La Venus que sí regresará a Salar
Patrimonio ·
El Museo Arqueológico de Granada no ve problemas para una cesión temporal para que se exponga en Salar, donde 'vivió' durante 1.900 añosSecciones
Servicios
Destacamos
Edición
Patrimonio ·
El Museo Arqueológico de Granada no ve problemas para una cesión temporal para que se exponga en Salar, donde 'vivió' durante 1.900 añosFue hace cuatro años. Un 20 de agosto de 2018 a la una de la tarde. Carmen Ruiz, una lojeña estudiante del grado de Arqueología y voluntaria en la Villa Romana de Salar, trabajaba en el pasillo occidental del peristilo cuando dio la voz de alarma. «Julio –dijo al director de las excavaciones– aquí hay una piedra redonda rara». En ese momento estaba emergiendo de las entrañas de la tierra una de las joyas que han situado a Salar en el mapa arqueológico mundial: la figura de una Venus Capitolina de 74 centímetros de altura que, en apariencia, se conservaba en unas condiciones más que aceptables pese a llevar unos 1.600 años enterrada a cuatro metros de profundidad. Tal y como indican los protocolos, la pieza fue depositada unas semanas después en el Museo Arqueológico de Granada, donde ha permanecido hasta ahora, una vez completada su rehabilitación gracias a una línea de subvenciones de la Diputación oportunamente solicitada por el Ayuntamiento de Salar con una clara intención. Que la estatua regrese algún día al pueblo. Al menos durante un tiempo.
Y todo indica que así será. Según ha podido saber este periódico, el Museo Arqueológico no pondrá objeciones a su traslado temporal al consistorio salareño, siempre que este contemple todas las medidas para su perfecta conservación y para garantizar su seguridad. Una gran noticia, sin lugar a dudas, para un municipio que ha visto en la Villa Romana de Salar todo un revulsivo económico. Los datos están ahí.El flujo constante de visitantes ha permitido la creación de cuatro casas rurales y el mantenimiento de un tejido hostelero formado por dos restaurantes y nueve bares en una localidad que cuenta con un padrón de apenas 2.600 habitantes.
Empieza a materializarse, poco a poco, aquella vieja aspiración de que retornen a Salar los restos más relevantes de la Villa. El equipo que encabeza Julio Román ya tiene finalizado el proyecto de 'colección museográfica', una de las opciones que contempla la ley para que el Museo pueda ceder algunos de sus fondos. Mientras tanto, el Ayuntamiento persevera en su intención de construir un museo que permita albergar todos esos tesoros que estuvieron durante varios siglos en la lujosa residencia de un aristócrata que respondía a las iniciales de L.V.P. y que se marchó de Ilíberis –la Granada romana– cuando se produjo la crisis de la ciudad. La Venus Capitolina de Salar llegó vía marítima desde Atenas hasta la Bética a mediados del siglo II. «Aunque la escultura fue reutilizada en una nueva escenografía en el siglo IV de la que participan además la Ninfa Púdica y la Ninfa con venera –las dos halladas también en la Villa Romana de Salar–, junto a nuevos pavimentos de mosaico con escenas de caza y un cortejo acuático presidido por una nereida», explica Manuel Ramos, director del Museo Arqueológico de Granada.
JULIA RAMOS, RESTAURADORA
mANUEL RAMOS, DIRECTOR DEL MUSEO ARQUEOLÓGICO DE GRANADA
Estamos, por tanto, ante una estatua con unos 1.900 años de vida que ha permanecido sepultada los últimos 1.600 –se estima que la Villa Romana tuvo actividad hasta el siglo V–. ¿Cómo ha sido su proceso de restauración? De ello se ha encargado Julia Ramos, una prestigiosa profesional con una hoja de servicios donde destacan intervenciones tan relevantes como la Portada del Perdón de la Catedral de Granada, el Palacio de la Madraza, el Patio de la Capilla del Hospital Real y el Puente Romano de Córdoba, además de cientos de pinturas como el San Bruno de Sánchez Cotán que hay en el Museo de Bellas Artes de Granada.
«Lo primero –explica Julia Ramos– fue la realización de un examen organoléptico donde observamos las patologías visibles». Ahí ya se pudo comprobar que no había ni grietas ni fisuras. Se ha conservado bien porque las condiciones de humedad y temperatura de su 'sepultura' han sido más o menos estables. También influyó que la colocaran boca abajo sobre un lecho de ladrillos y tégulas. Sí que presentaba la rotura de un brazo, manchas y arena adherida. Posteriormente se empleó un microscopio óptico para ver la morfología y la naturaleza de las concentraciones calcáreas. Lo último fue el análisis mineralógico con toma de una micromuestra.
Una vez realizado el diagnóstico, se iniciaron los trabajos de recuperación. Lo primero fue el saneamiento general usando isopos, escalpelos y bisturíes. A continuación se acometió una limpieza fotónica con láser. Y por último, la consolidación de los fragmentos. El tronco y el brazo se unieron mediante una espiga interior de barilla roscada de acero inoxidable, mientras que la mano se pegó con resina epóxica. También se ha implementado un consolidante a base de silicato de etilo para evitar las desconexiones en zonas como la del cabello.
Siglo II La Venus Capitolina fue importada desde Grecia a mediados del siglo II, adquirida por el propietario de la Villa Romana y reutilizada para el programa decorativo del recinto en los siglos III y IV.
El transporte desde el taller hasta el Museo Arqueológico de Granada se llevó a cabo recientemente mediante una empresa especializada.La Venus Capitolina de Salar fue metida en una caja realizada a medida con sujeciones de corcho de alta densidad. Desde su recepción, forma parte del Plan Expositivo del Museo, aunque por el momento no se ubicará en las salas donde se muestra la colección permanente porque la intención es atender la solicitud de préstamo por parte del Ayuntamiento de Salar.
Según Manuel Ramos, «la Venus Capitolina de Salar, de la que se perdieron las rodillas, presenta un complejo peinado con un elevado tocado y rematado en la parte inferior por dos trenzas que caen a cada lado del cuello». «La postura –aclara– parece tomada de la Venus Medici de la Galería Ufizzi de Florencia». Con una mano oculta apenas uno de sus senos, mientras que con la otra vela su sexo. En esta versión, dice ManuelRamos, fue eliminado el vestido que a Praxíteles, el escultor al que los habitantes de la isla de Cos le encargaron la representación de la diosa Venus, le servía para apoyar la estatua, que podía arquearse en la característica 'curva praxitélica' que imprime movimiento a la composición.
Praxíteles, que vivió en el siglo IV antes de Cristo, introdujo en la Historia del Arte el cuerpo femenino como algo dedicado al deleite del hombre e incluso a la sublimación del deseo sexual proyectado en la divinidad de la belleza y el amor. Su modelo desembocó en centenares de versiones y copias, entre las que destaca la llamada Venus Capitolina, una escultura de finales de la época helenística que se conserva en los museos municipales de Roma, en la plaza del Capitolio, donde estaba el ayuntamiento. Allí ocupó –y aún ocupa– un lugar de privilegio en una sala exclusiva ambientada según los criterios de recuperación del arte clásico. Esta Venus Capitolina es el modelo más directo de la Venus de Salar, que fue esculpida sobre mármol extraído de las canteras del Pentélico, próximas a Atenas.
La Venus Capitolina está a punto de finalizar ahora ese largo viaje que inició en Grecia hace 1.900 años. Lo hará en Salar. Donde vino para nunca marcharse.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Fermín Apezteguia y Josemi Benítez
Fernando Morales y Álex Sánchez
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.