
juan jesús garcía
Miércoles, 19 de mayo 2021, 00:17
Habitualmente incrustado en otras formaciones como Prado Negro o Napoleón Solo, José Ubago ha despegado y vuela solo. 'Al otro lado' fue el primer aviso, ... en formato reducido, y ahora presenta 'Música Callada', una obra en cuatro movimientos que homenajea a la poeta Elena Martín Vivaldi. Será llevada al escenario el sábado 22 (19h) en compañía del coro universitario de Jorge Morata, en la lorquiana casa museo de Valderrubio con sus músicos: Luis Miguel Jiménez, Manolo Solier, Rocío Morales y Eduardo Espín.
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–Con Napoleón en standby y Prado Negro en otras cosas individuales, según veo le ha quedado tiempo para nuevos proyectos.
–Sí, la verdad es que siempre he tenido ganas de desarrollar mi proyecto en solitario como José Bonaparte. Poco a poco he ido encontrando la seguridad y los argumentos necesarios para hacerlo. Es un espacio perfecto para expresarme y seguir aprendiendo, dos de las cosas más importantes y más bonitas que te puede dar la música.
–Por cierto que Prado Negro dio el último concierto que se hizo en Madrid la noche anterior al cerrojazo…
–Momentos antes del concierto estaba la incertidumbre de si íbamos a tocar o no. Fue el 10 de Marzo. Era un concierto muy importante para nosotros, en Los Teatros del Canal, y al final se pudo hacer. Todavía no teníamos mucha información de todo lo que se nos venía encima y solo pensábamos en poder tocar y disfrutar de esa noche.
–¿'Música Callada' es fruto de ese tiempo obligatoriamente libre?
–Realmente no. El proyecto surgió de unas conversaciones que tuve con Jorge Morata. Teníamos ganas de hacer algo juntos. Coincidimos en la cadena SER en la promo del disco de Prado Negro y compartimos algunas ideas. La obra se iba a estrenar en Junio del año pasado en el Teatro Isabel la Católica en relación con unas actividades de Granada Ciudad de la Ciencia. Todos estos planes se frustraron con la pandemia y sí que es verdad que pude hacer las últimas revisiones de la pieza con más calma.
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–Pone música a Elena Martín Vivaldi… La veta poética de PN sigue ahí…
–La poesía y la música tienen una relación muy directa para mí. Creo que un músico además de desarrollarse técnicamente debe tener la mente abierta y observar el mundo que le rodea, observar las interconexiones entre las distintas artes y aportar su visión. A mí me interesa mucho la música popular y en cierto sentido la poesía de Elena Martín Vivaldi tiene mucho que ver con ello. Quizá por ser granadina como yo la siento cercana. Es una poesía sin egocentrismo, llena de emociones puras, como las creaciones populares sin autor que son las que más me gustan y en cierto sentido intento imitar.
–Es un trabajo complejo, para coro y grupo, y de cuatro movimientos… Cuente cuente…
–El poema 'La música callada' describe la magia de los colores. Sobre todo se centra en cuatro: Azul, Amarillo, Verde y Rojo, que son los cuatro movimientos de la obra. En I Azul y II Amarillo me he inspirado en las armonías de compositores como Debussy, Ravel o Satie. O más bien en una versión simplificada de ellas. Los músicos franceses de esa época basaban sus composiciones en gran medida en las pinturas Impresionistas, que evocaban con sus texturas musicales y sus orquestaciones. III Verde tiene un concepto más popular y una base electrónica y IV Rojo es más clásica, con una intención más dramática y pasional, tal como expresa el poema. La música es para coro y pequeño conjunto instrumental.
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–Lo hace con el coro de Morata, algún día habrá que hablar del esfuerzo de redimensión del pop granadino que realiza con su equipo ¿no?
–Por supuesto. Jorge ha hecho cosas maravillosas con Lagartija Nick, Jesús Arias y Soleá Morente que me encantan. Tiene la mente muy abierta, ganas de hacer cosas y un conjunto coral que suena increíble. Hay que aprovecharse de que estamos aquí tan cerca y hacer proyectos y cosas diferentes.
–Los sinestésicos vamos a tener tarea: ¡es multisensorial y afecta simultáneamente a los cinco sentidos!
–Mi primera idea era relacionar la música y el color a través de la poesía, pero al final la idea fue evolucionando hasta implicar a los cinco sentidos en el concierto. Hay que ir para comprenderlo. Además hemos tenido la suerte de contar con la ayuda de la asociación Kaleidoscope Access, para diseñar el concierto de forma accesible y que personas con diversidad funcional auditiva o visual puedan disfrutar de la experiencia a través de una intérprete de lengua de signos y otros apoyos, por cortesía del colectivo Lapislázuli. También se va a hacer una audiodescripción del entorno y del espectáculo para las personas ciegas o con baja visión. Al final se trata de transmitir emociones y esto se puede hacer por muchos caminos; la música es uno de ellos, la poesía otro, la pintura… no hay límites.
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–'Al otro lado' fue su arranque en solitario, llama la atención en estos tiempos supertecnificados su punto naif, sixtie y analógico…
–Va por esos caminos y también por otros. Es un trabajo del que he aprendido mucho y sacado conclusiones muy importantes que van a marcar lo próximo que haga. De hecho llevo tiempo trabajando en nuevas canciones, tengo unas cuantas y algunas bastante avanzadas de grabación. Estoy construyendo un pequeño estudio en Güevéjar y espero terminar de grabarlas allí en cuanto acaben las obras y esté todo a punto.
–Y con guiños populares… ¡No me diga que está también bajo el Efecto Fandila!
–Exactamente. Cuando las canciones se acercan a la música popular creo que ganan mucho. Están más cerca de la raíz. La primera que hice así fue El Romancillo del mirar sin ver con Napoleón Solo. Un tema con piano, guitarra y zapateado hecho con los zapatos en las manos sobre una mesa. La tocamos solo una vez en el Auditorio Manuel de Falla, pero pasan los años y la gente que estuvo todavía me lo recuerda. Conozco a Ramón de Fandila, me parece un músico buenísimo y una persona estupenda, así que a muerte con el Efecto Fandila, claro que sí.
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–Paralelamente han organizado Bumbac, donde está usted, Arturo Muñoz, Prado ¡y la gran Kathy Claret! Una cartera de 'clientes' sorprendente…
–Bumbac Music es una plataforma discográfica y editorial para autogestionar nuestros proyectos y tener la máxima libertad. Recomiendo a todo el mundo escuchar el E.P. de Arturo Muñoz Esta luz. A Cathy la conocimos en Barcelona en un concierto de Soleá al que vino a vernos. Entró en el camerino y nos quedamos boquiabiertos porque muchas veces de fiesta por las noches con Soleá y el resto de amigos de la banda poníamos su música. Luego se vino a Granada y estuvo unos días en mi casa, surgieron ideas y le produje un tema Siempre Libre que sacamos con nuestra plataforma. También hicimos varios conciertos juntos. Es una persona única.
–Aprovechando que está en Granada la magnífica exposición, también multitodo, sobre Goya: Pepe Botella fue un notable defensor, no solo de la venta libre del alcohol sino también de la cultura; gran maestre de importantes logias y a la vez desvalijador del patrimonio real hispano… ¡Se me ha puesto un nombre artístico de armas tomar!
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–Todo esto de Pepe Botella me recuerda que llevo mucho tiempo sin tomarme un gintonic, trabajo demasiado. Creo que ya va siendo hora.
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