Remedios Sánchez, Diana Navarro y Juan Pinilla, en el Carlos V. FERMÍN RODRÍGUEZ

El verso de la copla pone fin al Festival Internacional de Poesía

Diana Navarro sirvió en bandeja de canciones su historia de rimas, alegrías y sinsabores, pero también de amor y sentimientos profundos

Sábado, 20 de abril 2024, 00:02

El Palacio de Carlos V acogió en la tarde de ayer el acto de clausura del vigésimo Festival Internacional de Poesía de Granada. La ausencia por cuestiones personales del Premio Nobel Orhan Pamuk no restó un ápice de interés al público, que llenó el patio ... del histórico edificio renacentista, con personas de pie al fondo. Y ello fue así porque el programa de clausura tuvo un atractivo indudable, con la presencia de la cantante Diana Navarro, quien primero participó en una conversación con el cantaor e investigador Juan Pinilla y luego ofreció un recital que emocionó al público. El llanto de la guitarra lorquiano recibió al público, que tuvo una primera muestra del arte de Navarro con la interpretación de 'Ojos verdes', la inmortal copla de Quintero, León y Quiroga que hiciera famosa Concha Piquer, y que fue uno de los puntos culminantes del espectáculo 'En tierra extraña', donde interpretó, precisamente, a la Piquer, dirigida por Juan Carlos Rubio, que se representó en más de 200 ocasiones y que le proporcionó una nominación a los Premios Max. Imposible no conmoverse con semejante inicio.

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Trayectoria

La charla–concierto sirvió para recorrer la trayectoria de la malagueña, quien después de ocho años de carrera obtuvo un éxito global con 'No te olvides de mí', un álbum con el que vendió 250.000 copias, ofreció más de 200 conciertos y obtuvo su primera nominación al Grammy Latino. Para aquella niña de Huelin, la media granaína 'Sola' fue un talismán. «Fue Granada la que me dio el éxito, y en Málaga encontré el amor», dijo. También destacó su amor a Granada a través de la figura de Carlos Cano, «quien revitalizó la copla, identificada hasta aquel momento con el franquismo. Él y Martirio fueron los espejos en que me miré», aseguró.

Tras el éxito de aquel disco azul, llegó '24 rosas', un álbum cuyo tema principal, con versos de Santa Teresa de Jesús, interpretó acompañada por Javier Tapia al piano. A renglón seguido, rememoró sus encuentros con figuras como las de Armando Manzanero, «a quien hacían reverencias por la calle», con Concha Márquez Piquer y María Dolores Pradera, que le cantaron 'Sola' en la intimidad, y con Luz Casal, a quien invitó a interpretar 'Tatuaje' en la Feria de Málaga. También tuvo tiempo para recordar a Mario Maya, con quien trabajó en el espectáculo 'Mujeres' donde conoció a Antonio Campos, cantaor granaíno que considera uno de sus preferidos.

La charla con la cantante incluyó anécdotas como la saeta que cantó en el City Theatre de Nueva York, cuando la última nota de una saeta quedó suspendida en el aire sin saber si había llegado a su destino por tres segundos eternos, antes de que el auditorio enloqueciera. «Me quedé con medio pulmón», dijo con humor. Buscando en los afectos humanos, contó su relación con Joselito y la ilustró con 'Campanera' con melismas de la misma altura que los originales, una canción perteneciente a su disco 'Camino verde', Zarzuela, votos matrimoniales e incluso coplas pícaras llenaron una tarde de versos con tinte sonoro.

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