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Muchos granadinos saludan con gusto el tiempo de los últimos días. Con amplias horas de sol, falta de lluvia y sin exceso de humedad, hay ... quien no ha dudado ya de calificarlo como primaveral y han bienvenido el fin de los meses de frío un mes antes de que comience de forma oficial la temporada de entretiempo el próximo 21 de marzo. Sin embargo, hay dos grandes damnificados por este buen tiempo: los alérgicos y el nivel de contaminación atmosférica.
Los primeros ya han notado en sus narices y ojos los elevados volúmenes de polen de ortiga y ciprés que flotan en el aire desde hace unos días. Lo segundo lo registran los medidores de partículas de la Junta de Andalucía y sobre ello avisan incluso desde instituciones de la Unión Europea: la ciudad de Granada ha presentado estos días uno de los peores índices de calidad del aire de toda Europa.
Es al menos lo que señala el Índice Europeo de Calidad del Aire (European Air Quality Index), que monitoriza estaciones de medición de indicadores ambientales repartidos por todo el territorio europeo. Incluso durante las primeras horas de hoy, 26 de febrero, la estación de Armilla, en el entorno de la capital, registraba el peor dato de todas las estaciones españolas. El organismo, dependiente de la Comisión Europea y la Agencia Europea de Medio Ambiente, calificaba la calidad del aire respirado en ese entorno como «muy pobre». La situación ha ido mejorando a lo largo de la mañana, ya que este índice se actualiza automáticamente cada seis horas.
En cualquier caso, es destacable que la semana pasada, entre lunes y domingo, fue especialmente mala para la contaminación ambiental en la capital. La 'boina' grisácea que corona la ciudad era especialmente densa. Entre el 18 y el 24 de febrero, dos de las tres estaciones que la Junta de Andalucía tiene instaladas en la capital granadina o su entorno como parte de la Red de Vigilancia y Control de la Calidad del Aire ofrecieron medias de registros de partículas en suspensión que superan los límites seguros para la salud.
De acuerdo con los estándares de contaminación ambiental, los niveles de partículas en suspensión, abreviados como PM10, empiezan a mostrar riesgos para los seres humanos a partir de una concentración superior a los 50 microgramos por metro cúbico. En dos de las tres estaciones de la capital este límite se superó de forma amplia la semana pasada. En concreto, fueron la situada en la zona Norte, en la avenida Luis Miranda Dávalos, y la de la ciudad deportiva de de Armilla. En la primera de ellas la media de concentración de partículas durante esos siete días fue de 57 microgramos por metro cúbico, mientras que en la del municipio armillero fue aún mayor, de 58,4, muy por encima del límite aconsejable para la salud humana.
La única excepción a esta situación la puso la estación situada en el Palacio de Congresos de la capital, que al menos desde el año pasado viene siendo la que menor nivel de contaminación presenta por concentración de partículas en suspensión. En concreto, la media de la semana fue de 42,9 microgramos por metro cúbico, siete puntos por debajo del límite aconsejado por las autoridades, pero aun así muy elevado. Armilla se ha convertido en el nuevo foco de contaminación en el entorno de la ciudad de Granada, presentado medias superiores incluso a la de la estación de registro de Norte.
Además, durante esta semana de tiempo primaveral y contaminación disparada también se han logrado algunos otros 'récords'. La media semanal de concentración de partículas fue de 52,8 microgramos por metro cúbico, por encima de los niveles seguros para la salud. Pero en los datos diarios también hay niveles excepcionales.
De acuerdo con los informes diarios de calidad del aire que publica la Junta de Andalucía, el pasado fin de semana fue uno de los peores para tener que respirar desde que comenzó 2018. Sobre todo si uno se encontraba cerca de las estaciones de Luis Miranda Dávalos o la del palacio de deportes de Armilla. En la primera de ellas, el sábado fue uno de los cinco días con mayor nivel de contaminación que se produjo desde el 1 de enero de 2018. En la segunda fue el viernes.
Para encontrar un nivel más alto de mala calidad del aire que el que se dio el pasado sábado en el entorno de la estación de medición de la zona Norte, con una media diaria de 73,1 microgramos por metro cúbico, un 50% por encima del límite máximo permitido por las autoridades por poner en riesgo la salud humana, hay que remontarse hasta el puente de la Semana Santa del año pasado, una fecha con un elevadísimo movimiento de vehículos. Para hacer lo mismo en la de Armilla, en el que el índice medio el pasado viernes fue de 70,7 microgramos por metro cúbico, también muy por encima de los niveles seguros, hay que retrotraerse hasta el fin de semana previo a la Nochebuena del año pasado, un momento en el que ocurre lo mismo que en Semana Santa, un gran volumen de desplazamientos de entrada y salida a la ciudad que hace que se disparen los niveles de contaminación ambiental.
Sin embargo, la semana pasada no se dio ninguna de estas circunstancias, lo que da una idea de la situación especial generada por este tiempo, primaveral pero muy negativo para los niveles de contaminación.
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