Los tesoros que almacena la Casa de los Tiros
Patrimonio artístico ·
Los depósitos del Museo atesoran auténticas joyas en forma de obras de arte y documentos que descifran todas las claves del pasado de GranadaSecciones
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Patrimonio artístico ·
Los depósitos del Museo atesoran auténticas joyas en forma de obras de arte y documentos que descifran todas las claves del pasado de GranadaFue William Faulkner, autor de 'Luz de agosto' y premio Nóbel de literatura, quien dijo aquello del 'pasado nunca muere'.Una sentencia que significa lo que significa, pero que cobra una dimensión especial en un lugar tan especial como la Casa de los Tiros. Ahí, en este palacio del siglo XVI situado en la calle Pavaneras, con aspecto de fortaleza militar, se cuida buena parte de ese 'pasado que nunca muere' de Faulkner y Granada. El edificio alberga, tanto en la zona expositiva como en sus sótanos, una impresionante colección de cuadros, esculturas, barros, publicaciones... de Granada desde principios del siglo XVIII hasta nuestros días. Desde principios del siglo XVIII porque una de las grandes joyas de la Casa de los Tiros, convertido en museo en 1929, es el primer número del que está considerado también el primer periódico granadino de la Historia, 'La Gazeta de Granada', una cuartilla fechada el 13 de julio de 1706 que relata los enfrentamientos entre los adalides de los austrias y los borbones en un periodo tan convulso como la Guerra de Sucesión.
Ahí, en esos almacenes repletos de obras de arte realizadas por creadores granadinos de los últimos siglos y de documentos que descifran todas claves de lo que fuimos, ha entrado este periódico. Un 'búnker' donde se guarda todo ese legado al que solo pueden acceder técnicos e investigadores. Todo lo que no se muestra en las doce salas abiertas al público –centradas cada una de ellas en temáticas concretas que abarcan desde el orientalismo hasta el costumbrismo y las artes industriales– se guarda en tres dependencias donde, gracias al diseño del propio edificio, se garantiza una temperatura constante de en torno a los veinte grados centígrados y unos índices de humedad que oscilan entre el cuarenta y el sesenta por ciento. Es decir, las condiciones ambientales óptimas para que las piezas no se degraden. Todo se monitoriza mediante un sistema de sensores que permite una recogida continua de datos, a lo que hay que sumar las tareas de control de plagas.
Más allá de esa importante labor de conservación preventiva, la Casa de los Tiros también acomete la restauración de esos elementos más deteriorados que atesoran sus anaqueles. Gracias a ello, gracias a este trabajo de recuperación, se pueden emprender proyectos tan interesantes como la exposición de 42 de los 1.400 carteles de Granada que se custodian en el subsuelo de la Casa de los Tiros. Un proceso de rehabilitación que, según explica el director del Museo, Emilio Escoriza, se desarrolló en una serie de fases. Una vez realizada la documentación y el estudio de las necesidades, se procedió a la limpieza y erradicación de las manchas, la eliminación de los depósitos y la aplicación de material para restituir las zonas gastadas. Por último, se llevó a cabo la encapsulación con fundas especiales que permiten la manipulación sin doblar. En esta muestra, denominada 'Del muro al museo', se pueden observar hasta el 6 de junio las creaciones de grandísimos artistas como Hermenegildo Lanz, uno de los miembros destacados de El Rinconcillo, BernardinoSánchez, Isidoro Martín,Manuel Parrizas, Manuel Maldonado, AntonioMoscoso o el gran Mariano Bertuchi.
1706 El primer ejemplar de prensa granadina en la hemeroteca de la Casa de los Tiros data de 1706. Se trata de 'La Gazeta de Granada', una cuartilla impresa por una cara.
1929 La Casa de los Tiros empezó a albergar instalaciones museísticas en el año 1929, cuando el edificio se convirtió en la primera oficina de turismo.
