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Roberto Ugarte, en el que será su despacho hasta finales de mes. J. A. M.
«Siempre llevaré a la OCGy a Granada en el corazón; aquí he sido muy feliz»

Roberto Ugarte | Nuevo director general de la Sinfónica del País Vasco

«Siempre llevaré a la OCGy a Granada en el corazón; aquí he sido muy feliz»

Quien ha estado al frente de la Orquesta Ciudad de Granada en los últimos cuatro años y medio explica las razones de su partida y su futuro

Martes, 15 de abril 2025, 19:24

El pasado lunes 7 de abril por la tarde saltó la noticia de que el guitarrista vitoriano Roberto Ugarte (1962) dejaba la gerencia de la Orquesta Ciudad de Granada (OCG) en la que llevaba algo más de cuatro años, para ponerse al frente de la Orquesta del País Vasco en calidad de director general. Ugarte se va triste de Granada, pero alegre porque, según sus propias palabras, va a acabar su carrera en su tierra, rodeado de amigos y familiares, con un proyecto que le ilusiona.

Menuda sorpresa le ha dado a los seguidores y al equipo humano de la OCG en estos días.

–El primer sorprendido, se lo aseguro, he sido yo. De hecho, hace escasas fechas había renovado mi contrato con la orquesta, y mi plan era seguir viviendo en Granada los próximos cuatro años, pero en febrero recibí la visita de la vicelehendakari del Gobierno Vasco, Ibone Bengoetxea, quien me dijo que quería verme para hablar de un asunto. Una cita para un café que derivó en varias horas de conversación, donde me propuso hacerme cargo de la Dirección General de la Orquesta del País Vasco.

Lo pensó, y...

–Decidí aceptar, aunque por respeto a las instituciones lo mantuve en secreto hasta hace unos días, cuando el nombramiento –que hizo el Gobierno Vasco el pasado martes 8– era inminente.

¿Sus razones?

–Esencialmente, tres. La primera y más importante es la oportunidad que se me ha dado de terminar mi carrera –soy consciente de que estoy en la recta final– en mi tierra, rodeado de mi madre, que está ya mayor, y mi suegro; con mis hermanos, donde comenzó mi carrera y donde estudié. Hace 25 años que me fui, y me hizo mucha ilusión la posibilidad de volver. La segunda razón es el reto profesional que supone: es una orquesta con 110 músicos, con cuatro sedes, y que ha confiado en mí para conformar un nuevo proyecto. Finalmente, he tenido en cuenta la propuesta económica. Tengo que dejar claro que una proposición de cualquier otra orquesta española no la habría aceptado, pero aquí concurrían otros motivos.

Quién le iba a decir a usted que después del grave problema de salud que debió superar, ahora estaría así.

–La verdad es que tengo recuerdos difusos de aquel momento. No fui muy consciente, aunque mi entorno sí, claro. Se llevaron un buen susto. Yo he sabido realmente lo que ocurrió después.

«Tenemos un remanente que se agotará en un par de años. Entonces, habrá que pensar en subir el presupuesto»

¿Cómo ha cambiado su perspectiva vital tras el episodio?

–Lo primero es que he dejado de fumar... (sonríe). Y estoy cuidándome mucho más: la dieta, los hábitos de salud... Me encuentro muy bien, la verdad.

O sea que chuletón, gildas y zuritos, a partir de ahora.

– (Carcajada) No, no, no... Tampoco tanto. Debo tener unas rutinas sanas. Un amigo mío médico me dijo que dejara de fumar, y al día siguiente lo hice.

¿Qué diagnóstico hace de la situación actual de la OCG?

–El momento artístico de la orquesta es estupendo. No diría que inmejorable, porque siempre hay margen para crecer, pero casi.

¿Cómo ha sido su relación con Lucas Macías?

–Tanto a nivel artístico como humano, extraordinaria. Hemos compartido criterios, hemos trabajado juntos para conseguir lo que queríamos, con una plena colaboración de los músicos, todo hay que decirlo. Ellos han sido muy sensibles a lo que queríamos de ellos, y han respondido a un nivel excepcional.

Su marcha –o no marcha, veremos– constituye un problema añadido al puesto que deja usted vacante.

–Lucas termina en la OCG en febrero del año próximo, y se incorpora a la Sinfónica de Sevilla en septiembre de este año. Esto es lo que oficialmente sabemos.

El director artístico

Sin embargo, los integrantes de la orquesta han votado en un 94% a favor de su continuidad, Ayuntamiento y Diputación no la ven con malos ojos...

–Creo que el asunto de Lucas es sobre todo administrativo. No se ha dado el caso hasta ahora de que un director esté al frente, a la vez, de dos de las orquestas de una misma comunidad autónoma. Pero que no se haya dado hasta ahora no quiere decir que no pueda darse. Él es un gran músico, con una gran capacidad de trabajo, pero el problema, insisto, va a ser sobre todo administrativo. Porque en Granada están por que siga.

¿Qué tal se ha llevado con las instituciones?

–Muy bien. Y tengo muchísimo que agradecerles. Han sido sensibles a nuestras peticiones y nos han ayudado mucho, como los patrocinadores, que nos han sostenido con mucho esfuerzo.

¿Y sobre su sustituto? ¿Será algún profesional de entre quienes están o han estado en la órbita de otras orquestas?

–Lo desconozco, y por supuesto, no voy a entrar en ello. Lo que sí parece claro, y así se ha convenido en encuentros institucionales recientes, es que lo idóneo sería iniciar el proceso en el mes de mayo, apenas se haga efectiva mi marcha, que se haga por concurso y que este se resuelva antes de la llegada del paréntesis vacacional. Si quien venga quiere a esta orquesta y ama esta ciudad como yo, le irá bien. Y si al principio le cuesta, la acabará amando, porque esta ciudad enamora, y siempre la llevaré en el corazón.

El último gran jaleo que hubo en torno a la orquesta fue económico. Una situación difícil que afortunadamente se había superado cuando usted llegó. ¿Cuál es su pensamiento al respecto?

–Una orquesta como esta, y cualquiera, necesita recursos. Hemos tenido unos ejercicios muy buenos, donde hemos creado incluso un pequeño remanente de tesorería que nos ha permitido hacer pequeñas inversiones, como la renovación de los instrumentos, y hemos convocado las plazas que habían quedado vacantes. En los próximos meses se van a convocar algunas más, continuando con el relevo generacional. Junta y Diputación han subido sus aportaciones. Pero el remanente se acabará en un par de años, y entonces habrá que pensar en subir el presupuesto.

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