acabó reflejándose en su novela 'La nave de los locos'. Y ello a pesar de que hubo voces, como la del por entonces estudiante de Medicina José Murciano, que se quejaron del trato dispensado al autor, quien acudió a la capital acompañando a Ortega y Gasset, conferenciante en el Centro Artístico en aquel mes de diciembre de 1924. En una carta publicada por El Defensor de Granada, habló de que no se le había recibido según sus méritos. «Murciano es un personaje que merece la pena divulgar, porque tiene una biografía muy interesante», señala María Bueno.

Una por una

Entrando en pormenores, de Granada afirmó en su novela 'La nave de los locos', poniéndolo en boca de su protagonista Àlvaro, que, en contra de lo que autores como Chateaubriand o Irving habían pontificado, era una «baratija teatral». Describe el camino entre la capital y Motril como «muy malo y desierto», jalonado con «casas desiertas y ventorros medio derruidos». Todo el campo le pareció «trágico, abandonado, árido y solitario».

Sobre Málaga, otra de las ciuades que visitó, comenta que «no le ha gustado gran cosa». Se detiene en su parte moderna, la situada en torno al puerto, «que como en todas las ciudades actuales tiene el prurito de lo grande», copiando, dice, el concepto de 'kolossal' que se está imponiendo desde Alemania. Para terminar, destaca su falta de «conexión» con ella. Por otro lado, usa un diálogo con un sevillano para hablar de la capital hispalense. Este define a sus paisanos como «gente indolente, que vive con la imaginación y no trabaja mucho, pero con ingenio y gracia». Baroja remata la frase diciendo que no les encuentra gracia alguna a los sevillanos.

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