La tumba del aristócrata íbero que yace en los Mondragones
Patrimonio ·
La última campaña arqueológica saca a la luz una tumba íbera de un notable de hace 2.500 años y dos placas del siglo I d.C. que revelan cómo se articulaba la ciudad romana, y además concluye que las termas eran semipúblicas
La historia de los Mondragones empezó a escribirse hace más de dos milenios. Pero fue en 2013, a raíz de la construcción de un aparcamiento en una parcela aledaña a los terrenos del viejo y ya derruido acuartelamiento, cuando se empezaron a descubrir los verdaderos tesoros que había a una profundidad de entre uno y tres metros. La 'guinda' al pastel han sido los últimos hallazgos, de una importancia arqueológica crucial no solo para Granada y Andalucía sino para toda España. Y es que siempre se ha vinculado los Mondragones a la época romana –primero se habló de una villa y después de un asentamiento casi urbano–, pero desde ya también se tendrá que relacionar con la civilización anterior a la del Imperio.
Los trabajos acometidos en la última campaña, que culminó en agosto después de diez meses de faena, han sacado a la luz una tumba íbera que, por sus singularidades, marca un antes y un después en lo que ya se sabía sobre aquella Granada anterior a la Iliberri de hace dos mil años. Se trata de una sepultura monumental sobre la que se erigió una torre que servía para señalizar el camino de acceso a la ciudad que, por aquel entonces, se localizaba en el Albaicín.
Vaya por delante que aún es demasiado pronto para extraer grandes conclusiones respecto a estos descubrimientos, pero sí se pueden adelantar hipótesis, bastante verosímiles, sobre la enorme trascendencia de este enterramiento. De ello se está encargando Andrés Adroher, catedrático de Arqueología de la Universidad de Granada. Y es que, afortunadamente, es probable que no haya habido expolios. Es decir, lo hallado ahora es lo que inhumaron ahí hace 2.500 años –la datación inicial es del siglo V antes de Cristo–.
Los datos
2.500
La tumba íbera está datada hace 2.500 años, en el siglo V antes de Cristo.
2013
Las excavaciones arqueológicas en los Mondragones empezaron en el año 2013.
Y ahí se han hallado restos óseos de una incineración. Según explica Adroher, están siendo analizados en el laboratorio para determinar, por ejemplo, si el individuo era hombre o mujer –ambas posibilidades están abiertas–. Pero también se ha localizado un jarrón etrusco y una especie de brasero. Esto da muchas claves del ritual funerario, distinto a lo que se sabía hasta ahora. Estos elementos se habrían empleado para hacer libaciones. Es decir, para derramar agua bien sobre el finado bien sobre las manos de las personas que intervinieron en la ceremonia. Además, el sepulcro está situado más allá del Beiro, lo que también se corresponde con la forma de enterrar en ese periodo. Con un río entre medias de la 'urbe' y el 'cementerio' como elemento de purificación entre el tránsito entre lo humano y la eternidad.
¿Quién era este señor o señora? A expensas de ese estudio científico que se está llevando a cabo, todo apunta a que estamos ante un notable de esa Granada de hace 2.500 años. Casi seguro, ante un miembro de la aristocracia. No sería descabellado pensar que estemos, incluso, ante uno de los denominados 'héroes fundadores' de esa vieja Granada que se estaba transformando en la nueva Granada o Iliberris. Andrés Adroher aclara que el paso de los íberos a los romanos probablemente no fue por imposición –aunque lo normal es que los primeros legionarios sí que tomaran las instituciones existentes– sino por evolución. Es decir, una especie de romanización progresiva.
Además de este mausoleo, de unos tres metros de largo por uno de ancho –la torre posiblemente duplicaría estas dimensiones, aunque no se puede establecer ninguna conjetura respecto a la altura–, el equipo arqueológico dirigido por Ángel Rodríguez ha encontrado dos placas del siglo I d. C. con inscripciones, una de bronce y otra de mármol. Por el material que está realizada la primera, ya se infiere que no es algo cotidiano. Es un documento epigráfico de carácter jurídico que permite conocer no solo cómo se articula el espacio urbano de Granada, sino también de los suburbios. La segunda permite saber algo más de quiénes eran los dueños de los Mondragones. El profesor Ángel Ventura, de la Universidad de Córdoba, está en ello. Al parecer, aparecerían nombres de la esfera política de Granada que estarían relacionados con las tres poderosas familias senatoriales: Vegeti, Valeri y Corneli –las tres estaban emparentadas–.
