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Eran las diez y media de la mañana de un día cualquiera de verano. Rodrigo Bueno, correligionario del círculo carlista de Granada, entraba en el cementerio de San José. Portaba en su mano derecha un precioso ramo de margaritas recién cortadas. De esas que huelen ... a fresco. Después de deambular durante cinco minutos entre ángeles, silencios e hileras de nichos, Rodrigo llegó al patio de San Gregorio. Allí, en la calle treinta y dos, a pie de suelo, hay una bóveda sin nombre de tres metros de alto por dos de ancho donde Carlos Calderón, general del Ejército y donjuán en sus ratos libres, duerme el sueño de los justos desde que sus restos fueron trasladados hasta allí en 1987. Hasta entonces sus huesos yacían en Jesús del Valle, un cortijo situado en el Camino de Beas que fue propiedad de su familia. Allí fue enterrado cuando falleció en 1891.
Pero Carlos Calderón y Vasco, granadino nacido en la Cuesta de Gomérez, no sólo aparece en los libros de Historia por sus glorias militares, por su participación en la tercera guerra carlista y por su relación con Carlos de Borbón, sino por que su espíritu de cruzado y su vida licenciosa sirvieron de inspiración a Ramón María del Valle-Inclán. Carlos Calderón era el 'Marqués de Bradomín' en la tetralogía de las 'Sonatas' (primavera, verano, otoño e invierno) escritas por el genial dramaturgo, poeta y novelista gallego entre 1902 y 1905. El Bradomín de don Ramón María fue guardia del Papa y capitán de lanceros al servicio de Carlos VII. Pero también era un donjuán no sólo por su condición de conquistador, sino por el desacato hacia lo establecido. Así era Bradomín y así era, en mayor o menor medida Carlos Calderón, que tuvo un sonado 'affaire' con la Duquesa de Osuna.
En este punto conviene aclarar que el Marquesado de Bradomín es un título nobiliario creado el 24 de junio de 1981 por el rey de España Juan Carlos I, y otorgado a Carlos Luis Baltasar del Valle-Inclán y Blanco, en memoria de su padre, el escritor Ramón María del Valle-Inclán.
Pero volvamos al camposanto de Granada. En la tumba de Carlos Calderón, pese a su condición de notable, no hay losa ni ningún tipo de inscripción.Tan sólo una pared de adobe con flores de plástico asidas con cinta adhesiva.De vez en cuando alguien le lleva margaritas. Como Rodrigo Bueno. Él y sus compañeros del Círculo Carlista de Granada 'Carlos Calderón' saben quien hay ahí. Pocos más. Por allí, por su sepultura anónima, se pasan periódicamente para rezarle un responso y para que, en la medida de lo posible, no caiga en el olvido uno de los grandes símbolos del tradicionalismo. Hace unos años se movilizaron para averiguar de quien era la titularidad del enterramiento y advertirle del riesgo de exhumación por impago de las tasas –al parecer, la propietaria había fallecido y el legatario no estaba al tanto de sus nuevas obligaciones–. Lo hallaron y esta persona, con buena predisposición desde el primer momento, abonó los cuatrocientos euros pendientes. Este periódico contactó este lunes con él, quien anticipó que «a partir de septiembre» iniciará los trámites para que se coloque una lápida.
En ella figurará el nombre de Carlos Calderón y Vasco, nacido en Granada en 1845 y muerto en París en 1891. Pero también el de su padre, Carlos Calderón y Molina, que fue alta personalidad de Granada por su condición de diputado a Cortes por el distrito del Sagrario en 1857 y senador vitalicio en 1861. En su trabajo parlamentario formó parte de las comisiones de Presupuestos y Ensanche de la Puerta de Sol de Madrid. Posteriormente se integró en la del ferrocarril de Utrera a Morón. Carlos Calderón y Molina construyó el Carmen de los Mártires como su residencia de verano. También acumuló un importante patrimonio rústico como comprador de fincas procedentes de diferentes desamortizaciones de la época en los municipios de Albolote, Calicasas y Cogollos vega.
