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Ally Wollaston se impone en la línea de meta en Roquetas. Alcide
Ally Wollaston (FDJ Suez) impone su ley en la Clásica de Almería
Ciclismo

Ally Wollaston (FDJ Suez) impone su ley en la Clásica de Almería

La neozelandesa se impone al sprint, después de que Stine Dale pusiera en peligro una llegada masiva, escapada a 30 kilómetros del final y 'cazada' a 4 de llegar a la meta

Juanjo Aguilera

Almería

Domingo, 23 de febrero 2025, 18:51

El ciclismo, ese deporte de resistencia extrema y estrategia calculada, a menudo se convierte en un escenario de dramas épicos y duelos psicológicos que mantienen al espectador muy pendiente de lo que sucede. Entre las tácticas más fascinantes se encuentra el llamado 'juego del gato y el ratón', que escenifica un tira y afloja entre el fugado y el perseguidor –éste con un bloque compacto si su intención es mantener sus opciones de triunfo–, donde se despliegan astucia, coraje y, a veces, una pizca de suerte. En la Clásica de Almería WE, esta danza estratégica cobró vida en una emocionante escapada protagonizada por Stine Dale.

Dale, con el arrojo de quien desafía al destino, atacó a 30 kilómetros de meta, dejando atrás al pelotón. En solitario, pedaleaba con furia, como si intentara doblegar al viento y al tiempo. Su ventaja crecía mientras el grupo perseguidor dudaba, cada equipo atrapado en sus cálculos. ¿Cuándo es el momento exacto para cazar sin gastar más de lo necesario? Stine, mientras tanto, era el ratón perfecto, valiente y obstinada, soñando con una victoria que parecía posible a tenor del desarrollo de esta tercera edición de la Clásica.

A medida que los kilómetros se desvanecían bajo sus ruedas, el pelotón comenzaba a organizarse. Los 'gatos' tomaban posiciones, trabajando en conjunto para acortar esa ventaja que ya empezaba a parecer demasiado peligrosa. La fuerza de Stine Dale comenzaba a flaquear, pero su espíritu no se rendía. A sólo cuatro kilómetros de meta, cuando la meta en Roquetas de Mar ya casi era visible, fue alcanzada. El ratón había sido atrapado, pero su audacia había encendido la carrera.

Con Stine neutralizada, la escena estaba preparada para un final electrizante. Las calles de Roquetas vibraban con la mirada atenta del público mientras el pelotón se preparaba para el sprint final. En esos metros finales, Ally Wollaston emergió como un torbellino. En un alarde de potencia y precisión, cruzó la línea de meta como vencedora, alzando los brazos al cielo, la recompensa perfecta al caos y la estrategia de un día épico.

La Clásica de Almería WE, su desarrollo y final, fue un espectáculo inolvidable, un testimonio de la belleza del ciclismo. Stine Dale, aunque no victoriosa, dejó una marca imborrable con su valentía y Wollaston se coronó como la mejor en una jornada que mostró que, en este deporte, el juego del gato y el ratón no solo es táctica: es puro corazón.

Un día en las carreras

El día amaneció con un cielo despejado, prometiendo una jornada perfecta para la tercera edición de la Clásica de Almería WE. Más de un centenar de ciclistas tomaron la salida en la capital almeriense, cada una con sueños de gloria y un plan definido para conquistar el asfalto andaluz. Sin embargo, la competición arrancó con una ausencia notable, la de la norteamericana Kristen Faulkner, doble campeona olímpica en París y figura estelar del EF Education-Oastly, quien no pudo competir debido a una inoportuna enfermedad. El ambiente en el pelotón reflejaba cierta tensión inicial, con equipos como UPV y Prologo intentando destacar, aunque sus intentos eran rápidamente sofocados por un compacto grupo liderado por Cofidis. Los kilómetros iniciales transcurrieron como una calma antes de la tormenta, preludio del drama que estaba por llegar.

Conforme avanzaban los kilómetros, la carrera comenzó a encontrar su pulso. El UAE Team tomó la delantera en un intento de tensar las líneas, pero los equipos con sprinters, sabedores de que la llegada masiva sería clave, no permitieron que las fugas prosperaran. Entre intentos fallidos, Marlon Borras (Cofidis) trató de romper la monotonía, aunque los 'fuertes', liderados por FDJ Suez, aumentaron el ritmo antes de San Agustín, donde la carretera ondulante prometía espectáculo. Allí, Caroline Andersson (Green Edge) demostró su potencia en el primer sprint intermedio de la tercera edición de la Clásica de Almería, cruzando la línea antes que sus compañeras de escapada, Noa Jansen e Ingrid Ruiz. Fue entonces cuando Febe Jooris (UAE) vio su oportunidad y se lanzó en solitario, construyendo una ventaja que llegó a 20 segundos antes de ser absorbida nuevamente por el pelotón, implacable en su persecución, sin permitir 'gestas'.

Picando hacia arriba

La carretera pronto dejó de ser plana y las subidas comenzaron a marcar el destino de las aspiraciones de muchas ciclistas. En el Alto de Río Chico, de tercera categoría, Jade Wiel (FDJ Suez) lideró el ascenso, respaldada por sus compañeras Nina Buijsman y Lea Curinider, en un esfuerzo que fraccionó al pelotón en dos. Dominika Wiodarzyck (UAE) intentó mantener una fuga junto a Nikola Noskova, pero la maquinaria de FDJ Suez no permitió alegrías prolongadas. En el segundo puerto, el Alto del Aljibe, Noskova mostró su fortaleza al coronar primero, seguida por Sigrid Haugset, Jade Wiel y Marte Edseth, con la carretera ya marcando el paso del cansancio en las piernas de muchas.

Con Berja como testigo, el segundo sprint intermedio volvió a ser un duelo feroz. Andersson (Green Edge) repitió como la más rápida, con Jade Wiel y Mackenzie Coupland pisándole los talones. A medida que los kilómetros se reducían, las primeras escaramuzas empezaron a gestarse. A 34 kilómetros de meta, Stina Kagevy lanzó un ataque valiente, rompiendo la monotonía y buscando consolidar una ventaja que llegó a ser de 12 segundos. La persecución fue encarnizada, liderada por el Team Coop Repsol, aunque Kagevy logró sostener la escapada unos kilómetros más antes de ser neutralizada.

Perecución

Poco después, Stine Dale (Coop Repsol) tomó el relevo de la valentía y, en el sprint de Las Norias, cruzó primera, seguida de Elinor Barker y Mackenzie Coupland, con 40 segundos de margen sobre un pelotón que empezaba a enfilarse.

Sin embargo, la gloria de la fuga era efímera. A medida que el Laboralk Team asumía el control del grupo perseguidor –tenía entre sus integrantes a dos corredoras con opciones, Fidanza y Soto–, la diferencia comenzó a desvanecerse. Con sólo siete kilómetros por recorrer, la escapada de Dale se redujo a 14 segundos y, a cuatro kilómetros de la meta, el esfuerzo terminó siendo 'baldío'.

Con el pelotón reagrupado, el escenario estaba listo para un final de pura adrenalina en las calles de Roquetas de Mar. En ese sprint, Ally Ally Wollaston, la neozelandesa del FDJ Suez, mostró por qué es considerada una de las más rápidas del pelotón. En un cierre electrizante, cruzó la meta con autoridad, convirtiéndose en la tercera ganadora de esta joven pero emocionante prueba, dejando claro que en el ciclismo, cada día es una nueva historia por contar, un gato que caza un ratón...

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