Julia Samadhi, pianista residente del Bohemia, interpreta 'Misty' en el Yamaha. JORGE PASTOR

Las 88 teclas de un piano granadino de leyenda

Música ·

Grandes maestros como Herbie Hancock han tocado el mítico Yamaha del Bohemia, un local donde estrellas del cine como Tim Robbins o Benicio del Toro han acudido a escuchar el mejor jazz

Jorge Pastor

Granada

Jueves, 6 de enero 2022, 01:11

Era el 7 de noviembre de 1999. Caída ya la noche. Herbie Hancock, uno de los 'jazzistas' más grandes de todos los tiempos, acababa de triunfar en el Teatro Isabel la Católica. Era la gran estrella, junto a Bill Evans y Diana Krall, de la ... vigésima edición del Festival Internacional de Jazz de Granada. Antes de iniciar el viaje de regreso a los Estados Unidos, decidió darse una vuelta por la capital granadina. Le interesaba la Alhambra, pero le interesaba sobre todo un garito del que le habían hablado maravillas en la calle Santa Teresa, en el barrio de la Magdalena. Y allí, de incógnito, se presentó aquel día de otoño junto a un par de miembros de su banda, la Gershwin'S World Band, para tomarse una cerveza. Lució palmito por el local y al pasar por delante de un Yamaha de pared, se detuvo y tocó algunas de sus 88 teclas. Le gustó tanto el sonido y la atmósfera de aquella cafetería de luces cálidas y confesiones en voz baja que decidió sentarse e interpretar un par de piezas ante un público boquiabierto.

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El piano está situado en un punto que permite la visión desde buena parte de la sala. JORGE PASTOR

«No sé qué canciones fueron», dice Antonio Cantudo, propietario del Bohemia, «pero quién sabe si una de ellas fue su mítica 'Watermelon Man'», el primer corte de su disco de debut 'Takin'Off' (1962), que arrasó en las emisoras de 'rhythm and blues' y que ya se ha convertido en un clásico en conciertos y demás copetines jazzísticos. Hancock es uno de los grandes que han tocado ese piano legendario con más de sesenta años de historia –los últimos veinticinco 'prestando servicio' en el Bohemia–. Una nómina extensa en la que brillan con nombre propio esos pianistas residentes que todos los días de la semana, a las diez de la noche, acarician el teclado del mítico Yamaha negro.

Samadhi, reflejada en la tapa del 'gran cola', uno de los cuatro pianos del Bohemia. JORGE PASTOR

Hablamos del gran Jesús Hernández, que oficia en el Bohemia desde que el Bohemia es Bohemia. De su hermano José Ignacio, también varias décadas bogando mar adentro. Hablamos del uruguayo José Luis Lopretti. De Fernando Gómez. De Francisco López. Y hablamos también de una de sus últimas incorporaciones, Julia Samadhi.

«Es un piano muy dulce, que responde muy bien y que permite una fácil comunicación entre la máquina, que siempre está perfectamente afinada, y la persona», reflexiona Samadhi, nuevamente por tierras granadinas después de completar una temporada veraniega exitosa en Ibiza. «Además –agrega– transmite muchas sensaciones porque está cargado de historia». Un sonido cercano, cálido y envolvente. «Yo no puedo evitar que, en ocasiones, se me haga un nudo en el estómago cuando estoy en plena actuación», admite Julia Samadhi.

Antonio Pantoja, propietario del Bohemia. JORGE PASTOR

En sus recitales en el Bohemia no faltan Keith Jarrett, Bill Evans, Claude Debussy o Erroll Garner y su 'Misty', esa composición versionada por las eternas Ella Fitzgerald, Aretha Franklin o Sarah Vaughan, y que Samadhi canta con verdadera emoción. «Gracias a esta canción gané un concurso en Castilla la Mancha», recuerda entre risas.

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Una cafetería llena de encanto. JORGE PASTOR

Pero esta 'película' no va solo de quienes percuten ese instrumento en el Bohemia, sino también de quienes lo oyen. Y aquí la nómina de ilustres es igualmente extensa. Como Tim Robbins o Benicio del Toro, estrellas de Hollywood, o como el gran Enrique Morente. Iniciados en el jazz, pero también una legión de legos que acuden al Bohemia para degustar un café calentito y para disfrutar de veladas que, normalmente, terminan siendo inolvidables.

El sueño de un paparazzi

Al frente de este emblemático negocio se halla Antonio Cantudo, un señor que dejó su estresante oficio de paparazzi por las aguas mansas del Bohemia. «Estaba cansado de estar de acá para allá y de la presión de rendir cuentas ante los jefes», afirma.Y así fue cómo se especializó en comprar establecimientos hosteleros al borde de la ruina para revitalizarlos primero y venderlos después, y fundar el Bohemia.

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El Yamaha de pared del Bohemia tiene sesenta años de historia. JORGE PASTOR

Una cafetería que es mucho más que una cafetería. Es ese sitio donde se funden las dos grandes pasiones de Cantudo. Por una parte, la música; y por otra, la fotografía. «Yo me encargo personalmente de hacer las pruebas para seleccionar a nuestros pianistas», comenta Cantudo. «No solo ofrecemos un sitio donde escuchar el mejor jazz, sino también donde disfrutar del mejor café, los mejores cócteles y el mejor ambiente para saborear una buena conversación y un buen rato con los amigos», dice.

El local tiene cuatro pianos, entre ellos un gran cola similar al de la película 'La leyenda del pianista en el océano'

Pero el Bohemia no solo tiene un piano, tiene cuatro. Uno de los más sorprendentes es un 'gran cola'. Un modelo idéntico al que se empleó en 'La leyenda del pianista en el océano', la película dirigida por Giuseppe Tornatore en 1998 y protagonizada por Tim Roth que cuenta la historia de un pianista que nació y vivió en un gran buque de pasajeros –esos que transportaban a los emigrantes desde Europa hasta los Estados Unidos–.

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Interpretando 'Misty'. JORGE PASTOR

Además del Yamaha, el Café Bohemia tiene otros dos pianos de pared que llevan ya unos cuantos años en silencio, con las tapas bajadas. Concretamente un Shimmer y un Player, dos preciosidades que ahora tienen una función meramente testimonial, al igual que las 8.500 instantáneas que decoran sus muros. Algunas emblemáticas como la de John Coltrane en el Guggenheim de Nueva York, como la del tuareg de Mauro Colasante o como la de la esposa de Antonio, Manuela, un evocador contraluz en uno de los palacios de la Alhambra tomada en el transcurso de su primera visita a Granada en 1988.

Y mientras tanto, mientras la vida transcurre y los sueños vuelvan, sigue sonando 'Misty' en el Bohemia.

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