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La Plazuela sobre el escenario de la Plaza de Toros de Granada.

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La Plazuela sobre el escenario de la Plaza de Toros de Granada. Ariel Cabrera
Crónica

La Plazuela 'abarrotá'

La banda de El Indio y El Nitro arrasa en su tierra, en una Plaza de Toros entregada, confirmando su estatus de revelación musical

Eduardo Tébar

Granada

Domingo, 16 de junio 2024, 09:51

Llenar la Plaza de Toros es un sueño. Supone un hito para cualquier grupo de Granada. Y muy pocos lo han conseguido. 091 lo lograron por partida doble en su resurrección en 2016. Lori Meyers lo harán en octubre tras más de dos décadas de pico y pala. Igual que Los Planetas, que conmemorarán aquí en septiembre los treinta años del canónico 'Super 8'. En una dimensión aparte se sitúa Saiko, quien al conquistar el ruedo hace unos meses, y colgando del techo con la elástica rojiblanca, predijo lo que iba ocurrir en Los Cármenes.

La Plazuela es otro caso de éxito meteórico con patente de corso nazarí. Manuel Hidalgo 'El Indio' y Luis Abril 'El Nitro' parecían este sábado dos personajes del cine quinqui ávidos de estroboscopio. Y, claro, estaban levitando. Hace solo un par de años actuaban en Planta Baja. De ahí a dos 'coperas'. Y anoche, en una Plaza de Toros entregada que más que una plazoleta era una encrucijada de estilos. Del flamenco ancestral al fusionado. De la electrónica al funk. Del rock andaluz al callejero más canastero.

Tan solo una semana atrás, Miguel Ríos cerró su concierto en el coso con una estremecedora interpretación de 'Al-Andalus' a dúo con Javier Ruibal. Y fue como si ese mismo señuelo de tradición y vanguardia se hubiera quedado ahí suspendido, esperando el relevo generacional en los locos años veinte de este siglo a través de estos dos muchachos granadinos de 25 años que nacieron casi al mismo tiempo.

Un espectáculo así tenía que suceder en Granada, protagonista del relato tricotado por La Plazuela, y epicentro en las últimas décadas de los más osados maridajes entre el flamenco añejo y los sonidos ánglicos, del 'indie' al 'trap'. Ayer convirtieron el espacio taurómaco en una pista de baile. ¿Cómo? Conjugando de forma irresistible lo orgánico y lo electrónico. Cosas que pasan cuando te crías escuchando a Morente y a Camarón, a Extremoduro y Pata Negra, y a la vez picoteas en aliños como el rapero Anderson Paak. El Indio y El Nitro han creado un producto perfecto.

Varios instantes del concierto de La Plazuela. Ariel Cabrera
Imagen principal - Varios instantes del concierto de La Plazuela.
Imagen secundaria 1 - Varios instantes del concierto de La Plazuela.
Imagen secundaria 2 - Varios instantes del concierto de La Plazuela.

Mucho público joven y no tanto. La plaza, apretadísima. No cabía un alfiler. Lleno en la pista y en los palcos. Ni Bruce Springsteen triunfó así hace dieciocho años, oiga. La entrada, con los aromas de ida y vuelta de 'La ida', ya fue arrolladora. Un vendaval desde el inicio. Una marea totalmente volcada. Ellos, de blanco inmaculado. «No todos los días se viste uno de blanco, pero hoy no es un día cualquiera. Estamos en el final de la gira y esta noche es la más especial de todas, porque estamos en nuestra tierra, familia, ¡viva Graná!».

Asomó una bandera de Andalucía por el escenario, habitado por más de una decena de músicos, y llegaron las confesiones del Nitro: «He dormido dos horas del subidón que da esto, 'compae'», reconoció antes de sentarse para entonar 'Soulseek'.

Recordaron cuando hacían bolos de versiones con el nombre de Lunares Negros por 50 euros: «En la pandemia nos decían que nos buscásemos un trabajo de verdad. Ahora se nos llena la boca de repetir que vivimos de la música». Así fueron cayendo canciones del celebrado 'Roneo Funk Club' y del reciente 'La Caleta'. 'Mi Tarara', 'Camino de cristales'…

De repente, un cuadro flamenco para acoger a invitados como Ángeles Toledano, David de Jacoba y un imperial Kiki Morente (con Carlos de Jacoba a la guitarra). De ahí a una recta victoriosa con 'La primavera', 'Peíname, Juana' o ese 'Realejo Beach' que dedicaron a los granadinos que no pueden veranear fuera. Fusión es la palabra. La fiesta acariciaba su final en los bises en clave de 'rave' jonda. Una barbaridad.

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