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Juan Jesús García
Domingo, 13 de octubre 2024, 00:02
Nació hace 23 años y ha sido la cronista de lo que ocurrió en Granada veinte antes venir al mundo. La rondeña Adriana Martín Olalla estudió Comunicación Audiovisual, y para su trabajo de fin de estudios ha preparado un documental sobre la música pop y ... rock en la Granada de los años 80: 'Granada nuestra propia Movida'.
También ha contribuido al censo sonoro de la ciudad ya que toca y compone, habiendo subido a YTube algunas interpretaciones suyas «junto con algunas de mis canciones originales», dice, e incluso formó parte de la banda Hadahuasca, con la que ha dado varios conciertos y está pendiente de poder sacar, no sin esfuerzo, un primer disco. Mientras, no se pierde un concierto y sigue de cerca a nombres de la últimísima ola de la ciudad: «Los B.e.s.o.s., Ortigas o TESSA, también me gustaría nombrar a Cuandoelmarpierdelasconchas, Sprgrs y Rivets, que son tres bandas a las que he tenido la suerte de poder ver en directo en varias ocasiones y siempre lo he disfrutado mucho».
Los años ochenta, aquí y en medio mundo occidental, significaron una ruptura drástica con todo lo anterior. El punk hizo borrón y cuenta nueva, y una recién llegada promoción de gente muy joven puso aquí también las primeras piedras de lo que ahora mismo es la escena de una ciudad que exuda música por los cuatro costados. Sin embargo, a Adriana lo que más le llamó la atención, y es el leitmotiv de su trabajo, fue el reconocimiento histórico de la escena madrileña, la tan manoseada Movida', en detrimento de lo que ocurrió en otros puntos del país, y más concretamente en nuestra ciudad. Gracias a lo que escuchaba en casa tomó contacto con el mundo anterior a su nacimiento: «conforme fui creciendo, mis padres también me contaron historias de su juventud, de los artistas que conocían, y ahí sí que entraban ya aquellos que formaron parte de la movida madrileña». Y al llegar a Granada a estudiar pensó que «sería más interesante hacer una trabajo sobre esta ciudad. Además, también tenía ganas de conocer más el lugar en el que estaba viviendo, y que me había hecho conocer tantas cosas sobre su escena local». Asegura que siempre le interesó «la explosión cultural que se dio en aquellos años 80, cómo las cosas habían cambiado tras los años de la dictadura, que no quedaba tan atrás, y por eso quise investigar qué estaba ocurriendo en Granada durante la misma época. Supuse que, al ser una ciudad que ahora mismo tiene tanta cultura musical, en los 80 también tendría que haber ocurrido algo, y tuve la suerte de encontrarme con una gran variedad de artistas».
A la pregunta de ¿por qué en Granada? (título de otra inminente película sobre todo la historia de la música pop en la ciudad) la realizadora lo tiene claro: «puede que fuese porque la sociedad en general tuviese una mentalidad más abierta y receptiva en cuanto a las nuevas ideas que estaban llegando. En mi investigación, descubrí que la Universidad tuvo bastante importancia en cuanto a construir un pensamiento más crítico entre la gente joven, que al final fue la que se apoderó de todo aquel movimiento que surgió, y esto quizás no llegó a otras ciudades más pequeñas».
Tras esta prospección, a la que ha dedicado el último año de su grado, y contando con la complicidad de algunos protagonistas de la Granada sonora de aquellos años, se siente sorprendida por parte de lo que ha indagado y descubierto: «que hubiese grupos de punk. Lo que yo conocía de los 80 era, sobre todo, música pop, y me sorprendió que en Granada hubiese incluso varias bandas haciendo punk que, además, era un género en el que aún no se habían escrito prácticamente letras en español». Y es que las músicas más aguerridas son su debilidad: egg punk, posthardcore, metal, punkpop, screamo, aunque no renuncia a la melodía y hasta del simpático pop más chicle.
La escena granadina goza ahora mismo de una salud imperial, con un centenar de nombres pululando por los escenarios y cerca de 200 conciertos mensuales de todo tamaño y condición. Y todo, piensa Adriana, que comenzó en aquellos años, cuando el país salía burbujeante de la Transición: «yo diría que sí. Actualmente en Granada, además, hay muchas salas de conciertos, y puede que fuesen apareciendo simplemente por la necesidad de albergar la actividad de estos grupos, porque antes no existían estos espacios». El documental se puede ver ahora mismo en Youtube, y su autora anima a su visionado: «Me ha gustado mucho hacer este recorrido por los inicios de la escena de Granada, porque he aprendido mucho, y ha sido un verdadero reto para mí».
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