Cuenta la leyenda que en 1838, cuando Eugenia –Eugenia de Montijo– tenía doce años, una gitana del Albaicín se acercó para leerle la mano. Aquella mujer le vaticinó que sería reina. Quince años después, un 30 de enero de 1853, la granadina se convirtió en ... emperatriz de los franceses tras matrimoniar con Napoleón III. Hay quien habla de ella como la hija de Granada más importante de la Historia. Una afirmación más o menos discutible. Pero lo que nadie discute es que Eugenia fue, sin lugar a dudas, la dama que marcó la tendencia de la moda en Francia, Europa e incluso los Estados Unidos durante el siglo XIX –vivió noventa y cuatro años–. Fue la primera 'influencer'. Si fuera coetánea, a buen seguro que tendría millones y millones de seguidores en Instagram y Tik Tok.
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Ahora la diseñadora de Granada Pilar Dalbat, que ha triunfado con una colección sobre Eugenia de Montijo en las pasarelas de Madrid y París, le rinde tributo con una exposición que se inaugura hoy en la sala Zaida, de la Fundación Caja Rural Granada. Un evento que contará con la presencia, entre otras personalidades, de Modesto Lomba, presidente de la Asociación de Creadores de Moda. La muestra, que forma parte del proyecto 'Gracia 12', en alusión a la casa de Eugenia de Montijo en Granada, recopila un centenar de piezas de ropa, complementos y documentos varios que nos sitúan ante la relevancia internacional de Eugenia de Palafox Portocarrero y Kirkpatrick, que así se llamaba la muchacha.
«'Gracia 12' ha significado para mí un intenso trabajo de investigación ya que, aunque parezca increíble, no existían tantas fuentes documentales», lamenta Pilar Dalbat, quien explica que gran parte de la información original la ha podido obtener gracias a la Casa de Alba, que sí conserva mucho de Eugenia. Entre otras cosas, una pintura de Franz Xaver Winterhalter, artista clave del Romanticismo en Europa. «Esto se explica porque Paca, la hermana de Eugenia, se casó con Jacobo Fitz-James Stuart y Ventimiglia, Duque de Alba», explica Pilar Dalbat.
Las publicaciones de la época, las que se hacían eco de los acontecimientos sociales, sí convirtieron a Eugenia de Montijo en un auténtico icono. Todo lo que se ponía quedaba reflejado en las páginas de revistas como Godey's Lady's Book Magazine o Peterson's Magazine. Sus cronistas contaban con todo lujo de detalles los estilismos que había elegido Eugenia en sus comparecencias ante la alta sociedad de Francia. «Fue tal su influencia que Mary Ann Todd, la esposa del presidente de los Estados Unidos Abraham Lincoln, pidió un vestido como el que llevó Eugenia en una ceremonia», asegura Pilar Dalbat.
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Según la creadora, Eugenia de Montijo fue la gran responsable de que se españolizara la forma de vestir de las galas con prendas como la mantilla. «Ella le aportó el poderío, la elegancia y el carácter regio». Pero también fue la impulsora del volante. Hasta el punto de que encargó a Charles Worth, considerado el padre de la alta costura, un modelo con cien de estos ornatos, tan característicos de los trajes de flamenca, para disimular su embarazo. «La tela era violeta, su color preferido», aclara Pilar Dalbat. También popularizó en Francia los abanicos y era una gran amante de los lazos. «Eugenia –agrega– desempeñó un papel clave en el gran impulso de la industria textil realizado por Napoleón III y que convirtió el 'made in France' en un referente mundial».
Pilar Dalbat y Eugenia de Montijo comparten muchas cosas con dos siglos de diferencia. Las dos son de Granada y las dos sienten devoción por Francia. Tanto es así que Pilar Torrecillas –Pilar Dalbat– vivió durante diez años en París. «Para imbuirme del espíritu de Eugenia para 'Gracia 12' visité algunos de los espacios que frecuentaba en Francia como el Museo del Louvre, la Catedral de Notre Dame o el Palacio Real», dice Dalbat.
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Todo ello queda patente en la selección de piezas que se podrán ver hasta el 1 de junio –el horario es lunes a sábados, de seis a nueve de la tarde–. «Mostramos a la Eugenia más joven, la de sus primeros años en Granada, la que paseaba a caballo por la Alpujarra», adelanta Dalbat. «Ella fue la que contribuyó a que la burguesía conociera el balneario de Lanjarón». «Pero también nos aproximaremos a la Eugenia que se casó con Napoleón III y que tardó muy poco en ganarse el favor del pueblo», afirma. «El recorrido termina con el luto por la muerte de su marido».
Dalbat mostrará un total de quince looks inspirados en Montijo con predominio de los púrpuras, los dorados, los blancos y también los negros. Los complementos los ha aportado el jienense Héctor Lara, mientras que la chistera es de la fábrica de sombreros artesanales Fernández y Roche. En total, unos cien elementos que nos introducen de lleno en la biografía y la forma de ser de una vecina de Granada con la que Granada tiene contraída una deuda. «Qué bueno sería que esta ciudad tuviera un museo centrado en ella, seguro que atraería a muchos turistas», comenta Dalbat. Esta exposición, quién sabe, podría ser el inicio de ese camino.
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