El reencuentro de Granada con Falla

Jorge Pastor

Granada

Lunes, 14 de noviembre 2022, 07:13 | Actualizado 07:55h.

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Manuel de Falla se marchó de Granada un 29 de septiembre de 1939. La ciudad que lo había acogido dieciocho años antes, donde realizó algunas de sus composiciones más célebres como 'El retablo de maese Pedro', era la misma ciudad donde habían asesinado a grandes amigos como García Lorca. Desde ese momento, la capital granadina tenía una deuda con el gaditano. Una deuda que comenzó a saldarse en 1962 cuando el Monasterio de San Jerónimo acogió el estreno de 'Atlántida', la obra inconclusa de Falla que terminó Ernesto Halffter. Sesenta años han transcurrido desde entonces. Seis décadas en que personajes como María Isabel de Falla López, sobrina del compositor, y el concejal José Miguel Castillo Higueras lograron que la memoria y el legado documental y artístico de don Manuel residan 'sine die' en la capital en forma de una casa museo, un auditorio y un archivo.

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Ellos, María Isabel y José Miguel, son los grandes protagonistas de 'En el fondo del mar, hasta la eternidad', una exposición que recopila interesantes documentos que evidencian el empeño que pusieron ambos en reivindicar el 'granadinismo' de Falla. Una muestra, comisariada por José Vallejo y Jaime García, que se inauguró el jueves y que se podrá ver en la sala Zaida de la Fundación Caja Rural Granada hasta el 10 de diciembre. Documentos como la carta definitiva enviada en marzo de 1965 por María Isabel al entonces alcalde Manuel Sola Rodríguez-Bolívar.

Una misiva donde la familia de Falla muestra su interés en «formalizar las conversaciones que venimos manteniendo desde hace tiempo sobre la Casa Museo Manuel de Falla en su carmen de la Antequeruela». «No podemos olvidar que nuestro tío –refiere María Isabel en el texto– eligió Granada y vivió en ella los años más jugosos de su vida al encontrar amigos entrañables y el ambiente más adecuado para su espíritu». «Nos estimula gustosamente colaborar con la Casa Museo poniendo a disposición del municipio todos los muebles, objetos y recuerdos que integraban su domicilio de Granada». Fue el comienzo de un regreso, el de Falla, que a lo largo de los años se fue consumando poco a poco con la inauguración de la propia Casa Museo en 1965, la construcción del Auditorio, diseñado por el marido de María Isabel, el arquitecto José María García de Paredes, que se estrenó en 1978 con un concierto de la Orquesta Nacional de España, y por último, con la creación del Archivo en 1991.

Un proceso donde el impulso de María Isabel, que falleció el 4 de febrero de 2022, fue fundamental. María Isabel, que tuvo seis retoños, se entregó en cuerpo y alma a ese gran proyecto en torno a Falla que se empezó fraguar en los años sesenta en Granada. Como también fue crucial la implicación de José Miguel Castillo Higueras, edil en el Ayuntamiento entre 1980 y 1992, asesinado en enero de este año. Fue clave para la reapertura del Auditorio tras el incendio de 1986 y también para la puesta en marcha del Archivo cinco años después.

¿Qué pueden ver los que visiten 'En el fondo del mar, hasta la eternidad'? Pues básicamente dos exposiciones en una. Hay una parte dedicada a María Isabel de Falla López y otra a José Miguel Castillo Higueras con la figura de Manuel Ángeles Ortiz como nexo entre ambas. Así, en la sección de Falla no debe de perderse la colección de retratos dedicados a María Isabel y José María por parte de reconocidos músicos como Herbert von Karajan, Arturo Toscanini o Alicia Larrocha. Además, es muy interesante el collage de García de Paredes con la representación simbólica de las escenografías de la 'Atlántida'. También es una joya el salterio –instrumento de cuerda pulsada– del siglo XVIII perteneciente al legado de Rafael Puyana, que fue recibido por el Archivo en 2007.

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En la parte de José Miguel Castillo Higueras merece la pena detenerse en el boceto del monumento a Federico García Lorca, que nunca llegó a instalarse, o el ensayo del techo del Auditorio, ambos de Manuel Ángeles Ortiz. También es maravillosa la obra 'Cortes ortogonales I', una abstracción geométrica de Julio Juste a partir del corte de planchas de aluminio y un espejo donde se refleja el espectador. También puede disfrutar de litografías de Miró y un interesante autorretrato de 1970 del propio Castillo Higueras ya que, además de agitador cultural, también fue diletante y artista –dio clases en la Escuela de Artes y Oficios de Granada-. Fue también un importante coleccionista de arte. Una relevante selección de sus piezas se puede observar ahora en 'En el fondo del mar, hasta la eternidad'.

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Una mujer con vocación de archivera

La presidenta de la Fundación Archivo Manuel de Falla, Elena García de Paredes, destaca la «vocación de archivera» que tenía su madre María Isabel y la «vinculación patrimonial con el legado de Manuel de Falla». Con apenas catorce años, ella fue la que recibió la noticia del fallecimiento del compositor en Argentina en 1946 y quien ayudó a su padre Germán, hermano de don Manuel, a organizar todo el legado.«Era inteligente y siempre reivindicó el papel de la mujer en la sociedad», asegura Elena. «En el Archivo Manuel de Falla –agrega– siempre volcó toda su vocación archivera».

García de Paredes también destaca el importante apoyo del Ayuntamiento a la Fundación, que a partir de ahora también cuenta con el respaldo del Ministerio –la participación de la Junta por ahora es simbólica–.