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Fernando López del Amo y su serie sobre la tauromaquia, que se ha expuesto en el Museo de CajaGranada. RAMÓN L. PÉREZ

Fer Amo, vigilante de seguridad y pintor sin salir del museo de CajaGranada

Artista vocacional ·

Por cuarta vez, Fernando López del Amo ve expuestas sus obras en el mismo lugar donde guarda las de otros

Martes, 3 de mayo 2022, 00:02

El Museo de CajaGranada Fundación es una impresionante muestra de arte tanto en su continente como en su contenido. Apenas hace unos días se clausuró la magna exposición del año Fortuny, pero esta convivió con otra mucho más modesta, pero igualmente meritoria: la de la nueva serie que sobre la tauromaquia y sus protagonistas ha llevado a cabo Fernando López del Amo, conocido por Fer Amo en el mundo artístico, que por cuarta vez ha expuesto en las dependencias de la cafetería su trabajo plástico. La particularidad que atañe al pintor granadino es que cada día, junto con las obras de los grandes artistas, 'echa un ojo' a las suyas propias, ya que desde 1986 ejerce como vigilante de seguridad en dicho museo.

Fernando nació en Armilla hace poco más de medio siglo, y llegó al mundo de la seguridad privada, donde ha trabajado vigilando espacios e incluso en conciertos de música pop, después de que un leve problema de visión le impidiera ingresar en los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Es un trabajo que le satisface, esencialmente porque le gusta el trato con las personas. Mirar a los ojos y ver qué hay más allá de un gesto. Quizá por ello ha trascendido las imágenes para hacer una completa radiografía de un mundo tan complejo y tan lleno de sentimientos encontrados como el que rodea a la fiesta de los toros.

El pintor ganó su primer premio de dbujo, organizado por el Ayuntamiento de Armilla, con tan solo cuatro años. «Me regalaron un caballito de juguete que guardé hasta hace bien poco», recuerda. «Llevo el dibujo en la sangre desde entonces». Estudió durante dos años en la Escuela de Artes y Oficios, y en estos años, ha pintado miles de retratos, muchos de ellos por encargo, tanto individuales como de grupos familiares, e igualmente ha realizado varias series de retratos relacionados con el mundo de la música. De hecho, actualmente trabaja en una colección sobre leyendas del pop. En el pasado fue además diseñador publicitario para una empresa armilense y otra de Atarfe, por lo que no es ajeno a la evolución del arte en las últimas décadas.

El artista y vigilante de seguridad, en su puesto de trabajo. R. L. P.

El vigilante jurado,después de ver desfilar a algunos de los más grandes genios del trabajo plástico por las salas del Museo de CajaGranada, un día, hablando con el director general de CajaGranada Fundación, Fernando Bueno, le propuso la posibilidad de que expusiera sus creaciones en un espacio tan concurrido como la cafetería del Museo. «Cuando Bueno me lo propuso, él sabía que me gustaba el arte, y la idea me ilusionó muchísimo, porque suponía abrir la puerta hacia un mundo que hasta entonces pertenecía a mi círculo más cercano, a mis amigos y a quienes siguen mi cuenta en las redes sociales», afirma.

Su primera exposición en el Museo versó sobre el mundo del flamenco; la segunda, sobre el mundo de los payasos; la tercera, inspirada en el arte japonés y las geishas. Su amigo Sergio, miembro de la Peña Joselito 'El Gallo', fue quien le propuso crear esta serie en torno a la tauromaquia, un arte con el que el pintor no se siente especialmente identificado, «pero que tiene una carga emocional indudable».

La técnica

Fernando López del Amo realiza sus trabajos utilizando lápices polícromos y ceras blandas para el acabado. El formato es siempre manejable, entre el A4 y el A3, y en sus obras, según los críticos que han visitado la muestra, tiene una especial fuerza la luz, tanto al que el albero refleja como la que por el mismo efecto emana de los trajes de luces. Han sido, en total, cuatro meses de trabajo, compaginados con su labor como vigilante y su vida familiar. Cada obra le ocupa en torno a nueve horas. «Me he encontrado muy cómodo haciendo esta serie», afirma, «tanto, que a sugerencia de mis amigos, di un paso adelante e inserté, en mitad de series profundamente realistas, otras de carácter surrealista, con una nueva interpretación de imágenes y volúmenes». La aceptación ha sido tal que, de la veintena de obras que se expusieron, vendió una cuarta parte y es probable que de esta muestra surjan otras propuestas a ejecutar en los próximos meses. También es muy probable que la serie sobre la tauromaquia visite en próximas fechas La Peza, una localidad de fuerte raigambre para el arte de Cúchares.

«No quiero escapar a esta condición de artista que la vida me ha ofrecido», asegura

No es el pictórico el único arte en el que se ha empeñado Fernando López del Amo. También es acordeonista, una especialidad musical que no ha podido desarrollar tanto como hubiera querido debido, comenta, «a la ausencia de los estudios de este instrumento en el conservatorio de Granada. Continué mientras pude con clases particulares, pero mi dinámica vital me impide dedicarle todo el tiempo que quisiera».

Una de las obras expuestas, dedicada al matador granadino David Fandila 'El Fandi'. R. L. P.

Aunque experimentó en su día con el óleo, el acrílico, el collage e incluso con la pintura de dedos, Fernando López del Amo ha encontrado su sitio entre lápices y ceras. «En Armilla me conocen como 'Fernando el dibujante', y en los colegios donde mis hijos han estudiado me han pedido colaboraciones. No puedo, ni quiero, escapar a esta condición de artista que la vida me ha ofrecido. Quiero seguir disfrutando».

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