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Un momento de la celebración. ARCHIVO FERNANDO VALVERDE
«Vargas Llosa, en Granada, podía ser él mismo»

«Vargas Llosa, en Granada, podía ser él mismo»

El escritor Fernando Valverde recuerda una celebración con el Premio Nobel, Joaquín Sabina y otros amigos en La Tertulia

Martes, 15 de abril 2025, 09:43

El escritor granadino y escritor, Fernando Valverde, recuerda una velada que pasó con Mario Vargas Llosa, el Premio Nobel de Literatura fallecido ayer domingo, y otros amigos, en Granada.

«Don Mario ha sido una figura fundamental para el español global, que rompió los prejuicios que impedían la hermandad de España con las naciones de América. Luchó por lo que consideraba justo, exponiendo su carrera y su nombre. Tuvo la tentación de lo imposible, al igual que su admirado Víctor Hugo. En Granada fue feliz, encontró un ambiente en el que podía ser él mismo», afirma.

Sobre las circunstancias que rodearon a esta foto, recuerda: «Organicé con Daniel Rodríguez Moya y Juan Pinilla una fiesta de cumpleaños para Benjamín Prado en La Tertulia. Fue el punto más alto de la historia del festival. Allí estaban Luis García Montero, Almudena Grandes, Raquel Lanseros, los miembros de Pereza que actuaban al día siguiente, Alí Calderón, Andrea Cote… Benjamín Prado cumplía 50 años. Hicimos un libro en el que sus amigos le escribimos un texto. Antes del pastel, Juan Pinilla le cantó 'El poeta lloró' y fue muy emocionante. Don Mario estaba entusiasmado, recuerdo que repetía que hacía años que no podía estar en un ambiente en el que se sintiera él mismo con esa libertad. Era generoso, se fotografiaba con todo el mundo, no quería marcharse».

Y añade: «Aquella fiesta fue mágica, Juan Pinilla y Joaquín Sabina cantaron a dúo algunas rancheras que emocionaban a Almudena Grandes. Se fue Almudena y se fue don Mario. Los dos pueden sentarse en la mesa de Galdós y Dostoievski. Caminé con Vargas Llosa por los lugares lorquianos y me contó que durante un tiempo estaba de moda hablar mal de Federico, lo que jamás hizo. No puede evitar preguntarle por qué y me contestó que se trataba de la peste de las verdades absolutas. Fue hermosa la espera en el camerino antes de que comenzara su acto en el Auditorio Manuel de Falla. Al parecer el micro que llevaba en la chaqueta estaba abierto y la gente pudo escuchar durante un tiempo cómo reíamos a causa de la vanidad de los poetas y lo complicado que iba a ser para Benjamín entrevistarle. »Primero de todo, quise ser poeta«, nos dijo. Aquello nos tranquilizó e inquietó al mismo tiempo».

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