Al lado de la habitación donde 'descansa' todo este valioso material, se encuentra la hemeroteca donde están perfectamente clasificados unos 40.000 ejemplares de la prensa de Granada de los últimos trescientos años. Hay verdaderas 'reliquias' –valga la expresión–. Además de esa 'Gazeta de Granada' de 1706, se puede encontrar la colección completa del diario IDEAL y de otros rotativos de referencia como 'El defensor de Granada' en las dos épocas en las que se editó, la primera entre 1887 y 1936, cuando estalló la Guerra Civil, y una segunda mucho más efímera entre 1983 y 1984.
Pero además de los fondos que ya alberga la Casa de los Tiros, la institución, dependiente de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, sigue recibiendo nuevas aportaciones.La última es, sencillamente, maravillosa. El piano de cola de principios del siglo XX donde Francisco Alonso, considerado el primer presidente de la Sociedad General de Autores, compuso algunas canciones tan castizas como el pasacalle 'Los nardos', el chotis 'El Pichi' o 'Maitechu mía', aunque también tocaba otros palos musicales bien distintos como el foxtrot, que hizo furor en los años veinte –el maestro Alonso vivió entre 1887 y 1948–. Realmente el instrumento es una donación de la familia al Centro de Documentación Musical de Andalucía que éste ha cedido a la Casa de los Tiros.
¿Qué es lo más destacado de la Casa de los Tiros? Por lo pronto, el edificio en sí ya merece una visita. No debe de perderse la Cuadra Dorada, que conserva los restos de decoración mural del siglo XVI descubiertos a principios de los noventa. Se puede ver casi completa la figura en grisalla de un amenazador guerrero armado con una maza acorde con el programa iconográfico de la fachada. El artesonado, espectacular, representa un tablero de ajedrez con personajes que contribuyeron a la unidad de España.
La oferta museográfica es amplísima y variadísima. Más allá de los grandes reclamos desde el punto de vista visual, como el retrato del rey Felipe IV, una copia del siglo XVII del original de Rubens, o el de Pedro Granada Venegas, hay auténticas joyitas que merece la pena buscar para detenerse un rato delante de ellas. Es el caso de una acuarela de Luis Muriel de principios del siglo XIX, cuya singularidad radica en ser uno de los primeros paisajes urbanos que se conocen en Granada, una línea que luego continuaron los viajeros románticos. Muriel enseña las costumbres y los personajes del momento en escenas que recogen referencias patrimoniales como los edificios que rodean la plaza de Bib Rambla con la torre de la Catedral de Granada al fondo. En esta misma línea, cabe destacar un grabado de David Roberts de 1830 del cauce del Darro aún sin embovedar.
También merece unos minutos una de las vasijas de Fajalauza del siglo XVII que hay en la sala denominada 'de las artes industriales'. Un perfecto reflejo de las cualidades formales de este tipo de cerámica típica de Granada –simplicidad, vidriado, colores, diseños ingenuos...– que expresan la pervivencia de la tradición islámica y cristiana. Tiene unas lañas de hierro colocadas en previsión de que el recipiente se rompiera. Gracias a estas grapas se podía reutilizar. Estamos ante un ejemplo de reciclaje de hace tres siglos.
También hay infinidad de elementos relativos al Rinconcillo, la tertulia que agrupaba a algunos de los artistas, músicos y escritores más notables de la Granada de principios del siglo XX. Hay dibujos de Federico García Lorca y también un gran número de cartas que se mandaban entre ellos. Se conserva, por ejemplo, la correspondencia de Fernández Almagro o de Ángel Barrios. También una fotografía de Torres Molina del Concurso del Cante Jondo de 1922 donde se ve el público y el escenario en la plaza de los Aljibes de la Alhambra, donde se celebró este certamen de que está a punto de cumplirse el centenario. La Casa de los Tiros guarda una primera edición de 'Impresiones y paisajes' de Lorca firmada por Emilia Llanos y un óleo de pequeño tamaño del accitano Ismael González de la Serna de la Vega de Granada –se intuye la chimenea de una azucarera–.
El director de la Casa de los Tiros, Emilio Escoriza, asegura, con la vista puesta en el futuro, que «el Museo tiene que reflexionar sobre la modificación de los contenidos de la exposición y sobre el discurso actual, «que está pensado para los iniciados». «El planteamiento –comenta– es mejorar para llegar a todo el mundo a través de textos, cartelas y traducciones».
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