Junto a ellos, junto a Carlos Calderón padre y Carlos Calderón hijo, también descansan eternamente la madre del primero y abuela del segundo, María de las Angustias Gómez y Molina, que fue la dueña de la hacienda de Jesús del Valle; y María de la Concepción Molina y Henry, progenitora de María de las Angustias.
Hay abundantes investigaciones en torno a Carlos Calderón, pero resulta especialmente interesante el artículo 'Bradomines' publicado en ABC por Melchor Fernández Almagro el 15 de octubre de 1955. «¿Cómo no ha de ser, o resultar, fabuloso el 'Bradomín' de las 'Sonatas' si Valle-Inclán es fabuloso?», se pregunta y se responde Fernández Almagro. «Si Valle-Inclán dota a su Bradomín de esa biografía caballeresca –prosigue Fernández Almagro–, es para hacer notar la fiel adscripción del personaje a la calidad de noble que posee y de la que se ufana con su habitual jactancia, en eso como en todo, incluidas naturalmente sus aventuras de amor». «Ese tipo de gran señor, mujeriego y galante, valiente y generoso, más creyente que practicante, al modo de pecadores hombres de mundo, no dejó de darse en las filas carlistas, de igual suerte que en las de cualquier otro legitimismo en armas», indica.
Fernández Almagro asegura que Carlos Calderón era «un tipo muy representativo del donjuanismo al uso en el siglo XIX». Y unas líneas adelante dice que «la última guerra carlista deparó a Calderón reiteradas ocasiones para acreditar su bizarría, su denuedo, su desinterés, su lealtad. Se distinguió en la batalla de Eraul por una carga de caballería que se hizo famosa; y en Velabieta, donde perdió su caballo y hubo de defenderse a pie como un soldado más. También mandó el romancesco batallón denominado 'Guías del Rey'». Por último señala que «no sería necesario que Valle-Inclán reconociese que se inspiró en Carlos Calderón para componer la figura de su marqués de Bradomín, puesto que basta internarse un poco en la crónica del carlismo para descubrir un inequívoco aire de familia».
Carlos Calderón también fue protagonista de una de las obras más conocidas del pintor Enrique Estevan y Vicente, 'Don Carlos Calderón en Montejurra' (1880). En la escena se ve a Calderón en el momento de la capitulación carlista frente al general Primo de Rivera, quien se negó a recibirle la espada cuando se la entregó en el momento de la rendición de los batallones navarros en el transcurso de la III Guerra Carlista (1872-1876) en reconocimiento a su heroísmo. Carlos Calderón fue 'prisionero bajo palabra' y compromiso de no retornar a la lucha contra los liberales.
Acabada esta contienda, Carlos Calderón se exilió en París y mantuvo empresas y negocios en España y América. Entre ellos, la presidencia de la Fundación de Ferrocarriles de México. Murió en París el noviembre de 1891. Su cuerpo fue traslado tras el óbito hasta su Granada natal.
El 'Marqués de Bradomín' protagoniza las cuatro 'Sonatas' de Valle-Inclán.La de otoño la escribió en 1902, la de verano en 1903, la de primavera en 1904 y la de invierno en 1905. Narran fragmentos de unas memorias ficticias de Bradomín.La de otoño se localiza en Galicia, tierra natal don Ramón María. Se desarrolla en un pazo al que se dirige Bradomín donde se está muriendo Concha, una dama con la que tuvo una relación amorosa. En la de estío, que se sitúa en México, Bradomín conoce a la 'niña chole'. En la de primavera, que tiene lugar en Italia, Bradomín es una persona orgullosa y narra una seducción frustrada. En la de invierno el marqués es un herido en una guerra carlista que se recupera en un convento de Navarra.
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