Sandra Zárate consigue su cuarto premio internacional de fusión flamenco-oriental

La bailarina y actriz Sandra Zárate, zaidinera de nacimiento y cajareña por residencia, acaba de conseguir su cuarto primer premio desde que en 2017 comenzara a competir como bailarina profesional. Tras ganar ese año el concurso internacional de Granada, gracias al cual fue becada para el Festival de Menorca de Danza Oriental donde también obtuvo el primer premio. En el verano de 2020, en el único Festival de Danza Oriental celebrado en Almería, se alzó igualmente con el premio único a mejor artista que le serviría de trampolín al celebrado hace unos días en Palma de Mallorca.

«Me siento muy orgullosa de traer a Granada este premio que he conseguido en la categoría de fusión flamenco-oriental gracias a mis conocimientos del baile flamenco, las castañuelas y la danza oriental», explica antes de añadir que lo ha conseguido «con un jurado internacional integrado por artistas fuera de serie». Ese jurado le manifestó que es «una de las mejores fusiones de flamenco-oriental que habían presenciado», recuerda Zárate.

Además, la granadina reconoce que participar en esta competición ha sido «un reto muy bonito e interesante», pues hay que tener en cuenta que ha participado con más de cien competidoras de distintos países (Rusia, Ucrania, Polonia, Portugal, Italia...) y de otras provincias españolas.

Galardones que le suponen un gran reconocimiento a su trabajo, preparación y creatividad en la que afirma «tiene mucha culpa la Escuela de mi madre, Rosa Zárate» y quienes le han formado en esta modalidad en la que se adentraría hacia 2014 con Helena Rull con quien su madre trabajaba a la sazón en la fusión flamenco-oriental.

Y tras este premio, Sandra ya tiene su mente en la primera bienal de danza oriental del mundo y en retomar su actividad como alumna del Conservatorio de Danza Reina Sofía, estudios que dejó al sufrir un accidente de tráfico. Todo ello compaginado con el trabajo de inmpartir clases en la Escuela de su madre donde se enseñan danzas de todo el mundo y con su propia formación «para seguir creciendo como artista y persona».

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