Termas semipúblicas
Estos diez meses también han servido para detallar cómo era realmente los Mondragones. Según Macarena Bustamante, profesora de Arqueología de la UGR, se ha concretado que el complejo termal descubierto era semipúblico. O sea, que era utilizado por el propietario de ese dominio y por algunas personas que se desplazaban desde Granada. También se ha mantenido intacta toda la planta, lo que permite completar todo el relato histórico respecto a esta construcción. Y, además, estamos ante uno de los vestigios mejor conservados de Roma no solo en Granada, sino en toda Andalucía Oriental.
En las termas se han hallado pinzas para depilación, espejos y frascos que contenían ungüentos
¿Qué se hacía allí? Bustamante asegura que estamos ante un inmueble dedicado a la higiene de los moradores y los que venían de fuera y también al fomento de la vida social. Las estancias están perfectamente identificadas. Hay unas letrinas colectivas, salas con agua caliente, templada y fría, una piscina –natatio– de unos ocho metros de largo para practicar la natación y también una especie de gabinete donde se realizaban tratamientos estéticos –se han hallado pinzas depilatorias, espejos y frasquitos que contenían ungüentos–. También hay un atrio que hacía las veces de recepción y que organiza la entrada y las habitaciones laterales en torno a un patio central donde había una pequeña balsa para limpiarse los pies antes de entrar al circuito termal.
Ángel Rodríguez conoce los Mondragones a la perfección. Ha estado involucrado en las distintas campañas arqueológicas desde 2013 hasta la actualidad. «Los Mondragones son un yacimiento de enorme importancia que revela que, en contra de lo que se había pensado, el Beiro es un río que tuvo un papel principal y no secundario; estamos ante uno de los ejes del poblamiento histórico de Granada», resume Rodríguez Aguilera. En su ribera no solo están Los Mondragones, sino también los Alfarjes de Cartuja (siglo II d. C.) y los restos de Nueva Granada (siglo II a. C.).
Los Mondragones, que a la vuelta de unos años se convertirá en un parque arqueológico de dos mil metros cuadrados musealizado y visitable por los ciudadanos de Granada –está previsto incluso que se erija un centro de interpretación–, se ubica en la zona media del Beiro, donde antaño estaban las instalaciones militares.
¿Qué ha 'florecido' desde 2013? Pues básicamente una retícula de calles y viales con estructura ortogonal característicos de Roma. El origen era una villa aristocrática a las afueras de Granada que, poco a poco, fue derivando hacia un pequeño barrio. Un barrio donde había un molino monumental de cuatro prensas edificado con sillares de piedra arenisca –el más importante de los que se conservan en la Bética–. También ha emergido la 'domus', la casa del dueño, donde aparecieron cinco mosaicos policromados de tipo geométrico –rectangulares y circulares– de la segunda mitad del siglo IV. Uno de ellos se puede observar en el Museo Arqueológico de Granada.
También ha 'brotado' una iglesia del siglo VI considerada el primer monumento paleocristiano de Granada. Tiene planta rectangular y en el centro habría una cúpula sobre un espacio sacralizado. En torno a este templo, hubo un cementerio en el que se registró actividad durante unos cien años. Han aparecido 175 seres humanos enterrados. En algunos casos con ajuares consistentes en jarritos y pendientes típicos de los visigodos. A todo ello habría que sumar dos construcciones que tendrían funciones protocolarias para el 'dominus' como la celebración de banquetes y recepciones. Uno de ellos tiene un pasillo perimetral y el otro tres ábsides –el del centro, de mayores dimensiones–. También se ha excavado un lagar donde se producía vino y un taller metalúrgico tardoantiguo de los más completos que han aparecido en la Península. La vía central de este poblado, que ha quedado completamente al descubierto, mide 150 metros.
«La intervención en Mondragones es muy esperada»
El parque arqueológico de los Mondragones formará parte de una plaza de 25.000 metros cuadrados incluida, a su vez, un nuevo barrio de Granada que tendrá 300 viviendas de protección oficial y 200 libres. Detrás de este gran proyecto urbanístico se encuentra la Agencia de Rehabilitación y Vivienda de la Junta de Andalucía (Avra), dependiente de la Consejería de Fomento y financiadora de las distintas campañas arqueológicas desarrolladas desde 2013 que han sacado a la luz los restos iberos, romanos y visigodos de gran importancia.
La consejera de Fomento, Marifrán Carazo, subraya que «la intervención en Mondragones es muy demandada y esperada en la ciudad, ya que se trata de una actuación de gran calado urbanístico que vendrá a unir los barrios más poblados del norte, la Cruz y Doctores, ahora separados por el área de lo que fuera el cuartel». «Pero además –agrega– aportará una importante bolsa de suelo residencial». «También se pone claramente en valor los restos arqueológicos que suponen una aportación para la historia de Granada».
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