La vida tras las ventanas

Son días de creer en el arte y en su poder para hacernos volar. Ella, Cristina Peinado (Granada, 1977), no tiene ninguna duda: «Creo firmemente en la importancia de las artes plásticas en la escuela: como forma de expresión, como impulsora de la creatividad y como recurso terapéutico. Sin embargo, se le da muy poca relevancia en el currículo a esta materia, con poca carga lectiva y sin ni siquiera un profesorado especialista durante la etapa primaria». Cristina es maestra de Pedagogía Terapéutica en un centro de atención especial de Granada, con alumnos con autismo, síndrome de down, Tdah y otras dificultades de aprendizaje. «Son unos niños maravillosos que se superan día a día con su propio esfuerzo».

Tan enamorada está del arte que dibuja desde pequeña, sin parar. Ilustra las portadas de varias revistas especializadas y los carteles de campañas solidarias, como la de 'Mangas Disparejas', para celebrar el Día de las Personas con Extremidades Diferentes.

Estos días, en casa, con su marido y sus hijos, Adrián y Martín, está aprendiendo a valorar «todo aquello que teníamos delante y a lo que prestábamos poca atención. Cada día es una oportunidad para disfrutar de la familia. Quise expresar la vida tras las ventanas –sigue, refiriéndose a su viñeta–. Esa vida que nos pertenece y que tristemente aflora en tan pocas ocasiones. Vivimos inmersos en un mundo de prisas y de cosas importantes y urgentes que ahora descubrimos que a lo mejor no lo son tanto. Creo que aunque sea de esta forma tan dura, la vida nos está diciendo cuáles deben ser nuestras prioridades, quiénes somos realmente».