Martes, 23 de febrero 2021, 00:46
En el año 1962, el índice de analfabetismo en la provincia de Granada, y sobre todo en el medio rural, seguía siendo considerable: el 25% no sabía ni leer ni escribir. En aquel momento, el Sindicato Español Universitario (SEU), la asociación estudiantil 'oficial' del ... régimen franquista, tenía en marcha un programa llamado SUT (Servicio Universitario del Trabajo), con el objetivo de acercar a los universitarios a la realidad de los pueblos. Entre los objetivos de aquellos campos de trabajo se incluyó la alfabetización, y el primer destino donde se acudió fue a la provincia de Granada, concretamente a la zona norte y a la oeste. Y para acá vinieron en el verano de aquel año casi 200 universitarios entre los que se encontraba el por entonces estudiante salmantino José Miguel Ullán (1944-2009), luego uno de los más importantes exponentes de las vanguardias poéticas, autor todoterreno y muchas veces inclasificable.
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Ullán publicó sus impresiones sobre su estancia en El Almendral de Zafarraya, donde enseñó a leer a trabajadores del campo, en IDEAL, en una serie de artículos titulados 'Ráfagas de una campaña' y que, a la postre, se convirtieron en sus primeros escritos conocidos. El catedrático de la Universidad de Zaragoza, Túa Blesa, y el profesor de la Universidad de Granada, Manuel Titos, han rescatado aquella peripecia en un trabajo que ha publicado la revista literaria 'Tropelías'.
«Todo comenzó cuando leí a propósito de una conferencia sobre el SUT pronunciada por Manuel Titos en Granada», afirma el profesor Blesa. «Ullán es una de las personalidades literarias más influyentes de las últimas décadas, y el hallazgo de sus primeros escritos publicados en IDEAL fue una excelente noticia. Esta serie de artículos (nueve en total, publicados entre el 21 de julio y el 16 de agosto), no solo son importantes por lo que cuentan, sino por quién los escribió». Ullán, como recuerda el catedrático zaragozano, rompe con el modo realista para ser un poeta que hace suyos los ideales de la vanguardia histórica, cambiando de estilo de un libro a otro.
Su biografía está teñida de un compromiso político –formó parte de una célula marxista–leninista pro–China en Salamanca– que le llevó a exiliarse en París apenas tres años después de su estancia en Granada, lugar del que no volvería hasta la muerte de Franco. Allí trabaría amistad con Antoni Tapies, con quien colaboraría en varias obras conjuntas. De hecho, una de las dimensiones más conocidas de su obra fue esta, la colaboración con artistas plásticos como Antonio Saura, Joan Miró, Eduardo Chillida o Pablo Palazuelo, que ilustraron sus poemas. Otros fueron claves de inspiración para músicos como Luis de Pablo, autor de las bandas sonoras de las películas más emblemáticas de Carlos Saura, con quien colaboró en cuatro trabajos. Ullán fue un ser extremadamente inquieto y capaz de brillar en casi todos los registros posibles. Como curiosidad, cabe destacar su condición de comentarista de televisión en los Festivales de Eurovisión de 1983 y 1984, donde dejó incontables ráfagas de su genio.
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A través de esos nueve artículos de IDEAL –anuncia un décimo que no llegó a publicarse– Ullán cuenta paso a paso su peripecia en El Almendral. Desde el primero, donde relata su llegada y el frío recibimiento de los lugareños, y que empieza: «¡Cielo de Granada! Ojos garcialorquianos para verte. Espíritu de Falla para entenderte. Seis de la madrugada, siete, ocho, nueve…», hasta el noveno, en el que resume su labor diciendo que «se han despertado conciencias dormidas en el sueño de la nulidad y la despreocupación, sin ideales ni ilusiones marcadas». En medio, aparecen hechos como el toque del Ángelus; los ejercicios previos al deletreo con gaseosa para hacer saliva; la muerte de Juanita, una joven coetánea suya sobre cuyo entierro dice: «¡Qué sabor tan amargo tienen las paletadas finales de la tierra reseca!»; el cine 'de balde', por cortesía del Ministerio de Educación Nacional. y otras muchas vivencias que, sin duda, fueron claves para su vida.
Como afirma Manuel Titos, profesor de la UGR, «no es posible entender la trayectoria vital y literaria de Ullán sin estos escritos publicados en IDEAL. Su paso por aquel campo de trabajo fue el germen de su activismo social. Además, luego volvió a Granada al menos dos veces; una de ellas para ofrecer, en 1977, una relevante conferencia en la sede del Banco de Granada sobre Cernuda y Larrea». Antes, un manifiesto también publicado en IDEAL y firmado por personajes como José García Ladrón de Guevara o Álvaro Salvador había reivindicado su regreso del exilio.
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