juan jesús garcía
Viernes, 3 de septiembre 2021, 00:29
Tras cancelar hasta nueva orden la gira de despedida de Extremoduro, Robe Iniesta avanzó hace cuatro semanas en rueda de prensa en Madrid las primeras fechas de 'Ahora es el momento', la programación de conciertos en la que presentará su disco 'Mayéutica'. Se trata del ... cuarto álbum, el tercero de estudio, que Iniesta ha publicado fuera de la banda madre.
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Como agudo banderín de enganche especificó ante los medios que esta vez sí va a interpretar canciones de Extremoduro en estos conciertos, lo que indudablemente ha aumentado el interés de sus actuaciones, que han pasado de los teatros, como los anteriores, a espacios habilitados para una audiencia con cifras de tres ceros: las últimas visitas de Extremoduro a Granada vendieron en torno a las 15.000 entradas por noche.
El compositor placentino hace un guiño con ese título al método socrático de debate y aprendizaje, el más respetuoso de su proceso dialéctico, en el que con la debida estimulación magistral cada cual despierta a un conocimiento innato que posee y cree ignorar. Así Robe propone y el oyente dispone. Y lo hará el sábado 4 en el Cortijo del Conde.
Este disco, que da continuidad a 'Lo que aletea en nuestras cabezas' (2015) y 'Destrozares, canciones para el final de los tiempos' (2018), de alguna manera hace una pirueta temporal que nos retrotrae a 'La Ley Innata' (2008) en fondo, forma y contexto. Se trata de un trabajo ambicioso, conceptual y complejo, sin límite de temática, ni tiempo, y también se hizo público anunciando una pausa (entonces no definitiva) en la dinámica pública del grupo.
Los términos que su disquera ha usado para 'Mayéutica' son perfectamente aplicables también a aquel: «Un trabajo llamado a marcar un definitivo punto de inflexión en su dilatada trayectoria: un ambicioso antes y después en la carrera del legendario compositor, cantante y guitarrista de Plasencia». Robe lo compuso en 2018 y lo grabó en verano de 2019 junto a Lorenzo González a la voz; Álvaro Rodríguez Barroso en los teclados; David Lerman con el bajo; Carlos Pérez al violín; Alber Fuentes, a la batería y a los coros; y Woody Amores en la guitarra solista. Un álbum que ha supuesto un rearme de electricidad para Iniesta, tras unos comienzos en solitario con querencias más acústicas, acaso para equilibrar el hipoaullido huracanado de Extremoduro.
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Una marca en 'stand by', pero que sin duda reaparecerá por motivos tan obvios como las centenares de miles de entradas que vende su solo anuncio. Por si acaso Robe se guarda la carta marcada y como canta ahora: «Dejo las ventanas sin cerrar, y la puerta abierta, por si me entran ganas de escapar, que no tuviera que esperar, que nada me entretenga. Y dejo las canciones sin final por si un día quiero regresar». El que quiera entender que entienda.
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