Difícilmente haya un evento que sitúe tan en el escaparate mundial a la provincia de Almería como lo hace Clásica. La prueba ciclista, que cumple 37 ediciones con la de este año, presenta una lista de corredores que mejora y mucho la que la han disputado en ediciones anteriores. Es tal el nivel de algunos de ellos que la Clásica de Almería de 2024 que transcurrirá por el poniente almeriense la sitúan en foco de atención en un gran número de países de Europa, Asia y América. 280 millones de hogares recibirán la señal de una prueba con tanto pedigrí que parece un sueño para la organización y la provincia, llegando incluso a ser el orgullo del ciclismo andaluz y español como lo demuestra la presentación del jueves en la que José Luis López Cerrón, presidente de la Federación Española, quiso apoyarla con su presencia.
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Estarán los tres primeros de la pasada edición, el italiano Matteo Moschetti y los belgas Arnaud De Lie y Jordi Meeus; el danés Nielsen, que ganó en la edición de 2017; el francés Démare, Madouas, Thijssen, Ion Izagirre, Juan Sebastián Molano, Matteo Trentin, Alberto Dainese, Sergio Higuita u Orluis Aular. Y estará él. El gran favorito al triunfo es, sin lugar a dudas, el belga Wout van Aert al que le contemplan 44 triunfos a lo largo de su carrera con nueve triunfos en el Tour de Francia, donde en 2022 conquistó el maillot verde como mejor corredor en la clasificación por puntos y el Premio a la Combatividad. Le contemplan victorias en la París-Niza, donde ha ganado en cinco ocasiones, uno de los Monumentos del ciclismo mundial como la Milán-San Remo, un palmarés envidiable en ciclocross y le falta la Clásica de Almería que bien pudiera ser hoy una fecha inaplazable para el corredor de Visma Lease a Bike, con licencia neerlandesa, que acabó segundo en el UCI World Team.
Serán 192,3 kilómetros de espectáculo un día que aventura, en lo climatológico, nubes en la comarca del Poniente, con cierta amenaza de lluvia débil en las horas definitivas de la carrera. La temperatura rondará los 15 grados y se esperan vientos débiles de poniente, aumentando a medida que avance la jornada con rachas cercanas a los 30 km/h. Habrá, o se aventuran, escapadas, seguramente grupetos intentando evitar que la que es el sentido de la prueba –se organiza con el deseo de un final al sprint– se lleve a efecto. Pero ya se sabe que nada está garantizado y si a los equipos con llegadores se les pone 'entre ceja y ceja' que sea un sprint seguramente sea así.
El pelotón de unos 140 corredores tomará la salida neutralizada alrededor de las 12:50 horas en el Bulevar Ciudad de Vícar, junto al Ayuntamiento, para posteriormente dirigirse, ya en salida lanzada, primero hacia Roquetas y, posteriormente, a El Ejido. La línea de meta tendrá su ubicación en la Avenida Rey Juan Carlos I de Roquetas de Mar, a eso de las 17:30 horas. El trazado pasa por Vícar, Roquetas de Mar, El Ejido, Dalías, Berja, Adra y Balanegra.
El recorrido tiene dos partes bien diferenciadas. La primera mitad quebrada en la que se podrá formar la fuga del día, pero la segunda, plana y expuesta a los posibles efectos del viento, será para la exhibición de los devoradores de kilómetros y en la que se verá si los sprinters pueden controlar para preparar la llegada o, por el contrario, el pelotón sufre cortes. Respecto a los puntos calientes de la carrera, habrá cuatro puertos de montaña: el Alto de Celín (2ª, 6,7 kms al 5,5%) en el kilómetro 46. Después, la sucesión de La Alquería (3ª, 1,8 kms al 7%) y Fuente Marbella (3ª, 2,6 kms al 4,2%). La Cuesta de Almerimar (4ª, 1,3 kms al 4,6%) repartirá los últimos puntos para coronar al vencedor de la Montaña, ya con poco más de 50 kilómetros por delante, distancia suficiente para, si se llega en bloque, saltar sea una temeridad sin opciones de consolidarse.
