La soprano Mariola Cantarero ha sido protagonista del programa 'Gente maravillosa' de Canal Sur. Algo que, claro, ella no sabía. La granadina llegó a la cafetería Puerta Bernina, en el Zaidín, citada por unas amigas que, efectivamente, eran el gancho. «Yo quiero un gin tonic», pidió nada más sentarse, divertida. A su alrededor hay una decena de cámaras y micrófonos ocultos, preparados para grabar el episodio que está a punto de comenzar.
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Javi es cuidador de personas mayores y trabaja en Granada. Uno de los problemas con los que se encuentra a menudo, explica, es que le ponen pegas por no ser mujer. «¿Cómo vas a cuidar a mi madre si eres un hombre?». Esta historia es, por desgracia, muy real. La broma sucedió tal que así:
Javi entra en el Bernina y se sienta en la mesa de al lado de Mariola, a esperar a Fina, una actriz que interpreta a una mujer que necesita una cuidadora para su madre. Ambos van a entrevistarse allí mismo.
«¿Luisa? -pregunta Javi, al ver a la mujer pasar con su madre- Soy Javier, de la empresa de cuidados de mayores». La mujer se sienta en la mesa y le explica que trae las pastillas, los informes, las cremas y todo lo que necesitará la chica. «¿La chica? -se extraña Javi, una situación a la que se ha enfrentado muchas veces-. La empresa me manda a mí, yo soy el cuidador de personas mayores».
La actriz se indigna y exclama que debe haber algún error, que ella necesita una señora para cuidar a su madre. En ese momento, Mariola, pega la oreja y se remueve en su asiento. «Para este tipo de profesión lo que se necesita es una mujer. ¡Me mandan a un tío para cuidar a mi madre, eso dónde se ha visto!», lamenta Fina. «Mira -sigue- los tíos no tienen sensibilidad para tocar a una mujer mayor, ¡ni tampoco a nosotras!».
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Entonces, Mariola, que no puede más, se levanta y pide disculpas por entrometerse. «Estamos escuchando todos la conversación y, verás, me estoy poniendo mala. A mi padre lo cuidaron cuando estaba enfermo y lo cuidaron muy bien. Seguro que es un gran profesional y no le tienes que decir las cosas que le estás diciendo -la soprano, indignada, mira con complicidad a Javi-. Y si tú ves que no, te levantas y te vas, yo te ayudo a buscar trabajo en otro sitio».
La actriz, en un desaire, se levanta y llama a la empresa que supuestamente ha mandado a Javi a la entrevista. Al teléfono, Mariola escucha cómo dice que «viene desaliñado, el pozo le huele a alcohol, la ropa apesta...». «¡Pero por favor! -grita la cantante- ¿Dónde ves eso? ¡Si más cariñoso no puede estar siendo! Los que cuidáis a nuestros familiares sois ángeles».
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Mariola Cantarero
Angustiada por la situación, Mariola pide el teléfono de la empresa y sale a la calle para poner orden. Al poco, la presentadora del programa aparece en la entrada del Puerta Bernina y le descubre el pastel. Ella, emocionada, se echa a llorar. «¡Quería tirarle la copa por la cabeza!», ríe. Más tarde, en el programa, confesará que no entiende cómo estas cosas pueden seguir pasando. «Lo que decía: son ángeles, auténticos ángeles».
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