La posible venta del órgano de Santa Catalina de Siena crea inquietud en el ámbito cultural de Granada

La falta de vocaciones religiosas es un problema para la Iglesia Católica en las últimas décadas. Un problema que adquiere tintes casi dramáticos cuando se trata de vocaciones en congregaciones de vida contemplativa. Los conventos se cierran y su mantenimiento supone una carga para las órdenes religiosas, que no tienen otro remedio que desprenderse de ellos. Son ya decenas los que en Andalucía se han vaciado. Uno de ellos, el de Santa Catalina de Siena en el Realejo, que habría cumplido 500 años en su actual ubicación en 2030, cerró sus puertas este año y se puso a la venta. Las religiosas de clausura que vivían en él se trasladaron, con su valioso archivo, al Convento de la Piedad, situado en la plaza de los Lobos.

Uno de los tesoros de este convento es su órgano. Una caja barroca del siglo XVIII con un instrumento del siglo XX, creado por Pedro Ghys en 1925 y restaurado en 1967, según consta en el libro 'Órganos de la provincia de Granada', de Inmaculada Ferro y Antonio Linares, del cual se han extraído las fotos que acompañan esta información. La caja data de 1738, y está atribuida a los hermanos José y Pedro Furriel. Procede de la Capilla Real, donde estuvo inicialmente ubicado. Se encuentra en buen estado de conservación, y también se ha puesto a la venta.

En el caso del convento, fuentes de la orden dominica afirman que el precio que se le ha puesto es de 4.750.000 euros, y que hay varias empresas nacionales que lo han visitado para conocer el estado de conservación del inmueble, que, situado en la Cuesta del Realejo, puede ser aprovechado para uso hotelero.

Sin embargo, en el caso del órgano, sí que se ha encontrado comprador, aunque según la abogada Ana María Franco, la profesional comisionada por la orden dominica para llevar adelante las negociaciones relativas al convento y los bienes muebles y enseres incluidos en él, «todavía no hay nada firmado».

Aunque no ha trascendido el precio de la oferta, la Real Maestranza de Caballería de Sevilla ha mostrado su interés en firme por hacerse con el órgano, con el objetivo de ponerlo en valor y restaurarlo por completo, para colocarlo en un lugar por determinar, pero que podría ser la capilla del Rosario, sede canónica de la propia Real Maestranza, o alguna estancia de su museo, aunque esta opción es más improbable. La capilla del Rosario data de mediados del siglo XX, y sustituye a otra construcción, precisamente barroca, donde originalmente la corporación sevillana realizó sus cultos, y que fue demolida. Hoy, es el lugar donde se celebran las bodas y otros actos litúrgicos de los maestrantes y sus familias, y se oficia misa una vez por semana.

La salida del órgano de la ciudad ha creado inquietud entre diversos colectivos defensores del patrimonio, quienes objetan que su venta fuera de Granada sería una pérdida muy importante para el acervo cultural de la provincia, una de las que más órganos tiene en condiciones de uso o preparados para ser restaurados sin un alto coste. Aunque oficialmente esa inquietud no se ha trasladado a las instituciones. Ayer, el alcalde, Francisco Cuenca, afirmó que no ha sido informado sobre el hecho de la venta, y que su única referencia era que había una oferta de un grupo inversor chino sobre el edificio del convento, extremo este que desmiente la abogada Ana María Franco. «Es cierto que ha habido visitas, pero han sido siempre de empresas españolas, ninguna extranjera», asegura.

La letrada afirma también que si se ha tenido en cuenta la oferta proveniente de Sevilla es porque nadie en Granada ha mostrado interés en adquirir el órgano. Claro que un bien de estas características no se anuncia como un coche de segunda mano, y los circuitos de compraventas artísticas son a veces muy restringidos.

Otros dos conventos con órganos valiosos, el de Santa María de las Vistillas y el de San Bernardo, también están cerrados, paso previo para que se oferten. Ojalá haya en Granada quien los pueda comprar.