Manuel Martín | Defensor del ciudadano y escritor

«Todo en la vida debiera girar en torno al amor, porque nada se construye si este falta»

El autor reflexiona a propósito de la oportunidad de su obra. «Mirando el mundo tal y como está, no hay duda de que necesita una revolución. Necesita una revolución ecológica, económica, política y social, pero fundamentalmente necesita una revolución del afecto y la ternura. Una revolución cuyas armas sean la cabeza y el corazón», subraya. Ciertamente, el momento actual no es el más adecuado para ello. «Por eso mismo, reivindico la revolución del amor como punto de partida, como lentes con las que mirar el mundo y las personas».

García opina que puede resultar un poco extraño abogar por este concepto cívico que, a veces ni respetan ni cuidan los propios administradores de ese 'bien común'. Resulta extraño, pero esto es lo que va haciendo mucha falta, esta es la revolución posible y la más necesaria: la del amor. «Todo en la vida debiera girar en torno al amor: ni la política, ni la economía, ni el trabajo, ni las ciudades, ni el periodismo… Nada sirve si no se construye con amor», dice. Y añade que el amor es también un concepto ciudadano, civil, político, y se manifiesta en acciones orientadas a construir una sociedad mejor.

Más allá de las buenas intenciones, 'Que el corazón no se pase de moda', afirma, «es algo así como un encargo, mucho más que un buen deseo, un imperativo a la voluntad para que coja el paso debido. Expresa en voz alta una esperanza. Pide que la felicidad se imponga y permanezca, reclama que defendamos siempre la equidad, la justicia y la dignidad humana», asegura.

Manuel Martín desciende a la épica de lo cotidiano en su libro. «Hay oportunidades en cada esquina para humanizar nuestro entorno e impedir que el corazón se pase de moda. Esta es la gran revolución pendiente: humanizar la vida que nos tocó, y en lo posible, hacer del amor nuestra bandera». En el libro, ofrece sugerencias para desarrollar un estilo de vida personal alternativo y transformador, que exprese que somos humanos y que nada de lo humano nos puede ser ajeno.

Estas metas en forma de encomiendas 'sabineras', como él mismo las describe con humor, son las que han de copar nuestro interés. «Para salir adelante, todos, cada uno, hemos de mirar al bien común y comprometernos en ello. Ser mejores para apellidarnos humanos. Y llenarnos de bien y solo concentrarnos en él. Cada cual en su tarea puede generar un cambio pequeño y próximo hacia ese bien común más amplio y general».

Sobre su momento vital, el escritor afirma: «Amo lo que hago e intento hacerlo cada día con auténtica pasión. La única manera de hacer un trabajo excelente es amar lo que haces. El mundo necesita gente que ame lo que hace. El trabajo llena una gran parte de la vida, y la única forma de hacer un gran trabajo es amar lo que haces». De esta obra dice la profesora Remedios Sánchez en el epílogo que es un libro donde se evidencia que decir la verdad, aunque duela y sea incómoda, es lo único que nos salva como sociedad. Y como ha ocurrido con sus anteriores publicaciones, los beneficios de la venta de este volumen irán destinados íntegramente a proyectos solidarios. Hay que predicar con el ejemplo.