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Por lo que se refiere a los sprints intermedios, el primero estará situado en Las Norias de Daza (Km. 28), buscando el segundo que estará en Adra, en el kilómetro 75 de la prueba. La principal novedad de la presente edición será precisamente la entrada a la ciudad de Adra, que se hará a través del Puerto en lugar de la tradicional travesía por la avenida, dando valor a este enclave paisajístico, puerta y puerto de la Alpujarra almeriense. Los dos últimos estarán ubicados en Balanegra (Km. 123) y ya en Roquetas de Mar, poco antes del primer paso por meta y a 30 del final. Después, la carrera hará hasta tres pasos por la línea de meta de Roquetas de Mar, con el último circuito urbano de seis kilómetros donde se coronará al ganador de la Clásica.
Ahí entran muchos aspectos para dar nombres de favoritos. Los que han ganado o estado cerca tienen en su cabeza el mapa de sus anteriores afrentas. Ahí aparecen el italiano Matteo Moschetti, ganador de la pasada edición y que querrá no dejar solo al germano Pascal Ackermann que ganó dos ediciones consecutivas para ser el único que lo ha logrado, si bien el italiano Massimo Strazzer también ganó dos ediciones, pero con triunfos en 1997 y 2002. Arnaud de Lie y Jordi Meeus, que presentó el año pasado su candidatura a gran velocista en el mejor escaparate posible –la última etapa del Tour de Francia–, se quedaron a milésimas de arrebatarle el triunfo al corredor transalpino. Ese pasado reciente supone una ventaja sobre el resto de aspirantes, pero los que no la hayan disputado tienen la gasolina de unas piernas poderosísimas para imponerse en la línea de meta de la Avenida Juan Carlos I que tiene una hora de llegada entre las 17.28 y las 18.56 de la tarde, atendiendo a las diferentes medias horarias, que casi siempre son mejoradas por los corredores.
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Meeus tiene a Higuita como acompañante y posible contrincante en Bora. El equipo alemán 'blindó' a Ackermann en sus triunfos de 2019 y 2020 y conoce la 'fisonomía' de los kilómetros en los que se resuelve todo. Entre sus acompañantes tiene a Maximilian Schachmann, que estuvo con Ackermann.
Sin embargo, las apuestas por un posible ganador tienen en el belga Wout van Aert al principal favorito. El corredor de Visma Lease a Bike tiene refuerzos y otro serio aspirante como el neerlandés Olaj Kooij. Van Aert, de todas formas, puede estar por encima del resto. Que sea su primera prueba en ruta en la que participa en 2024 dice mucho de un corredor al que le van los retos. Su rendimiento global le sitúa como el más destacado al triunfo. No se le resisten los triunfos. Entre sus nueve victorias en la prueba de pruebas –el Tour de Francia– tiene diferentes trazados y en 2021 ganó en montaña, en la crono y al sprint.
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Van Aert es además un consumado ciclista de ciclocross, pero su adaptabilidad en la carretera es aún más impresionante.
Es uno de los mejores contrarrelojistas del ciclismo profesional, puede igualar a los velocistas y no se queda atrás en lo que respecta a las clásicas, teniendo carreras tan prestigiosas como Milán-San Remo, Amstel Gold Race y Gent-Wevelgem. También es un gran escalador y fue utilizado como doméstico en el Tour de Francia 2021 para ayudar al líder de su equipo a subir en las laderas más bajas de las grandes etapas de montaña. También ganó en solitario en la icónica etapa de Mont Ventoux del Tour de 2022 después de lanzar un ataque a 11 km de la cima de la escalada. Maillot verde y de la combatividad en 2022, tiene tres oros en mundiales de ciclocross, cuatro platas en ruta y en ambas disciplinas con una dura y brillante pugna con Matheus van der Poel, al que lo mismo el domingo le falta una Clásica que ya tiene ganador: Almería.
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