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José Antonio Muñoz
Granada
Martes, 14 de diciembre 2021, 00:51
Miguel Caballero (1959) es uno de los más conspicuos investigadores de la vida y obra de Federico García Lorca. A veces polémico, a veces alejado de la doctrina 'oficial' en torno al poeta y sus circunstancias, pero siempre, con una razón, unas razones, sustentadas en ... horas de investigación. Ahora, publica en Carpenoctem 'Lorca basado en hechos reales. Los sucesos que inspiraron sus obras', un ensayo donde señala, muchas veces a pesar de ellos, a los protagonistas reales de obras como 'La casa de Bernarda Alba', el 'Romance de la Guardia Civil Española', 'Bodas de sangre' o 'Vida y muerte de Antoñito El Camborio'. Esta tarde, a las 19.00 horas, lo presentará en Librería Picasso (Obispo Hurtado, 5), acompañado por el poeta y dramaturgo José María Cotarelo.
Caballero ha ido atesorando durante décadas un ingente archivo personal, por lo que la base de este trabajo estaba ya en su poder. Sin embargo, para 'Lorca basado en hechos reales' ha completado su investigación en archivos como el de la Guardia Civil de Madrid y diversas hemerotecas. «García Lorca era un gran lector de prensa, sobre todo, de El Defensor de Granada y de ABC, que llegaban a su casa prácticamente a diario. Tanto 'Romance de la Guardia Civil Española' como 'Bodas de sangre' están inspirados de forma cierta en sueltos y artículos que leyó en periódicos», comenta. 'Muerte de Antoñito El Camborio' y 'La casa de Bernarda Alba' surgen de historias que recorrían la vega de boca en boca. Además, de todos es conocida la leyenda de que 'La casa...' se inspira en conversaciones oídas por el propio Lorca a través del pozo medianero de su hogar en Valderrubio.
«Hoy por hoy, crímenes como los que narra Lorca ocuparían horas y horas en programas de telebasura», relata Miguel Caballero. Así, en 'Bodas de sangre', los hechos narrados, la boda por interés, la fuga de la novia, el descubrimiento de dicha fuga por los concertantes del matrimonio y el asesinato, casi accidental, de Paco Montes, serían, según el investigador «un suceso cutre de la España profunda» que Federico eleva a la categoría de arte con su obra. «Los descendientes de las familias implicadas siguen, un siglo después, muy disgustados con el poeta, porque les hizo protagonistas involuntarios de una historia que ha recorrido no solo España, sino el mundo entero», comenta. Como curiosidad, para evitar el morbo de las visitas a la tumba, tanto a la lápida de Francisco Montes como a la de Paca 'La Coja', les han dado la vuelta en el cementerio de Níjar, donde reposan sus restos. E igual ocurre con la de Francisca Alba Sierra, la mujer que inspiró el personaje de Bernarda Alba. Ello demuestra que estas historias están más vivas que nunca.
«Lorca conocía muy bien el entorno humano en el que se movía. Por eso fue capaz, a partir de la historia de personas cuyos hechos había conocido someramente, y a los que quizá solo había visto en una foto, de construir relatos plausibles y dibujar personajes que también lo eran», afirma el autor del libro.
El 'Romance de la Guardia Civil Española', por ejemplo, retrata a personajes como los participantes en la represión de la huelga en la campiña de Jerez de la Frontera en 1923, lugar donde llegó el luego teniente coronel Nicolás Velasco Simarro, tras ser castigado por su participación en la 'Sanjurjada' de 1932. Allí pudo compartir armas con esos agentes retratados por Lorca. «No es aventurado decir que fue esta obra la que le costó la vida a Federico, porque Velasco Simarro sustituía al comandante Valdés al frente del Gobierno Civil cuando este, como la tarde en que le detuvieron, hacía visitas de inspección al frente. Es muy probable que Velasco Simarro no olvidara lo que escribió en su día el poeta fuenterino, por lo que cuando entró en el edificio que hoy es la Facultad de Derecho, no tenía muchas posibilidades de salir con vida».
Si tiene que señalar el crimen más oscuro de cuantos detallan en su libro, Caballero habla del de 'Antoñito El Camborio'. Aprovecha, además, para desvelar detalles sobre la figura de Agustín Penón que se salen de la línea marcada por otros investigadores. «Penón no se suicidó. Publico en este libro su acta de defunción, en la que la muerte se achaca a sus adicciones, fundamentalmente el alcohol y el tabaco, pero también las pastillas». También es falso, según Caballero, que fuera norteamericano –su nacionalidad era costarricense, y nació en San José, no en Barcelona, como se ha dicho– y que se jugara el tipo para investigar la muerte de Lorca. «Llegó aquí protegido por Franco, ya que su primo, José Figueres Ferrer, era el presidente de Costa Rica. Su familia no huyó de España al declararse la guerra, porque ya llevaba dos siglos establecida allí», asegura.
Sobre 'El Camborio', el personaje sería una fusión entre dos hermanos: Luis, que murió al caerse de un caballo en 1904, y Antonio, tratante de ganado que falleció el 21 de julio de 1936 a manos de falangistas. «Antonio no estaba en política, pero es probable que su asesinato, bajo la excusa de lo político, tuviera como móvil el robo, ya que, como muchos gitanos, llevaba siempre el 'banco' encima, en la faltriquera», asegura Caballero. La anécdota que encabeza el poema, la visita taurina a Sevilla, se la habría referido al poeta el propio Antonio en un viaje en tranvía. La vida misma.
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