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'Autorretrato con una cámara Speed Grafic'. (1950). Colección Friedsam
Entre la sangre y la burla, las dos caras de Weegee
Fotografía

Entre la sangre y la burla, las dos caras de Weegee

'Autopsia del espectáculo' revela la labor más desconocida del fotógrafo, notario de la violencia en Nueva York y azote del efímero glamour de Hollywood

Sábado, 5 de octubre 2024, 18:43

Cuando aún humeaban las pistolas en la escena del crimen, Weegee ya estaba allí. El legendario fotógrafo se adelantaba a la policía asegurándose la primicia y la portada de los diarios con los cadáveres y sus regueros de sangre aún calientes. Pero además de mostrar sin filtros la violencia y la miseria en las calles de Nueva York, Weegee tenía otra cara. Mostró el rostro menos bonito de Hollywood, como se aprecia en 'Autopsia del espectáculo', la muestra que acoge la Fundación Mapfre hasta el 5 de enero y que desvela la faz menos conocida de este Jano de la fotografía.

De nombre real User Fellig (Zólochiv, Ucrania 1899-Nueva York, 1968), inscrito en inmigración como Arthur H. Fellig y consagrado como Weegee, su peculiar seudónimo es una interpretación fonética de la palabra 'ouija', la esotérica güija. No en vano se describía como un 'fotógrafo médium' con 'un tercer ojo' y era casi ubicuo, como los espíritus. Se proclamó 'el mejor fotógrafo del mundo' y se coló en la memoria de varias generaciones con sus truculentas imágenes.

La muestra confronta su labor como notario de las fechorías del hampa, los sucesos y la marginalidad en la noche neoyorquina en las décadas de 1930 y 1940, con el insólito y poco conocido trabajo que realizó en Hollywood entre 1948 y 1951. En la fábrica de sueños satirizó con sus 'fotocaricaturas' a ricos, famosos y celebridades del cine sin lograr la popularidad y el reconocimiento de sus imágenes neoyorquinas.

'Charles Sodokoff y Arthur Weeber se tapan la cara con sus sombreso de copa' Nueva York. 1942. Archivos Louis Stettner

La crítica recalca la radical oposición entre uno y otro periodo, ensalzando el primero y desdeñando el segundo. Pero la exposición quiere mostrar «la profunda coherencia» entre ambas etapas más allá de sus diferencias estilísticas y temáticas,

Weeggee emigró en 1909 con su familia judía a Nueva York, donde se topó con la versión más cruda y descarnada del sueño americano. Fue ayudante de revelado en la agencia ACME News Pictures antes de convertirse en fotorreportero. Entre 1935 y 1945 recorrió la noche neoyorquina retratando asesinatos, redadas policiales, accidentes de tráfico, incendios y truculentos sucesos. Unas imágenes que se disputaban los tabloides.

Era capaz de adelantar a policías, bomberos y hasta al FBI. Sintonizó la frecuencia policial en la radio de su Chevrolet. En su maletero montó una oficina móvil con cuarto oscuro y máquina de escribir. Seguro de su singular talento, al dorso de sus copias estampaba el sello: «Weegee el Famoso».

'Hombre detenido por travestismo'. Nueva York. 1939. Archivos Louis Stettner

La corrección política impediría hoy la publicación de sus fotos, con cadáveres acribillados sobre charcos de sangre, críos hacinados y semidesnudos en un colchón o travestis saliendo de un furgón policial camino del calabozo.

Manipulada

Fiel a la realidad por lo común, sí 'fabricó' una de sus imágenes más conocidas. 'La crítica', presente en la exposición, es una escena premeditada tomada el 22 de noviembre de 1943 en un estreno de la Metropolitan Opera House. Para Weegee era su obra maestra aunque se trate un montaje en el que dos damas de la alta sociedad, con pieles y enjoyadas, aparecen junto a una mendiga que Weegee buscó en los barrios marginales.

'La cítica. Nueva York 22 de noviembre de 1943'. Colección Friedsam

«Quiso confrontar las clases sociales en Nueva York para mostrar el abismo que le separaba», explica Clément Chéroux, director de la Fundación Cartier-Bresson y comisario de la muestra «Weegee permanece ante lo real: lo registra unas veces y otras hace pequeños ajustes de la realidad. Organiza una escena y construye una imagen. No lo hace para mentir, porque sus imágenes no mienten incluso cuando hay puesta en escena», afirma Chéroux.

'Anthony Esposito, fichado como sospechso de habe asesinado a un policía0. Nueva York. 1941. Archivos Louis Stettner

Harto de la noche y la sangre, cambió Nueva York por Hollywood. Cuando su trabajo se había expuesto en el MoMA, pasó de las de fotos de sucesos a las 'fotocaricaturas'. Con la que llamó 'lente elástica' deforma a ricos y famosos y se burla del 'star system' de Hollywood, de sus glorias efímeras y sus aduladores. Su ácida ironía emerge en el laboratorio. De su ampliadora salió el retrato menos favorecedor de los cientos de miles hechos a Marilyn Monroe. Y visiones no menos estrafalarias de Charles Chaplin que recuerdan a los espejos deformantes del callejón del gato que inspiraron a Valle Inclán el esperpento. El propio Weegee se autorretrata distorsionado y deforma a iconos como John F. Kennedy, Salvador Dalí, Groucho Marx, Mao, Jackie Kennedy o Elizabeth Taylor.

Tres de las ácidas 'fotocaricaturas' de Weege protagonizdas por Marilyn Monroe, Jhon Fitzgelad Kennedy y Charles Chapil
Imagen principal - Tres de las ácidas 'fotocaricaturas' de Weege protagonizdas por Marilyn Monroe, Jhon Fitzgelad Kennedy y Charles Chapil
Imagen secundaria 1 - Tres de las ácidas 'fotocaricaturas' de Weege protagonizdas por Marilyn Monroe, Jhon Fitzgelad Kennedy y Charles Chapil
Imagen secundaria 2 - Tres de las ácidas 'fotocaricaturas' de Weege protagonizdas por Marilyn Monroe, Jhon Fitzgelad Kennedy y Charles Chapil

«Esta parte de su trabajo es mucho más desconocida, aunque estuvo muy presente en la prensa de la época pero no en los museos, como sus imágenes de sucesos», explica Chéroux. «Semejante brecha es algo insólito en la historia de la fotografía. Son dos caras de la misma moneda: En Hollywood hay una crítica ácida, feroz, incisiva de la sociedad del espectáculo y en sus imágenes negras de los bajos fondos de la Gran Manzana, Weegee convierte el suceso en espectáculo», concluye.

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