Benavente, de zapatero y técnico en Huércal a tocar la batería
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Con doble inactividad por el COVID-19, el entrenador almeriense dice liberarse «del estrés dándole a las baquetas»josé gabriel gutiérrez
Almería
Domingo, 29 de marzo 2020, 00:16
Los entrenadores de fútbol, además de dedicarse estos días de inactividad a ampliar conocimientos tácticos, a mantenerse en forma física huyendo del relajamiento y la rutina, realizan otras actividades. En el caso de Fran Benavente, que lo hace con su otra gran pasión después del ... fútbol. La de tocar la batería. «Me sirve para alejar el estrés y olvidar en lo posible, durante un rato, los problemas y la muy complicada situación actual que estamos padeciendo por el COVID-19».
A golpes, no intenta emular a los John Bonham, de Led Zeppelin; Keith Moon, de The Who; Ginger Baker, de Cream; Neil Peart, de RUSH, o Hal Baline, a los que se considera son los cinco mejores bateristas del mundo. El técnico huercalense mata así el tiempo y trata de evadirse de una incómoda situación.
La misma le está afectando muy gravemente. Es zapatero de profesión, autónomo y ha tenido que cerrar su pequeño negocio artesanal desde que se decretó el estado de alarma y el cierre de comercios. «Dependemos de lo que vamos ganando día a día, ahora estamos sin poder trabajar y sin ingresos para subsistir. Tendremos que cerrar definitivamente cuando esto pase. No podremos hacer frente a todos los gastos, como alquiler de local, recibo de autónomo, luz, agua, impuestos... La situación es caótica para el sector en el que yo trabajo, como en tantos otros».
Su profesión de zapatero la compagina con el fútbol. Actualmente entrena al CD Huércal, equipo que milita en la categoría de Primera División Andaluza senior, al que en la temporada 2012/13 logró ascender a Tercera División para cuajar un buen rendimiento. La inactividad liguera, que también le ha llevado al paro, depara un futuro incierto. «Somos un equipo amateur que no sabemos cuándo volveremos a competir, ni en que condiciones, tampoco de que número de jugadores podré disponer cuando se pueda volver a entrenar. Es una situación bastante compleja y delicada. Muchos de mis jugadores, que tenían trabajo, no saben si lo perderán y si después lo podrán compaginar con los entrenamientos».
Le había surgido un 'trabajillo' extra, pero el COVID-19 lo ha parado, aunque resalta un buen detalle de la RFAF y del CEDIFA. «Iba a llevar el equipo de fútbol del Centro Penitenciario de El Acebuche, pero como consecuencia de la pandemia se anuló ese trabajo. Para mí suponía una ayuda económica que me podría servir para aliviar un poco mi complicada situación». Sin embargo, le esperaba una grata e inesperada sorpresa.
«El pasado martes recibí una llamada de la Federación Andaluza de Fútbol, diciéndome que me pagarían por un trabajo que, aunque no pude realizarlo, consideraban que lo justo es que lo cobrara, ya que por causas de fuerza mayor no se pudo hacer». Se siente agradecido a la RFAF por el detalle. «Es un gesto que los hace aún más grandes y que les agradezco. La verdad no lo esperaba, pero ello me supone una grandísima ayuda en mi complicada situación». Su gratitud va igualmente dirigida a su actual club, el CD Huércal. «Tanto la directiva como jugadores y compañeros están logrando que no me sienta solo en estos momentos».
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