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La narración de la pasión y muerte del Señor es también el relato de la Semana Santa. Uno de esos capítulos fue el enjuiciamiento de Jesús ante la jurisdicción romana de Poncio Pilato y su posterior condena. Un momento, el de la Sentencia, ampliamente representado en la iconografía cristiana. Y en Granada hay una escultura del Señor de la Sentencia que no solo arrastra a decenas de miles de devotos, sino que es una de las creaciones cumbre de un bastetano que se llamaba José de Mora, uno de los grandes maestros de la Escuela Granadina. Una talla que, 340 años después de ser esculpida, solo ha sido restaurada dos veces. Una en 1992 por parte de Francisco Marín y la otra en 2025 por Dionisio Olgoso.
Con la venia de su señoría la lluvia, los granadinos tendrán la oportunidad de observar este Domingo de Ramos por la tarde el impresionante trabajo realizado por Olgoso en los talleres de Clave Restaura en el Zaidín. Un trabajo que será presentado, en profundidad, por el propio restaurador a los cerca de ochocientos hermanos que componen la Pontificia e Ilustre Hermandad Sacramental y Cofradía de Nazarenos de Jesús de la Sentencia y María Santísima de las Maravillas, que tiene su sede en la iglesia de San Pedro y San Pablo, en la Carrera del Darro.
Este periódico estuvo el lunes en Clave Restaura para observar la fase final de la intervención –la imagen retorna a su templo este viernes–. «El estado de conservación –comenta Olgoso– era bueno, pero el diagnóstico evidenció que se hacía precisa una intervención pormenorizada para evitar los riesgos de desprendimiento que se observaban en el manto». «También había –agrega– un craquelado muy pronunciado en las manos».
En cualquier caso, el principal problema radicaba en la acumulación de polvo durante tantas décadas. Conviene tener en cuenta que la última vez que se llevó a cabo una limpieza del Señor de la Sentencia fue hace más de treinta años. Las partículas superficiales adheridas durante estos tres decenios han afectado al cromatismo general, que cambió hacia tonos amarillentos y verdosos.
Esta actuación también ha servido para profundizar en el conocimiento del Señor de la Sentencia, realizado por José de Mora en 1685, justo después de que regresara a Granada tras su paso por Madrid, donde fue designado Escultor Real de Carlos II 'el Hechizado'. «José de Mora –asegura Olgoso– lo hizo con cuarenta y tres años, en la cúspide de su carrera».
Una excelencia que se aprecia, por ejemplo, en el magnífico estudio anatómico o en detalles como que los ojos son de cristal y los dientes de hueso».También por el realismo del rostro deformado del Señor tras recibir los golpes.El tamaño de los ojos, un poco grandes en apariencia, no lo es tanto si tenemos en cuenta que De Mora planteó unas dimensiones para que el Señor de la Sentencia, que mide 1,70 metros sobre una peana de dieciséis centímetros, fuera visto en un altar.
Buena prueba de la minuciosidad de la rehabilitación es que Olgoso y su equipo han precisado tres meses de faena en jornadas de mañana y tarde –más un mes y medio de redacción del proyecto y memoria–. «Para nosotros ha sido toda una responsabilidad porque estamos ante la obra de uno de los grandes», cuenta Olgoso, quien agrega que en la fase previa de diagnóstico se realizó una tomografía axial computerizada (Tac) tanto horizontal como vertical para analizar cómo hallaban los embones. El Señor de la Sentencia, realizado en madera de cedro, es hueco en su interior.
«Hemos profundizado, además, en la historia del Señor de la Sentencia, y hemos descubierto que el clávide (la vestimenta) tenía una policromía pretérita, posiblemente del siglo XVIII, a base de plata corlada de color burdeos», aclara Olgoso.Lo que sí está claro es que las carnaciones actuales son las originales de José de Mora del siglo XVII. También se ha podido corroborar que la lengua, que no se ve, fue labrada por el propio De Mora.
Armando Ortiz, hermano mayor de la Hermandad de las Maravillas y la Sentencia, ha expresado su alegría por finalizar sus ocho años al frente de la cofradía con el Cristo de la Sentencia en perfectas condiciones. «Nuestra responsabilidad es el mantenimiento de un patrimonio tan valioso de la mejor manera para las nuevas generaciones», comenta Armando, quien recuerda que estamos ante un Bien de Interés Cultural (BIC) que goza de los máximos niveles de protección.
El Señor de la Sentencia, propiedad de la iglesia de San Pedro y San Pablo, ha sido intervenido con disolventes neutros. También se ha procedido a la reintegración de las faltas y la aplicación de un estucado. Por último se ha aplicado un barniz que aporta brillo.
El Señor de la Sentencia es arte. Arte con mayúsculas de un artista mayúsculo. Se llamaba José de Mora.
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Fernando Morales y Sara I. Belled
Pablo Rodríguez | Granada
José E. Cabrero | Granada, Juanjo Cerero | Granada y Cristina Ramos | Granada
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